Populismos sin vientos de cola
Los presupuestos p¨²blicos deber¨ªan servir para reforzar la econom¨ªa, pero no parece que vaya a pasar
Para la mayor¨ªa de analistas, los populismos que han proliferado en Occidente desde 2010 fueron consecuencia de la crisis financiera y su repercusi¨®n sobre la econom¨ªa y el empleo global. Insatisfechas quedaron grandes capas de la sociedad. Un campo de expansi¨®n de populismos. La llegada de Trump a la Casa Blanca y el Brexit son, sin duda, los dos procesos m¨¢s comentados. Pero no son los ¨²nicos.
Cuando surgieron los partidos e ideas populistas, la econom¨ªa no estaba igual en todos los pa¨ªses. En los anglosajones, lo peor de la crisis empezaba a pasar. En la eurozona, donde todas las acciones se tomaron m¨¢s lentamente o de modo incompleto ¡ªy as¨ª seguimos¡ª, la recuperaci¨®n tard¨® m¨¢s pero acab¨® llegando. Principalmente, por vientos de cola como las expansiones monetarias, el bajo coste de la energ¨ªa hasta hace meses y alguna reforma que otra, permitieron alcanzar un dif¨ªcil equilibrio donde acomodar algunas exigencias populistas que no suelen ser sostenibles o pueden tener efectos no deseados a largo plazo.
Est¨¢bamos en esas cuando nos han llegado casi a la vez, por un lado, la atenuaci¨®n ¡ªcuando no reversi¨®n¡ª de esos vientos de cola coincidente con cambios de estrategia de los bancos centrales y el s¨²bito encarecimiento del petr¨®leo. Y por otro, el tsunami pol¨ªtico que puede representar la llegada al Gobierno italiano de una coalici¨®n populista, que apunta a conflicto con el resto de la UE. Ya hay tensiones en los mercados financieros por esta combinaci¨®n potencialmente devastadora. Que los vientos de cola ir¨ªan desapareciendo lo esper¨¢bamos, pero lo importante es c¨®mo se preparan los pa¨ªses. Me temo que hace tiempo que casi nadie se ha preparado para nada.
De reformas, nada a la vista. Para que los populismos no avancen es necesario hacer pedagog¨ªa que muestre sus sinsentidos y que explique los beneficios y costes de la acci¨®n p¨²blica. No se ha hecho. Se crean leyendas urbanas que hacen creer que el Estado de bienestar puede estirarse como un chicle. Cunden falsas ense?anzas de buenos contra malos (supremacistas frente a inferiores, pueblo contra bancos, norte contra sur).
En Espa?a hay tambi¨¦n conatos populistas. La grave y enquistada tensi¨®n en Catalu?a es uno. Otro ejemplo, algunas de las ¨²ltimas decisiones en materia de pol¨ªtica econ¨®mica al socaire de protestas en la calle (pensiones y otros elementos no sostenibles de los Presupuestos para 2018) que hasta ahora han convivido con un entorno macroecon¨®mico favorable. Esta coyuntura est¨¢ cambiando r¨¢pidamente, por lo que ser¨ªa muy ¨²til que un instrumento crucial como los presupuestos p¨²blicos pudieran tener capacidad de adelantarse y aumentar la resistencia de la econom¨ªa espa?ola ante el nuevo entorno de desaceleraci¨®n. No parece que vaya a ocurrir. Solo nos queda confiar en terceros, que el debilitamiento del crecimiento mundial sea pasajero y que el comportamiento del Gobierno italiano sea finalmente poco d¨ªscolo.
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