Deja el coche, coge el bus y vigila cu¨¢nta energ¨ªa consumes
Aparcar el veh¨ªculo privado y optar por la bici o el transporte p¨²blico es, seg¨²n los expertos, la mejor opci¨®n para contribuir a la calidad del aire
Hechos de energ¨ªa
2018 M¨¢s informaci¨®nHechos de energ¨ªa Un proyecto multimedia de Gas Natural Fenosa y EL PA?S para abordar la innovaci¨®n y digitalizaci¨®n en el sector energ¨¦tico, acercar a los lectores los retos medioambientales que enfrentamos y conversar sobre las oportunidades y desaf¨ªos que se presentan en la b¨²squeda de un futuro m¨¢s sostenible
La boina de contaminaci¨®n atmosf¨¦rica que tapa las grandes urbes no decrece. Hace menos de un mes, un informe presentado por Greenpeace suspend¨ªa en calidad del aire a Madrid y cifraba sus niveles de di¨®xido de nitr¨®geno (NO2, uno de los principales contaminantes causados por el tr¨¢fico) por encima de lo que marca Bruselas y la OMS. Al problema, relacionado con enfermedades respiratorias y cardiovasculares, se le atribuyen unas 30.000 muertes al a?o en Espa?a, seg¨²n la Agencia Europea de Medio Ambiente. Pero cada ciudadano puede poner su granito de arena para paliar esta amenaza sanitaria y ambiental. ?C¨®mo contribuir a disiparla? La mejor manera, coinciden los expertos, es revisar unos cu¨¢ntos h¨¢bitos cotidianos.
?C¨®mo me muevo por la ciudad?
Hay consenso: dejar el coche en casa es de las mejores cosas que hacer para oxigenar la atm¨®sfera. O, al menos, cogerlo solo cuando sea realmente necesario. "Su uso es la principal fuente de contaminaci¨®n urbana", sostiene Xavier Querol, investigador del Instituto de Diagn¨®stico Ambiental del CSIC. Para atajar el n¨²mero de veh¨ªculos que se lanzan a las calles existen m¨²ltiples alternativas: servicios de bicicleta p¨²blicos, alquiler de coches y motos el¨¦ctricas (con precios que rondan los 0,2 euros por minuto) y la red de transporte p¨²blico, un sistema cuyo uso reivindica Querol.
Pero no solo importa c¨®mo nos desplazamos. Tambi¨¦n influye el n¨²mero de trayectos y cu¨¢nta gente entra en cada uno de ellos. En Madrid se producen al d¨ªa unos 2,5 millones de viajes en coche por los, por ejemplo, 12.000 que aglutina BiciMad, el servicio p¨²blico de e-bikes de la capital. "Eso s¨ª", ejemplifica Querol, "aunque un autob¨²s ensucie bastante, la contaminaci¨®n per c¨¢pita se reduce considerablemente si lo cargamos entero de gente".
Si aun as¨ª crees que es indispensable subirte al coche, dale una ¨²ltima pensada. Seguro que puedes encontrar alguna combinaci¨®n bicicleta-metro para ir al trabajo, o alquilar un el¨¦ctrico para cubrir la distancia entre tu casa y la parada m¨¢s cercana del sistema p¨²blico, el llamado ¨²ltimo kil¨®metro. Si todav¨ªa lo necesitas, mejor compartirlo y tratar de elevar su media de ocupaci¨®n, de 1,2 pasajeros. Y si no queda m¨¢s remedio que comprar uno nuevo, "que sea h¨ªbrido [GNC o GLP] o el¨¦ctrico, nunca di¨¦sel", recomiendan desde Ecologistas en Acci¨®n.
En casa, ?qu¨¦?
Lo primero, evita que tu casa sea un coladero de energ¨ªa. Puedes estar consumiendo de m¨¢s debido a un mal aislamiento o a unas instalaciones ineficientes. Y con ello, contaminando de m¨¢s, ya que poner la calefacci¨®n o el aire acondicionado "conlleva un coste ambiental muy importante", explica Miguel ?ngel Ceballos, portavoz de calidad del aire de Ecologistas en Acci¨®n. Moderarlo pasa por blindar t¨¦rmicamente el hogar (vigilar las fugas de calor y fr¨ªo, sellar las estancias y, si se puede, contar con ventanas de doble acristalamiento), instalar dispositivos de alta calificaci¨®n energ¨¦tica y elegir una tarifa que optimice nuestro gasto (para ello existen simuladores de consumo que recomiendan la mejor opci¨®n). "Y, por supuesto, no pasarse con la climatizaci¨®n", a?ade Querol, cuya temperatura deber¨ªa rondar los 20-21 grados en invierno y los 26-27 en verano.
Desde la Asociaci¨®n de Empresas por la Eficiencia Energ¨¦tica, adem¨¢s, instan a cambiar las bombillas por unas de bajo consumo, llenar los electrodom¨¦sticos cuando los usemos, no dejar los aparatos en stand by y cambiar a un termostato digital para programar con tiempo la calefacci¨®n, una medida que puede ahorrar entre un 15% y un 20% de energ¨ªa. Y si hay alguna reforma que hacer, conviene dejar de lado las pinturas y barnices con disolventes org¨¢nicos, "sustancias muy relacionada con la contaminaci¨®n por ozono (O3)", seg¨²n Ceballos.
?Qu¨¦ hacen las grandes ciudades para frenar la contaminaci¨®n?
Las principales ciudades espa?olas sufren de manera distinta episodios de contaminaci¨®n
?Qu¨¦ compro y qu¨¦ no?
Prescinde siempre que puedas de los ¨²tiles de usar y tirar. "Son objetos que pesan mucho en las emisiones industriales, tanto en su producci¨®n como en su recuperaci¨®n", ampl¨ªa Ceballos. Hoy se pueden encontrar sustitutivos de casi todo: bolsas de tela o tarros de cristal en vez de las cada vez m¨¢s perseguidas de pl¨¢stico, servilletas de papel en vez de textiles e incluso pa?ales reutilizables.
Elegir productos de proximidad, comprobar el etiquetado en busca de certificaciones ecol¨®gicas y adquirir productos a granel son otros h¨¢bitos beneficiosos. "Y, siempre que se pueda, reducir el consumo de carne", a?ade Querol, que explica que en Europa cerca del 95% de las emisiones de amoniaco vienen de la agricultura, del uso de los purines en las granjas. Un cambio que figura entre los que m¨¢s pueden reducir la contaminaci¨®n urbana, seg¨²n un reciente estudio de la Universidad de Columbia Brit¨¢nica.
?Y la basura?
Fruta pasada, verduras ennegrecidas, peladuras, plantas: inquilinos habituales de cualquier cubo de basura. Los residuos org¨¢nicos, el 40% de lo que desecha de media cualquier ciudadano, pueden ser convertidos en abono con cierta facilidad, una manera de aligerar la contaminaci¨®n asociada a su quema o eliminaci¨®n en vertederos. Para ello basta con adquirir una compostadora en cualquier gran superficie e informarse en p¨¢ginas como Composta en Red, una de las muchas asociaciones que promueven este sistema. Aunque, sostiene Ceballos, "lo ideal ser¨ªa recuperar que esta basura se gestionara por ley para que se pudiese recuperar toda".
Separar el resto de residuos tambi¨¦n eleva la calidad del aire. Al hacerlo, explica Ceballos, se reducen los procesos de fabricaci¨®n (menos materias primas) y se recicla con mayor eficacia. Todo aquello de lo que nos vayamos a deshacer tiene su lugar adecuado, tanto en los contenedores selectivos (amarillo, verde, azul) como en puntos limpios: vidrio, envases de pl¨¢stico, briks, latas, pilas, aceite, neum¨¢ticos, aparatos electr¨®nicos. Ante cualquier duda basta con acudir a las gu¨ªas online que ponen a disposici¨®n del ciudadano las p¨¢ginas de la mayor¨ªa de ayuntamientos.
Querol termina con un extra: "Seleccionar bien el partido pol¨ªtico al que votamos: que te convenza de que est¨¢ haciendo cosas por el paro, por la educaci¨®n, por la sanidad... Pero tambi¨¦n por mejorar la calidad del aire que respiramos".
Esta noticia, patrocinada por Naturgy, ha sido elaborada por un colaborador de EL PA?S.