El nuevo choque de Trump y Trudeau tensa a¨²n m¨¢s la negociaci¨®n del TLC
Las conversaciones entran en v¨ªa muerta, con el sector m¨¢s proteccionista al mando en Washington y con Canad¨¢ como principal objetivo de los ataques de la Casa Blanca
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
El tormentoso fin de semana de reuniones de los principales l¨ªderes mundiales tensa a¨²n m¨¢s la renegociaci¨®n del Tratado de Libre Comercio de Am¨¦rica del Norte (TLC). La tensi¨®n vivida?en el marco de la cumbre del G7, con duros intercambios de acusaciones entre Estados Unidos y sus principales aliados, promete un enconamiento a¨²n m¨¢s profundo de las posturas en el mayor proceso de di¨¢logo comercial del planeta. Lo que m¨¢s preocupa a quienes participan del d¨ªa a d¨ªa de la negociaci¨®n es el duro intercambio de declaraciones entre Donald Trump y el jefe de Gobierno canadiense, Justin Trudeau: sin un buen entendimiento entre el presidente estadounidense y el l¨ªder canadiense, la probabilidad de fumata blanca a corto plazo es ¨ªnfima. Ante la multiplicaci¨®n de piedras en el camino, los negociadores ya tienen la vista puesta en 2019.
"Los canadienses somos amables y razonables", dijo el premier canadiense cuando su hom¨®logo estadounidense ya hab¨ªa puesto rumbo a Singapur desde Quebec, la ciudad que albergaba el G7. "Pero no nos van a avasallar". Trudeau tambi¨¦n se quej¨® amargamente por el argumento esgrimido por Washington para el reciente arancel sobre el acero y el aluminio ¡ªla seguridad nacional¡ª cuando soldados de ambos pa¨ªses "han luchado hombro con hombro desde la Primera Guerra Mundial". La respuesta de Trump lleg¨®, a su estilo, ya desde el Air Force One: v¨ªa Twitter,?acus¨® al primer ministro canadiense de mentir, insisti¨® en la idea poner trabas sobre los veh¨ªculos importados de ese pa¨ªs y anunci¨® que no firmar¨ªa el comunicado final de la cumbre. Un antes y un despu¨¦s en los habitualmente suaves y diplom¨¢ticos encuentros de las siete mayores potencias del planeta. Marca de la casa de Trump.
Peter Navarro, uno de los hombres m¨¢s cercanos al presidente ¡ªclave en su particular guardia de corps¡ª, a?adi¨® m¨¢s le?a al fuego al cargar contra la estrategia de cabildeo seguida en Washington?por los funcionarios canadienses ¡ªy mexicanos, aunque no mencion¨® expl¨ªcitamente al pa¨ªs latinoamericano en ning¨²n momento¡ª. "Tendr¨ªamos un acuerdo si los canadienses pasaran m¨¢s tiempo en la mesa de negociaci¨®n y menos haciendo presi¨®n sobre el Capitolio", dijo Navarro.?Pese a las airadas cr¨ªticas de Trump y su equipo al vecino del norte, EE UU mantiene super¨¢vit comercial con Canad¨¢ y los aranceles canadienses promedio ¡ªsalvo en el caso de los l¨¢cteos, el que ha desatado la c¨®lera del presidente en esta ocasi¨®n¡ª est¨¢n l¨ªnea con las principales potencias mundiales. Pr¨¢cticamente todos los bienes que cruzan a diario la frontera entre ambos pa¨ªses ¡ªuna de las m¨¢s porosas del planeta¡ª est¨¢n exentos.
M¨¦xico observa el choque entre sus dos socios regionales desde la barrera. La lectura negativa es la que m¨¢s pesa en la balanza: en tanto no se resuelva la negociaci¨®n del TLC, seguir¨¢ siendo la principal v¨ªctima de la incertidumbre comercial en Norteam¨¦rica. El peso mexicano es el mejor term¨®metro y desde mediados de abril, cuando las negociaciones volvieron a torcerse y Andr¨¦s Manuel L¨®pez Obrador consolid¨® su posici¨®n de puntero en la carrera para las elecciones presidenciales del pr¨®ximo 1 de julio, la moneda mexicana ha retrocedido casi un 15% frente al d¨®lar.?Pero no solo pesa lo negativo:?como ya ocurriera a principios de a?o, M¨¦xico escapa del ojo del hurac¨¢n, un lugar que ahora vuelve a ocupar Canad¨¢, para quien Trump y su equipo reservan sus calificativos m¨¢s duros.
M¨¢s all¨¢ del ¨²ltimo cruce de declaraciones con Trudeau, la Administraci¨®n estadounidense sigue sin apearse de sus principales exigencias en la mesa de negociaci¨®n del TLC. Las tres ideas m¨¢s disruptivas ¡ªun mayor porcentaje de contenido regional en la industria automotriz, con un umbral m¨ªnimo de componentes producidos en zonas de alto ingreso, requisito que cumplen EE UU y Canad¨¢ pero no M¨¦xico, la disoluci¨®n de los actuales mecanismos de resoluci¨®n de controversias?y la pol¨¦mica cl¨¢usula de terminaci¨®n autom¨¢tica del tratado cada cinco a?os¡ª siguen encima de la mesa. Y en Ottawa y en la Ciudad de M¨¦xico insisten en que un mal acuerdo es peor que un no acuerdo y remarcan que no mover¨¢n las l¨ªneas rojas trazadas al inicio de la negociaci¨®n. Est¨¢n dispuestos a negociar, pero no todo.
Un paso m¨¢s en la confrontaci¨®n comercial con Canad¨¢ y M¨¦xico ser¨ªa pr¨¢cticamente el certificado de defunci¨®n del TLC. En los pr¨®ximos meses se sabr¨¢ el resultado de la investigaci¨®n encargada por Washington sobre si es o no necesario un arancel del 25% sobre las importaciones de autom¨®viles, por mucho el principal sector en la balanza comercial entre los tres socios norteamericanos. El mayor damnificado ser¨ªa M¨¦xico: la tercera parte de sus ventas al exterior son coches y sus componentes. Pero no ser¨ªa, ni mucho menos, el ¨²nico. Canad¨¢ sufrir¨ªa y el propio EE UU acabar¨ªa pagando en carne propia su decisi¨®n con una p¨¦rdida de casi 200.000 empleos en el sector automotor, el 2% de su fuerza laboral, seg¨²n el ¨²ltimo c¨¢lculo del Peterson Institute for International Economics.
"Un arancel as¨ª ser¨ªa casi mortal para el TLC", resume Dany Bahar, de la Brookings Institution. "Y, m¨¢s all¨¢ de eso, lo que hemos visto este fin de semana es muy preocupante para el TLC. Se trata de la constataci¨®n de que los proteccionistas y mercantilistas de Washington han tomado control de los temas comerciales: Peter Navarro, Wilbur Ross y Robert Lighthizer. Los extremistas est¨¢n al mando en Washington", sintetiza. El sue?o ¡ªy las promesas¡ª de un acuerdo r¨¢pido se esfuman.
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