Trump y la nueva era
El presidente de los EE UU est¨¢ iniciando una guerra comercial y el resto de territorios est¨¢n subiendo aranceles a su pa¨ªs
En los a?os treinta, durante la Gran Depresi¨®n, muchos pa¨ªses abandonaron el patr¨®n oro y comenz¨® una serie de devaluaciones competitivas para empobrecer al vecino. Y se produjo una guerra comercial con subida de aranceles para proteger la producci¨®n nacional. El mercantilismo es tan antiguo como la civilizaci¨®n y el comercio. David Hume ya denunci¨® las falacias de sus argumentos y David Ricardo, maestro de Karl Marx, formaliz¨® sus efectos perniciosos sobre el empleo y los salarios de los trabajadores a largo plazo.
Tras la Segunda Guerra Mundial naci¨® la ONU. Una de sus misiones era promover el multilateralismo para evitar los errores del periodo de entreguerras que agravaron la depresi¨®n y provocaron m¨¢s desempleo e infelicidad.
Donald Trump defiende los argumentos proteccionistas. La revoluci¨®n neocon comenz¨® con el libro de Friedrich Hayek Camino de Servidumbre en 1944. En el mundo de las ideas se crean mutaciones extra?as y de un defensor de los mercados libres la revoluci¨®n ha degenerado en Trump que es proteccionista como: Mussolini, Franco o Fidel Castro.
Trump ha bajado siete puntos en su nivel de aprobaci¨®n en los ¨²ltimos meses y en noviembre hay unas elecciones claves donde los republicanos pueden perder la mayor¨ªa del Congreso y eso pondr¨ªa en riesgo su reelecci¨®n. Por eso est¨¢ especialmente agresivo y culpa a los extranjeros de robar a los americanos para volver a ganar en Michigan, un estado industrial donde los republicanos no ganaban desde los a?os ochenta y donde gan¨® por tan solo 10.000 votos.
Hayek y los cl¨¢sicos neocon ten¨ªan ¨¦tica. Trump no sabe lo que es la ¨¦tica y ha perdido la est¨¦tica. La realidad es que el arancel medio en bienes industriales de la Uni¨®n Europea es del 1,4%, inferior al 1,6% de EE UU. Europa tiene protegidos 45 bienes y EE UU, 335. Y, por ejemplo, la mayor f¨¢brica del mundo de BMW est¨¢ en Carolina del Sur.
Trump est¨¢ iniciando una guerra comercial y el resto de pa¨ªses ya est¨¢ subiendo aranceles a EE UU. De momento ha empezado por el acero y el aluminio que son bienes intermedios. Por lo tanto, al subir sus precios har¨¢ menos competitivos muchos bienes producidos en EE UU y reducir¨¢ el empleo industrial. La Uni¨®n Europea y China ya han anunciado aranceles sobre bienes finales importados de EE UU. La guerra que inicia provocar¨¢ que muchos trabajadores industriales de Michigan pierdan su empleo y parad¨®jicamente muchos votaron a Trump.
El Am¨¦rica primero es mercantilismo rancio y en tan solo dos a?os este personaje ha puesto en cuesti¨®n el sistema multilateral de naciones que cost¨® siete d¨¦cadas construir. Su forma agresiva y aleatoria de negociar tiene desconcertada a la diplomacia internacional, incluida la estadounidense que dependen de lo que su jefe ponga en Twitter sin consultar a nadie.
En sus hoteles Trump negociaba igual y cuando se equivocaba se acog¨ªa al cap¨ªtulo once de quiebras y no pagaba sus deudas, algo que hizo varias veces. Ahora negocia con el malet¨ªn nuclear. Mantengamos los dedos cruzados.
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