Salarios m¨ªnimos, sueldos m¨¢ximos
Imaginemos que se pone freno al desmesurado crecimiento de los sueldos de los altos directivos de las corporaciones empresariales. Por ejemplo, con un l¨ªmite de tal forma que el sueldo del primer ejecutivo no pueda exceder equis veces el salario m¨ªnimo de los empleados. ?Afectar¨ªa a la calidad de la gesti¨®n y al crecimiento de la empresa? ?Deslegitimar¨ªa el sistema de mercado? No. Al contrario
La limitaci¨®n de sueldos tendr¨ªa efectos beneficiosos tanto para la empresa como, y esto es lo m¨¢s importante, para el buen funcionamiento de la sociedad y de la democracia. Con los datos que nos ofrecen el World Income Database, el World Inequality Report 2018 y los trabajos, entre otros, de Wilkinson y Pikett podemos decir lo siguiente. Primero, que el aumento de la desigualdad responde m¨¢s a las pol¨ªticas p¨²blicas y empresariales nacionales que a fen¨®menos como el comercio global o el cambio t¨¦cnico. Segundo, que la desigualdad salarial dentro de las empresas es una de las causas principales del aumento de la desigualdad en la distribuci¨®n de la renta de nuestras sociedades. Tercero, que en la medida en que se ampl¨ªa la desigualdad, la sociedad y la democracia comienzan a funcionar mal; es decir, se intensifican las patolog¨ªas sociales y pol¨ªticas (populismos pol¨ªticos autoritarios). Y, cuarto, que la concentraci¨®n de la renta y la riqueza lleva a la corrupci¨®n de los sentimientos morales de los muy ricos, como ya se?alara el mismo Adam Smith, provocando p¨¦rdida de empat¨ªa con el resto de la sociedad y debilitando la cohesi¨®n social.
El porcentaje del aumento de renta y riqueza que se ha producido en los ¨²ltimos 30 a?os y que ha ido a manos del 1% por ciento m¨¢s rico ha ido en continuo aumento mientras que los salarios reales (descontada la inflaci¨®n) se estancaban o disminu¨ªan. La mitad de ese 1% son los altos directivos de las corporaciones. Por otro lado, mientras que el m¨²ltiplo entre sueldos de altos directivos y salarios de los empleados era del orden de 30 veces en los a?os 80 hoy est¨¢ por encima de 300 veces en EE UU y de 100 veces en Europa, siendo Espa?a el pa¨ªs que est¨¢ m¨¢s por encima de la media europea.
?Hay justificaci¨®n para estos elevados sueldos? La investigaci¨®n acad¨¦mica no encuentra ning¨²n argumento convincente relacionado con una mayor eficiencia de los directivos mejor pagados. La explicaci¨®n parece estar, por un lado, en el aumento de la concentraci¨®n empresarial y en el debilitamiento de la defensa de la competencia que permite a los altos directivos practicar pol¨ªticas retributivas en beneficio propio y contrarias al inter¨¦s general y, por otro, en el modelo exclusivamente financiero de gobierno de la empresa que vincula la retribuci¨®n variable de los directivos a los beneficios.
La desigualdad salarial dentro de las empresas se puede considerar como una externalidad social negativa, al igual que la contaminaci¨®n, la emisi¨®n de gases invernadero o la corrupci¨®n. Es decir, las empresas producen m¨¢s desigualdad de la que desea la sociedad. Esta externalidad negativa abre un campo para la regulaci¨®n p¨²blica y la autorregulaci¨®n, como ya ocurre con la contaminaci¨®n medioambiental.
?Qu¨¦ medidas se podr¨ªan aplicar? Como ocurri¨® en los a?os 30, est¨¢n surgiendo movimientos de reforma y pol¨ªticas p¨²blicas muy interesantes. En Estados Unidos existe un movimiento orientado a vincular el sueldo m¨¢ximo de los altos directivos con el salario m¨ªnimo de los empleados. De esa manera los directivos tendr¨ªan inter¨¦s en mejorar las condiciones de vida de los empleados. Acompa?ando a este movimiento est¨¢n surgiendo pol¨ªticas p¨²blicas que buscan someter a elevada tributaci¨®n a las empresas donde la retribuci¨®n de los altos directivos excede de 100 veces el salario del trabajador medio. Es el caso de Atlanta en el estado de Oreg¨®n. La ciudad de San Francisco va a someter este pr¨®ximo Noviembre a refer¨¦ndum una medida de este tipo. Tambi¨¦n en Europa han surgido movimientos de este tipo. En general, responden al cambio en la tolerancia social a la desigualdad que provocan esos sueldos desproporcionados e indecentes.
Los avances no ser¨¢n, sin embargo, f¨¢ciles. Necesitamos innovaciones conceptuales en la teor¨ªa de la empresa y en los modelos de gobernanza. De la misma forma que hoy la sostenibilidad ambiental ya forma parte de los objetivos de la empresa responsable tiene que ocurrir lo mismo con la desigualdad. El gran reto para los defensores del capitalismo responsable e inclusivo y para los directivos es incorporar la reducci¨®n de la desigualdad como uno de los objetivos fundamentales de la gobernanza de las empresas.
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