La rebeli¨®n de las limpiadoras
Las trabajadoras dom¨¦sticas se movilizan para acabar con a?os de discriminaci¨®n. Su ¨²ltima batalla: tumbar una enmienda que aplaza la mejora de derechos
La escena sucedi¨® esta semana frente al Congreso de los Diputados. Graciela, Rafaela, Marta y muchas otras mujeres de edades y procedencias distintas se saludaban con largos besos, abrazos y preguntas de ?c¨®mo est¨¢s, hermosa? Una ofrec¨ªa cerezas de un tupper.Otra dec¨ªa que, tras todo el d¨ªa sin parar, ten¨ªa que comer un bocadillo si no quer¨ªa acabar desmayada. Se preparaban para el pr¨®ximo reto: reunir a cuantas m¨¢s compa?eras mejor como forma de presi¨®n. Al preguntarle a una por el n¨²mero de manifestantes que esperaba, respondi¨® con sorna que m¨¢s de 100.000. ¡°En el fondo es verdad. Porque cada una de nosotras vale por diez¡±, a?adi¨® ya en un tono m¨¢s serio, adoptando un aire casi de hero¨ªna.
¡°Empec¨¦ en el activismo porque me dec¨ªan que no ten¨ªa derecho a festivos¡±, dice una interna
Todas ellas ¡ªempleadas del hogar y de los cuidados¡ª se hab¨ªan reunido en el centro de Madrid para gritar que, tras a?os de discriminaci¨®n e invisibilidad, reclaman los mismos derechos que el resto de trabajadores. Cosas tan b¨¢sicas como un subsidio por desempleo, un convenio colectivo y otras herramientas que sirvan como escudo en un sector donde abundan los abusos. Son m¨¢s de 600.000 personas ¡ªde las que el 96% son mujeres; en torno a un tercio no est¨¢n dadas de alta; y una gran parte, imposible de cuantificar, de origen migrante¡ª que cada d¨ªa se desloman limpiando casas o atendiendo a ancianos, ni?os o discapacitados. Y que ahora han dicho basta.
La ¨²ltima batalla de la guerra tiene nombre propio, la enmienda 6777, presentada el pasado mayo por el Grupo Popular a los Presupuestos Generales del Estado. Esta iniciativa parlamentaria retrasa cinco a?os ¡ªdel 1 de enero de 2019 inicialmente previsto al 1 de enero de 2024¡ª la equiparaci¨®n del sistema de cotizaci¨®n de las empleadas de hogar al r¨¦gimen general de la Seguridad Social. As¨ª, denuncian las afectadas, se posterga cinco a?os m¨¢s una situaci¨®n de extrema debilidad.
Los populares justificaron su enmienda como un intento de ¡°evitar una serie de efectos negativos¡±, como ¡°la generaci¨®n de nuevas obligaciones para los empleadores del hogar¡±. Para la abogada Natalia Slepoy, sin embargo, este documento supone ¡°un agravio comparativo que va a suponer mayores lagunas de cotizaci¨®n en un sector donde las jubilaciones ya son muy bajas, porque el trabajo sin contrato es muy habitual¡±.
Las empleadas dom¨¦sticas ya dieron un paso fundamental en 2011, cuando arrancaron al Gobierno un compromiso para introducirlas en el r¨¦gimen general de la Seguridad Social. Pero entonces se pact¨® un sistema especial con menores derechos de los habituales. Y para asuntos como las cotizaciones se fij¨® un periodo transitorio que deb¨ªa concluir el pr¨®ximo a?o, y que ahora se pospone a 2024. Pero adem¨¢s, factores tan importantes como la prestaci¨®n por desempleo, la inclusi¨®n en una ley de riesgos laborales o f¨®rmulas para evitar el despido libre sin protecci¨®n quedaban fuera del alcance de estas mujeres.
Las cotizaciones deb¨ªan equipararse en 2019, pero las trabajadoras tendr¨¢n ahora que esperar cinco a?os m¨¢s
Graciela Gallego lleg¨® a Espa?a procedente de Colombia un s¨¢bado de hace 13 a?os y al lunes siguiente ya estaba cuidando de ¡°la abuelita¡±. Desde entonces, esta mujer de 59 a?os no ha parado de sacar a pasear, limpiar o acompa?ar a ancianos en r¨¦gimen de interna. ¡°En todo este tiempo solo he tenido tres empleadores. Hace poquito enterr¨¦ a la abuela con la que estuve m¨¢s de seis a?os y ahora busco otra familia. Estoy desprotegida¡±, explica. En su ¨²ltimo empleo, Gallego cobraba 950 euros por 24 horas al d¨ªa de dedicaci¨®n a una anciana; con un descanso de 36 horas que comenzaba el s¨¢bado por la ma?ana y acababa en la tarde-noche del domingo.
Gallego solo tiene buenas palabras para las familias para las que ha trabajado. Pese a ello, hace ya una d¨¦cada que se dio cuenta de que viv¨ªa situaciones injustas, lo que le empuj¨® al activismo. Un d¨ªa algo en su cabeza hizo clic, y vio que si quer¨ªa mejorar sus condiciones de vida ten¨ªa que organizarse con otras como ella. ?Cu¨¢l fue el desencadenante? ¡°Los d¨ªas festivos. Nos dec¨ªan que no ten¨ªamos derecho a ellos¡±, responde.
Nueva ola feminista
En la manifestaci¨®n frente al Congreso del mi¨¦rcoles, grupos de mujeres bland¨ªan fregonas o escobillas del ba?o al grito de ¡°Porque sin nosotras no se mueve el mundo¡±. Las protagonistas de la jornada admiten que la nueva oleada feminista que el pasado 8 de marzo llen¨® las calles espa?olas de mujeres ha dado nueva fuerza a sus reivindicaciones. ¡°Los cuidados han sido uno de los ejes fundamentales de las marchas feministas. Y ah¨ª se incluyen tanto los que se prestan en las familias como los que hacen las trabajadoras. Hace falta una reorganizaci¨®n de la sociedad que tenga en cuenta la absoluta feminizaci¨®n e invisibilizaci¨®n de los cuidados. Las dos luchas est¨¢n muy ligadas¡±, opina la abogada Slepoy.
Al igual que Gallego, Marta Arboleda es colombiana y trabajaba como cuidadora en r¨¦gimen de interna. Pero hace m¨¢s de un a?o que abandon¨® este puesto, cansada de una dedicaci¨®n exclusiva que le consum¨ªa todo el tiempo. ¡°Aunque estaba con una gran familia, me di cuenta de que no ten¨ªa vida. Como interna, vives para tus empleadores. Y cuando sales los fines de semana, lo ¨²nico que quieres es descansar¡±, explica Arboleda en uno de los pocos momentos libres que le quedan entre discurso y baile con canciones de Shakira, Chayanne o Raphael reinterpretadas con letras reivindicativas.
¡°En muchos sitios, con o¨ªrte el acento y saber de qu¨¦ trabajas ya te miran por encima del hombro. As¨ª que aqu¨ª, con mis compa?eras, es donde debo estar. El asociacionismo es la ¨²nica forma de lograr cambios¡±, concluye su compatriota Gallego.
El Gobierno se plantea c¨®mo ampliar sus derechos
La lucha de las trabajadoras del hogar coloca al Gobierno en una dif¨ªcil tesitura. Por una parte, la ministra de Trabajo, Magdalena Valerio, subraya la necesidad de ampliar los derechos de este colectivo. Pero al mismo tiempo, en su equipo admiten la dificultad de tomar decisiones inmediatas teniendo en cuenta que el gasto de este a?o est¨¢ limitado por el Presupuesto que dej¨® en herencia el PP. ¡°No son nuestros Presupuestos. No estamos de acuerdo con ellos. Pero asumimos que tenemos que gobernar con ellos¡±, aseguran en el ministerio.
Mientras, el Gobierno se plantea qu¨¦ medidas abordar para atender las reivindicaciones de cuidadoras y limpiadoras. As¨ª, en Trabajo dicen que van a trabajar para ratificar el convenio 189 de la OIT ¡ªfirmado en 2011 y ratificado por 25 pa¨ªses, pero no por Espa?a¡ª para ampliar sus derechos. ¡°La voluntad de la ministra es estudiar el desarrollo y coste de este convenio, teniendo en cuenta que este a?o el gasto est¨¢ muy limitado¡±, dicen fuentes ministeriales.
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