La pesca espa?ola amarra por la faena de Marruecos
EL PA?S se embarca con uno de los 70 pesqueros europeos que faena en aguas marroqu¨ªes, y que desde este s¨¢bado quedar¨¢n amarrados porque el acuerdo Marruecos-UE no se ha renovado de momento
Para cuando, al alba, el sol despunta por levante, Manolo el Millonario ya ha dado la orden de recoger los 5,4 kil¨®metros de palangre con los que tienta a la suerte en otro duro d¨ªa de pesca en aguas de Marruecos. Es 29 de junio y hace ya casi cinco horas que ¨¦l y sus tres marineros dejaron atr¨¢s el puerto de Conil de la Frontera. Apenas 12 horas antes, dos ministros del nuevo Gobierno de Pedro S¨¢nchez han visitado Rabat para asegurar que mantienen las "excelentes" relaciones con el pa¨ªs vecino. Pero El Millonario es perro viejo en la mar y sabe que el acuerdo que permitir¨¢ seguir faenando en aguas marroqu¨ªes a 70 pesqueros europeos como el suyo sigue atascado: "Lo veo bien negro. Puede que se llegue a firmar otro pacto, pero, de momento, nos quedamos sin faenar".
Y el patr¨®n Manuel Ligero ¡ªnombre que se oculta tras el famoso pseud¨®nimo heredado de su abuelo¡ª no yerra en los vaticinios que hace desde su puente de mando. Despu¨¦s de tres infructuosas rondas de negociaciones entre Bruselas y Rabat ¡ªenquistadas en buena medida por una sentencia del tribunal de la UE relativa al S¨¢hara¡ª el vigente acuerdo de pesca entre la UE y Marruecos llega a su fin. Y no hay uno nuevo que lo sustituya. Este s¨¢bado 14 de julio la flota se sume en la mayor de las incertidumbres. Hasta que Marruecos y la Uni¨®n Europea no rubriquen un nuevo pacto, Ligero y en torno a otros mil pescadores europeos tienen que amarrar su flota sine die y dejar de facturar. Es un negocio que supone 80 millones anuales.
La paralizaci¨®n puede durar meses, es probable que incluso m¨¢s de seis, en los que no podr¨¢n trabajar en esos caladeros. El Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentaci¨®n anunci¨® el mi¨¦rcoles que prepara ayudas para la flota pesquera espa?ola ante el retraso del nuevo acuerdo.?El patr¨®n Manolo tendr¨¢ que decidir si se acoge a esta ayuda o si prueba suerte de nuevo faenando en aguas espa?olas. A¨²n no sabe qu¨¦ har¨¢.?
En el barco de Manolo la jornada comienza a las 1.30 de la madrugada. Apenas hay viento, pero nada m¨¢s atravesar la bocana del puerto, el pesquero de casi 14 metros de eslora se mueve como una c¨¢scara de nuez a merced de las olas. "Esto no es nada comparado con otros d¨ªas", asevera el patr¨®n. Por delante, restan 16 horas hasta regresar de nuevo a las costas de C¨¢diz. Ayer la faena fue bien con el pez sable y 'el Millonario' quiere probar qu¨¦ tal va hoy con el besugo de la pinta y el mero, dos cotizadas especies en los mercados espa?oles.
Los marineros Dani Ligero ¡ªsegundo patr¨®n y hermano de Manuel¡ª, Manuel Olmedo y Diego Heredia preparan la 'carn¨¢': enganchan trozos de pescado como cebo en los anzuelos. Manolo pone rumbo a Marruecos mientras su tripulaci¨®n faena rauda y en silencio. Quieren poder dormir algo, acurrucados en una esquina de la cubierta. "El viaje dura m¨¢s que la pesca en s¨ª misma. Lo mejor es que durm¨¢is algo. El ruido y el meneo te saben a nana", asegura el patr¨®n mientras la proa se abre camino, a brincos, en alta mar.
Como otros 39 patrones de C¨¢diz -repartidos entre Conil, Barbate o Algeciras-, hace ya 11 a?os que Ligero se acogi¨® al primer acuerdo de pesca con Marruecos, en 2007. Fue por necesidad, los caladeros del Golfo de C¨¢diz dan poco margen a la rentabilidad a barcos de pesca artesanal como el suyo. Dos duros acuerdos despu¨¦s -cada uno de cuatro a?os, con una pr¨®rroga y una paralizaci¨®n de por medio-, 'El Millonario' revive de nuevo sus peores recuerdos: "Ya estuvimos dos a?os sin venir por un bloqueo anterior entre 2011 y 2013. Ahora ni hemos comprado m¨¢s 'carn¨¢' en vista de que va a volver a pasar".
De la noche a la ma?ana
Tres palmadas sordas sobre la pared del puente de mando; Ligero deja de hablar y despierta a su mariner¨ªa. La embarcaci¨®n ha llegado al caladero, a 28 millas de Espa?a y 23 de Marruecos (a unos 52 y 42 kil¨®metros, respectivamente), a la altura de cabo Espartel. En la negrura de la madrugada, solo se aprecian las luces de los enormes buques de mercanc¨ªas que van y vienen por el Estrecho. "Esto es de las carreteras calientes m¨¢s grandes de la mar", sentencia el patr¨®n, antes de retomar, a destajo, la faena. "?Vamos, que se nos va el tiempo!", grita Daniel Ligero. ?l y Olmedo tiran al mar 30 palangres de 180 metros divididos en siete partes o tendidos. Por cada tendido, el Millonario vira de rumbo zigzageando en el mar. En total, son 5,4 kil¨®metros de madre (un sedal grueso) del que parten diversas tanzas con anzuelos y atado a boyas y ladrillos.
El palangre de fondo es solo una de las artes de pesca tradicionales que usan los 50 barcos espa?oles ¡ªla mayor¨ªa andaluces, seguidos de canarios y gallegos¡ª que faenan en aguas de Marruecos. El cerco o la pesca de ca?a y l¨ªnea son las otras que practican, habitualmente en aguas marroqu¨ªes m¨¢s pr¨®ximas a Espa?a y con un bajo impacto en el total de capturas europeas. "El ¨²ltimo protocolo de 2014 permite 126 buques de la UE de 11 pa¨ªses diferentes y de seis categor¨ªas distintas", explica Javier Garat, secretario general de Cepesca y presidente de Europ¨ºche. Eso supondr¨ªa un total de 1.500 puestos de trabajo, de ellos 500 ser¨ªan marroqu¨ªes y 700 espa?oles.
En la pr¨¢ctica, Europa est¨¢ usando una media de 70 licencias anuales que generan unos 1.000 empleos, seg¨²n un estudio de la Comisi¨®n Europea de septiembre de 2017. De estos permisos usados, solo 18 buques, mayormente holandeses o lituanos, pescan con arrastre pel¨¢gico, una modalidad industrial que concentra la mayor¨ªa del total de 83.000 toneladas de pescado capturado al a?o en aguas marroqu¨ªes. "El 93% corresponde a estos arrastreros no espa?oles", reconoce Garat. Aunque todos sufran las consecuencias es la actividad de esta flota la que, en buena medida, bloquea un nuevo acuerdo. El arrastre pel¨¢gico suele faenar en los ricos caladeros del S¨¢hara Occidental. Justo los que, el pasado mes de febrero, el Tribunal de Justicia de la Uni¨®n Europea (TJUE) consider¨® que no pueden estar dentro de pactos con Marruecos ya que "no est¨¢n comprendidos" en su zona de pesca, al tratarse de un territorio ocupado.
La sentencia lleg¨® en plena renovaci¨®n del acuerdo y, dese entonces, acercar posturas no ha sido f¨¢cil. En las tres rondas de negociaciones, Rabat reclama tambi¨¦n el doble de los 40 millones anuales de compensaci¨®n que Europa le pagaba hasta ahora por el uso de sus caladeros. Es la contraprestaci¨®n por los 80 millones de euros anuales de beneficio que se embolsan los pesqueros europeos por faenar en sus aguas. Para el secretario general de Cepesca la inversi¨®n actual compensa: "Un informe europeo determin¨® que por cada euro invertido en Marruecos se genera 2,78 euros de valor a?adido".
Por eso, Bruselas se mueve entre la obligaci¨®n de respetar el pronunciamiento judicial y su intenci¨®n de "fortalecer la asociaci¨®n duradera y valiosa" con el pa¨ªs africano, seg¨²n fuentes oficiales de la UE. Lejos de esos despachos donde se mide al mil¨ªmetro cada valoraci¨®n, Ligero ve amanecer m¨¢s dentro de esas 200 millas de aguas de competencia marroqu¨ª en uno de sus ¨²ltimos d¨ªas en la zona. ?l ya no est¨¢ para contemplaciones: "Es evidente que con toda esta espera, como pasa con los flujos de inmigraci¨®n, Marruecos lo que busca es hacerse notar".
Para cuando el sol empieza a apretar, Manolo y los suyos ya est¨¢n recogiendo los tendidos. ?l y Diego liberan cada pescado del anzuelo; Daniel y el otro Manuel, recolocan y ordenan cada palangre en un barre?o. Otro barco de la familia que tambi¨¦n faena por la zona se acerca a ayudar. El d¨ªa se est¨¢ dando peor de lo que pensaban. "Ya se sabe lo que dicen, marinero nuevo, temporal y poca pesca. De lo primero nos libramos, pero de lo segundo...", Dani Ligero bromea, en referencia al periodista y fot¨®grafo que les acompa?an hoy.
Manolo no es millonario, aunque todo el mundo le conozca as¨ª. "El mote se lo pusieron a mi abuelo porque pescaba y mandaba calamares a Madrid. Pero se qued¨® pescando y no se hizo rico", reconoce entre risas. Con 18, suspendi¨® "queriendo" los estudios para irse a la mar. A sus 48 a?os, ah¨ª sigue, de lunes a viernes embarcado de la madrugada a la tarde. Gracias a su faena en Marruecos, ¨¦l y sus marineros pueden llegar a conseguir los 4.000 euros por cabeza que ganaron en mayo. "Pero si la cosa va mal, otros meses ganas 200 euros, el sueldo es as¨ª de variable. Esto da para vivir bien, pero hay que trabajar duro", reconoce el patr¨®n.
Meses de amarre
La ganancia directa de Manolo y los otros siete barcos conile?os que pescan en Marruecos, es beneficio indirecto para este puerto. "En total, suman 1,3 millones de euros, eso es un tercio de lo que vende la lonja de Conil", reconoce el secretario de su cofrad¨ªa de pescadores, Nicol¨¢s Fern¨¢ndez. "La flota andaluza, gaditana principalmente, captura 1.544 toneladas, eso supone cuatro millones de euros. Puede no parecer mucho, pero llega a localidades muy necesitadas. Da vida a cada puerto", sentencia Garat.
Sin embargo, esa actividad se detiene ahora sin una fecha clara de regreso. La ¨²ltima negociaci¨®n concluy¨® el pasado 6 de julio en Rabat sin ¨¦xito. Sin la pr¨®rroga del actual protocolo contemplada, aunque ambas partes llegasen a una firma inmediata en la pr¨®xima reuni¨®n, la flota se tendr¨¢ que quedar amarrada en sus puertos al menos seis meses ya que el acuerdo debe ser refrendado posteriormente en el Parlamento Europeo. Con todo, Nicol¨¢s Fern¨¢ndez quiere ser optimista: "Nunca se ha dado un acuerdo con Marruecos sin el coste de fuertes negociaciones".
La faena toca a su fin. Enfila la proa de su barco hacia la bocana del puerto de Conil.?Son las cinco de la tarde y a¨²n hay que descargar el pescado en la lonja. Con 15 kilos de besugos, 50 de jureles y 20 de mero acaba uno de los ¨²ltimos d¨ªas de pesca en los caladeros marroqu¨ªes. El lunes 16 de julio es el d¨ªa de la Virgen del Carmen y el primero de la flota desembarcada. Al Millonario le tocar¨¢ celebrar la fiesta de los marineros con la peor de las sensaciones posibles: "Solo nos queda la incertidumbre".
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