Apuestas por la suerte
La crisis ha eliminado a una gran cantidad del pymes del azar, pero todav¨ªa es un mercado con una fragmentaci¨®n excesiva
En teor¨ªa , el juego es uno de los negocios con m¨¢s futuro. Explota la tendencia natural del individuo a enriquecerse con el azar; es el mismo resorte que lleva a buscar oro o especular en Bolsa. La b¨²squeda de la ganancia f¨¢cil tiene una gran variedad de tonos y timbres ¨¦ticos; se repudia moralmente la ruleta, pero no se penalizan otros azares. Por otra parte, cuando se rodea de una estructura racional de explotaci¨®n, la afici¨®n al juego se convierte en una fuente de trabajo. En realidad, lo que convierte al juego en un mal social es que se pretenda imponer mediante ventajas p¨²blicas. En todo caso, el juego no tiene una buena reputaci¨®n social y esa debilidad es un h¨¢ndicap de consideraci¨®n para el negocio.
Viene lo anterior a cuento de la decisi¨®n de las autoridades p¨²blicas de proceder a una cierta liberaci¨®n tributaria del juego. Hacienda entiende ¡ªo ha entendido hasta ahora¡ª que el azar es susceptible de convertirse en una fuente de ingresos, como ya lo es ahora, que puede aumentar si se hacen concesiones fiscales. En los presupuestos de este a?o se marca el camino: est¨¢n exentos de tributaci¨®n los premios de menos de 10.000 euros; en 2019 la cantida exenta subir¨¢ a 20.000 euros y en 2020 se elevar¨¢ a 40.000. Sin prisas y sin ruido se va aligerando el peso tributario a los beneficiarios externos del negocio. Cuando Montoro decidi¨® gravar las loter¨ªas y las quinielas se interpret¨® como un caso de rapacidad fiscal o de extrema necesidad recaudatoria. Ahora se van a recuperar, de la mano del propio Montoro, cuyo timing presupuestario permanece inc¨®lume la funci¨®n incentivadora del impuesto. Responde en todo a la percepci¨®n de la realidad econ¨®mica que tienen el PP y Ciudadanos: los impuestos son un obst¨¢culo para la inversi¨®n y el empleo. Cuando se quiere incentivar alg¨²n mercado, se le retiran los tributos y ya est¨¢.
?Se ha observado acaso que el mercado del juego en Espa?a no funciona a pesar de las esperanzas puestas en la oferta online y, por eso, se pretende atraer inversiones? Pues es muy probable. El juego por Internet progresa adecuadamente, pero el convencional (loter¨ªas, quinielas, ...) est¨¢ cayendo y a mayor ritmo que el que crece el digital. Dejemos a un lado el hecho de que los grandes operadores del juego online no sean espa?oles, porque en un mercado abierto la nacionalidad es irrelevante en actividades no estrat¨¦gicas. Si es relevante, en cambio, la viabililidad del negocio del juego en Espa?a y tiene inter¨¦s saber cu¨¢les van a ser las t¨¢cticas empresariales para recuperarse de la ca¨ªda de ingresos.
La interpretaci¨®n m¨¢s sencilla de la crisis del juego tradicional es com¨²n con los problemas que aquejan a otros mercados espa?oles. En primer lugar, aparece la crisis como gran causa o motivo. La experiencia reciente parece sugerir que cuando las rentas caen el gasto en suerte desciende en una proporci¨®n incluso m¨¢s acelerada. La recesi¨®n envuelve una raz¨®n estructural. Abundan las empresas peque?as, precisamente las que desaparecen del mapa con mayor facilidad cuando se enfrentan a una depresi¨®n. La crisis reciente ha eliminado a una gran cantidad del pymes del azar, pero todav¨ªa es un mercado con una fragmentaci¨®n excesiva. Necesita otra ronda de concentraciones hasta que al fin aparezcan grupos con capacidad competitiva suficiente para acompa?ar a los Cirsa y Codere (en manos extranjeras). El factor decisivo en este proceso tiene que ser a la fuerza la innovaci¨®n. No se da un salto cualitativo en un mercado sin ella, pero hasta cierto punto la innovaci¨®n tambi¨¦n es un producto de la voluntad inversora. El juego online es sensible en particular al avance tecnol¨®gico.
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