El eterno retorno de la crisis argentina
La salida de capitales de los pa¨ªses emergentes golpea la econom¨ªa. El peso se ha devaluado m¨¢s del 50% desde enero, la tasa de inter¨¦s est¨¢ en un 60%, la inflaci¨®n no para de subir y el PIB caer¨¢ en 2018

Argentina es siempre Argentina a los ojos ajenos. Moderna, seductora y avanzada en los tiempos de bonanza; mentirosa, oscura, contradictoria y un mal ejemplo para el mundo cuando se hunde en el descr¨¦dito de una recesi¨®n econ¨®mica. Hoy est¨¢ en crisis, otra vez. Su futuro depende de un rescate del Fondo Monetario Internacional (FMI), el segundo desde junio. ?Qu¨¦ ha pasado con Argentina? ?Y con Mauricio Macri, aplaudido por el mundo hace menos de tres a?os? El capit¨¢n Mac Whirr, el personaje ideado por Joseph Conrad como protagonista de Tif¨®n, el mejor relato de tormenta jam¨¢s escrito, se empecina en no ver el peligro que se avecina. ¡°Un estorbo es un estorbo, y una nave a plena potencia debe hacerle frente¡±, dice el viejo marino a Jukes, su primer oficial, aterrado ante las evidencias del bar¨®metro que se desploma y el oleaje alto que llega desde lejos en un mar sin viento, signos de la cat¨¢strofe que los espera. El capit¨¢n ordena que el vapor Nan Shan avance hacia la tormenta. Como Argentina. Hoy, la tormenta ha estallado y el Gobierno de Macri necesita un bote salvavidas. Ha decidido apostar por soluciones ortodoxas, mientras promete que el futuro ser¨¢ mejor que el presente.
La apelaci¨®n a las legendarias tempestades de Conrad no es caprichosa. El propio Macri dijo hace tres meses, cuando anunci¨® la vuelta de Argentina al FMI, que su pa¨ªs enfrentaba ¡°una tormenta perfecta¡± y necesitaba ayuda. Explic¨® entonces que el dinero estaba huyendo de los mercados emergentes producto de la subida de tipos de inter¨¦s en Estados Unidos. Argentina, entonces, perdi¨® de un d¨ªa para otro la financiaci¨®n externa con la que cubr¨ªa sus n¨²meros rojos fiscales. Para completar el cuadro, una sequ¨ªa, la peor en 40 a?os, arruin¨® buena parte de la cosecha de soja, principal fuente de ingresos de divisas por exportaciones. ¡°Se cierra el mercado, crece el d¨¦ficit fiscal y la confianza internacional en el modelo deja de ser confianza para ser una duda sobre la sostenibilidad de la econom¨ªa. Hay m¨¢s d¨¦ficit fiscal primario [el saldo previo al pago de intereses de deuda] y de cuenta corriente, y los inversores se preguntan de d¨®nde saldr¨¢ la plata para cubrirlo¡±, explica Jos¨¦ Dapena, director del departamento de Finanzas de la Universidad del CEMA.

El d¨¦ficit no lo invent¨® Macri, lleva m¨¢s de 70 a?os en Argentina. ¡°Siempre hay variantes, pero esencialmente el problema es el mismo, una Argentina que gasta m¨¢s de lo que produce. La clase dirigente, independientemente del partido que represente, choca contra ese problema. Lo que hace Argentina es patear la pelota para adelante tomando m¨¢s deuda, y cuando se cierra el mercado est¨¢ en problemas¡±, dice Guillermo Nielsen, exsecretario de Finanzas durante la primera gesti¨®n kirchnerista y asesor del grupo San Jorge en Madrid. Macri tambi¨¦n ¡°choc¨®¡± con el problema del d¨¦ficit.

Ante la presi¨®n de los sectores m¨¢s ortodoxos, que ped¨ªan un ajuste del gasto duro y veloz, el presidente contest¨® con ¡°gradualismo¡±. Su lectura fue que la situaci¨®n social heredada, con m¨¢s del 30% de pobreza, y la debilidad pol¨ªtica de una Administraci¨®n no peronista y en minor¨ªa en el Congreso, no dejaba espacio para cirug¨ªa mayor. El gradualismo se financi¨® con deuda externa, ahora que los mercados se deshac¨ªan en elogios hacia Macri y buscaban la mayor rentabilidad posible en activos de riesgo. Seg¨²n los ¨²ltimos datos oficiales del Ministerio de Hacienda, al 31 de marzo de 2018, Macri sum¨® a la deuda externa argentina 90.816 millones de d¨®lares. Semejante cantidad de dinero puso al equipo econ¨®mico ante otro reto: el control de la inflaci¨®n, otro problema end¨¦mico en Argentina.
¡°La entrada de capitales gener¨® m¨¢s impresi¨®n de moneda y oblig¨® al Banco Central a emitir bonos para neutralizar el exceso de pesos. Esos bonos crearon un caldo de cultivo complicado, porque para evitar que los pesos se vayan al d¨®lar, y de ah¨ª a los precios, Argentina tuvo que pagar intereses cada vez m¨¢s altos¡±, dice Dapena. En el momento de mayor presi¨®n sobre la cotizaci¨®n del d¨®lar, las Lebac, como se llamaron los bonos, sumaban 1,4 billones de pesos, un pasivo equivalente a unos 70.000 millones de d¨®lares. La mecha de la bomba ya estaba encendida.
El problema fue que todo el modelo era sostenible en un contexto de crecimiento econ¨®mico que permitiese bajar la tasa y aumentar la demanda de dinero. Pero el PIB no creci¨®, las tasas subieron y la demanda de dinero cay¨®. ¡°El d¨¦ficit fiscal no puede crecer a mayor tasa que el PIB, porque eso no es sostenible. Eso pas¨® ac¨¢, sube la deuda y no sube el PIB¡±, dice Dapena. La apuesta sali¨® mal y la econom¨ªa argentina se encuentra ahora en graves problemas. ¡°Argentina fue uno de los pa¨ªses con crecimiento de deuda m¨¢s acelerado y eso genera un problema muy importante. M¨¢s del 60% de la deuda es en d¨®lares y eso aumenta la necesidad de d¨®lares para financiarla¡±, dice Mercedes Marc¨® del Pont, extitular del Banco Central entre 2010 y 2013. ?De d¨®nde puede sacar esos d¨®lares? ¡°Aqu¨ª es cuando entra el FMI, porque ya no hay fuentes voluntarias de provisi¨®n de capitales¡±, explica Dapena.
Para salir del atolladero, Macri apost¨®, como hizo el presidente Fernando de la R¨²a en 2001, al d¨¦ficit cero y al Fondo como prestamista de ¨²ltima instancia. Para alcanzar el equilibrio fiscal primario en 2019, el Gobierno subi¨® impuestos a las exportaciones, otra vieja receta que puede tener un efecto recaudatorio contrario al esperado. ¡°En 2000, De la R¨²a subi¨® impuestos y la base imponible cay¨®, porque cuando hay recesi¨®n se vende menos. Pagas entonces el costo pol¨ªtico de una subida de impuestos pero recaudas menos. Eso es un riesgo, porque el presupuesto de 2019 est¨¢ planteado sobre cierta estabilidad de la actividad econ¨®mica¡±, advierte Dapena. Los agroexportadores ya han comenzado a retener granos, a la espera de que el d¨®lar suba a¨²n m¨¢s y reduzca as¨ª el peso del nuevo gravamen.
La falta de dinero externo imposibilita un recorte gradual de los gastos p¨²blicos
Para Marc¨® del Pont, el error de fondo es pensar que el d¨¦ficit es el principal tema a resolver. ¡°En un pa¨ªs subdesarrollado como Argentina, muy apoyado en exportaciones primarias, el problema viene por la insuficiencia de d¨®lares. El problema no es tanto que faltan pesos, sino que faltan d¨®lares, c¨®mo se financia el desequilibrio de la cuenta corriente [el saldo de todas las operaciones entre residentes y no residentes], que empeor¨®¡±, dice. La soluci¨®n fue el endeudamiento. ¡°Pero los mercados se han dado cuenta de los problemas de solvencia externa y el d¨¦ficit cero no resuelve esos problemas¡±, dice la economista.
En junio pasado, Macri anunci¨® un rescate del Fondo por 50.000 millones de d¨®lares. El FMI entreg¨® de inmediato 15.000 millones de d¨®lares y dividi¨® el resto en cuotas supeditadas a auditor¨ªas peri¨®dicas sobre el cumplimiento de los compromisos asumidos por Argentina. Pero bast¨® un d¨ªa para que las metas acordadas volaran por los aires. El jueves 30 de agosto, mientras los empresarios y banqueros m¨¢s importantes del pa¨ªs debat¨ªan sobre el futuro de la Argentina convocados por el Council of the Americas en un hotel de lujo en Buenos Aires, el peso argentino se depreci¨® un 14% y la tasa de inter¨¦s de referencia trep¨® hasta el 60% para seducir a los inversores de que mantengan sus posiciones en pesos y no huyan hacia el d¨®lar. El jueves negro fue la respuesta del mercado al anuncio de Macri realizado 24 horas antes, acerca de una nueva petici¨®n al FMI para que adelante a 2019 los fondos que hab¨ªa comprometido hasta 2021.
La negociaci¨®n en Washington est¨¢ abierta y de su resultado depende la suerte de Macri como piloto de tormentas. El ministro de Finanzas, Nicol¨¢s Dujovne, viaj¨® la semana pasada a Washington y prometi¨® al directorio del Fondo m¨¢s ajustes hasta alcanzar el d¨¦ficit cero para 2019. El acuerdo inicial preve¨ªa un d¨¦ficit fiscal primario del 1,3% para el a?o pr¨®ximo y el equilibrio fiscal para 2020. La oferta no est¨¢ exenta de problemas, seg¨²n advierte Nielsen: ¡°Macri le pide al FMI que adelante los desembolsos a 2019, que es cuando termina su Gobierno. Si no se financia ni 2020 ni 2021, van a dejar un Gobierno que tendr¨¢ obligaciones con el FMI pero que no tendr¨¢ apoyo financiero. Es dif¨ªcil que el Fondo quiera entrar en una variante como esta¡±.
Para m¨¢s ¡®inri¡¯, la peor sequ¨ªa en 40 a?os ha arruinado buena parte de la cosecha de la soja
La apuesta por el FMI busca tranquilizar a los inversores, que desconf¨ªan ahora de la capacidad de pago de Argentina y de su fortaleza pol¨ªtica para cumplir con sus promesas. Daphne Wlasek, estratega experta en macroeconom¨ªa de la operadora de valores XP Securities, advierte desde Nueva York que ¡°los inversores han estado enfadados durante mucho tiempo con Argentina¡±. ¡°Incluso si ahora aseguran que van a cumplir con la meta de d¨¦ficit cero y que no van a ir para atr¨¢s, la confianza no se va a restaurar hasta que se alcancen los objetivos. Uno de los principales errores del Gobierno argentino ha sido la comunicaci¨®n. En un pa¨ªs con una larga historia de defaults, el mayor problema ha sido la ausencia de una mea culpa, de pedir disculpas a los mercados¡±, asegura Wlasek.
Si los mercados esperan una disculpa, las urnas dir¨¢n en las generales de octubre de 2019 a cu¨¢nto asciende la factura que los propios argentinos est¨¢n dispuestos a cobrarle a Macri por el descalabro. La crisis se siente en la calle. La inflaci¨®n impacta directamente sobre los ¨ªndices de pobreza y si la situaci¨®n no mejora pronto habr¨¢ una profundizaci¨®n de todas las cifras negativas.
La devaluaci¨®n del peso en m¨¢s de un 50% en 2018 ha hecho que se desplomen los salarios argentinos medidos en d¨®lares hasta niveles de 2009, en plena crisis econ¨®mica mundial, seg¨²n estimaciones privadas. Por primera vez desde ese a?o, este septiembre el salario promedio ha ca¨ªdo por debajo de los 800 d¨®lares. En el ranking regional elaborado por el Observatorio de Pol¨ªticas P¨²blicas de la Universidad de Avellaneda, Argentina ha pasado de tener el salario m¨ªnimo m¨¢s alto en d¨®lares en 2015 a caer al s¨¦ptimo lugar, con 263 d¨®lares, por detr¨¢s de Uruguay (452 d¨®lares), Chile (443), Ecuador (386), Paraguay (362), Bolivia (296) y Per¨² (282). Los aumentos de sueldos pactados este a?o con los sindicatos son de un promedio del 25%, muy por debajo de la inflaci¨®n estimada, del 40%.
El jueves pasado, la oficina de estad¨ªstica confirm¨® adem¨¢s que la inflaci¨®n de agosto fue del 3,9% mensual y del 34,4% interanual. Las previsiones para septiembre no son mejores: la subida de precios rondar¨¢ el 6%, porque reflejar¨¢n los efectos de la depreciaci¨®n del peso registrada en agosto. ¡°El proceso de formaci¨®n de precios est¨¢ muy dolarizado. Y el pass through [pase] de Argentina de devaluaci¨®n a precios es de los m¨¢s altos del mundo¡±, explica Marc¨® del Pont.

S¨®lo ser¨¢ cuesti¨®n de tiempo que la crisis tenga efectos concretos sobre el mercado de trabajo. A la espera de datos oficiales, estudios privados reflejan al menos un estancamiento alrededor del 7,2% registrado en diciembre pasado. Seg¨²n un informe de Manpower Group, la expectativa neta de empleo para este a?o es tan s¨®lo del 1%, la cifra m¨¢s baja de los ¨²ltimos dos a?os. S¨®lo el 9% de los empresarios consultados tiene previsto aumentar su personal, el 8% cree que reducir¨¢ la plantilla, mientras que el 79% no prev¨¦ cambios.
Mientras tanto, la deuda p¨²blica no ha dejado de crecer, hasta sumar en el primer trimestre 331.481 millones de d¨®lares, seg¨²n c¨¢lculos oficiales. La cifra representaba el 59,6% del PIB. Pero las cifras son anteriores al rescate del FMI pactado en junio y a la colocaci¨®n de bonos y de letras al Tesoro. Las nuevas fuentes de cr¨¦dito, sumadas a la brusca depreciaci¨®n del peso ¡ªya que casi el 70% de la deuda argentina est¨¢ en d¨®lares¡ª, han disparado la deuda hasta niveles cercanos al 80% del PIB, de acuerdo a consultoras privadas. Y, como dice Nielsen, ¡°cuando pasaste el 70%, cualquier cosa es peligrosa¡±. Las opiniones sobre el futuro est¨¢n divididas. Nielsen dice que lo m¨¢s importante es resolver ¡°al menos lo que ya sabemos¡±: la inflaci¨®n estar¨¢ este a?o por encima del 40% y el PIB caer¨¢ entre 2,2% y 2,5%. ¡°El escenario no deja demasiadas opciones¡±, advierte. Marc¨® del Pont no tiene muchas expectativas porque ¡°el consumo se ha desplomado, las empresas han perdido rentabilidad y las exportaciones caen porque el contexto es complicado¡±. Para Dapena, en cambio, puede que en alg¨²n momento ¡°se alineen otra vez los planetas¡± a favor de Argentina. ¡°El tipo de cambio se est¨¢ resolviendo¡±, dice, ¡°y la cuenta corriente ya toma nota de la depreciaci¨®n del peso. Se espera adem¨¢s una buena cosecha de soja para el a?o que viene¡±. ?Y los inversores creen que Macri podr¨¢ cumplir con sus compromisos ante el FMI? ¡°El objetivo de d¨¦ficit cero para el a?o que viene es muy realista y conf¨ªo en que van a poder cumplirlo¡±, responde Wlasek. En cualquier caso, todos podr¨¢n recordar que, aunque convertida ¡°en una nave en estado ruinoso¡±, el Nan Shan del capit¨¢n Mac Whirr lleg¨® finalmente a puerto.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
?Tienes una suscripci¨®n de empresa? Accede aqu¨ª para contratar m¨¢s cuentas.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.