Pr¨¦stamos con joyas de la abuela en el siglo XXI: los montes de piedad se modernizan
Con siglos de antig¨¹edad, han sobrevivido a la desaparici¨®n de las cajas y realizan 300.000 pr¨¦stamos anuales con joyas como garant¨ªa
Los Montes de Piedad fueron el origen de buena parte de las cajas de ahorros hace casi tres siglos. Diferentes organizaciones religiosas los crearon para combatir la usura otorgando un cr¨¦dito a los m¨¢s humildes solo con la garant¨ªa de un objeto. Despu¨¦s evolucionaron hasta convertirse en entidades que captaban los ahorros de las clases populares para financiar los pr¨¦stamos a los Montes, adem¨¢s de fomentar la cultura del ahorro.
Tras siglos de existencia, han bastado diez a?os de crisis financiera para que desaparezcan la mayor¨ªa de las cajas de ahorros en Espa?a, pero los Montes han sobrevivido, aunque con dificultades. Estas entidades sin ¨¢nimo de lucro llegaron a ser m¨¢s de 20; ahora quedan nueve, pero est¨¢n en expansi¨®n, abriendo nuevas oficinas, algo que no ocurr¨ªa desde hac¨ªa un siglo, y aplican la tecnolog¨ªa en sus procesos. Montemadrid, CaixaBank, Bancaja, Afundaci¨®n (Caixanova), Ibercaja, Unicaja, Fundos (Castilla-Le¨®n), Caja de Canarias y Liberbank constituir¨¢n pronto su asociaci¨®n.
Las cajas que quebraron dejaron con escaso o nulo patrimonio a sus fundaciones, de las que depend¨ªan los Montes. Ahora es al rev¨¦s: los Montes se han convertido en los pulmones para financiar lo que queda de la obra social (ayudas a mayores, a marginados, a la educaci¨®n y al medioambiente), tras la transformaci¨®n de las cajas en bancos.
Algunos Montes son producto de las fusiones que han vivido las cajas. Montemadrid ha comprado los de otras cajas porque los iban a cerrar. En 2017, el sector realiz¨® 292.584 pr¨¦stamos por valor de 192 millones, un 1% m¨¢s que el ejercicio anterior. La cantidad media por operaci¨®n fue de 658 euros, un 3,6% m¨¢s, lo que supone el 75% del valor medio de tasaci¨®n de los objetos.
El estigma de los Montes
¡°Esta instituci¨®n tiene 316 a?os, pero mucha gente no la conoce y otros la tienen estigmatizada. El Monte de Piedad de Madrid, ahora Fundaci¨®n Montemadrid, dirigida hasta hace unos meses por el actual ministro de Cultura, Jos¨¦ Guirao, pretende dignificar esta actividad que para muchos solo es un ¨²ltimo recurso para ciertos grupos sociales¡±, se?ala Santiago Gil De la Rosa, subdirector de la instituci¨®n y futuro presidente de la Asociaci¨®n de Montes de Espa?a. Este Monte de Piedad es el mayor de Europa, por encima de sus colegas franceses, belgas o austr¨ªacos, seg¨²n sus datos.
Santiago Gil, que procede de Caja Madrid, insiste en que es un tipo de pr¨¦stamo m¨¢s al consumo, ¡°pero m¨¢s f¨¢cil y sencillo que el bancario: no se exige solvencia previa, si hay impagos no se mete al cliente en el listado de morosos y es inmediato¡±. Lo cierto es que cualquier persona con necesidad de liquidez y en posesi¨®n de alg¨²n objeto de valor contrastable (relojes, joyas, todo lo fabricado en oro y los objetos ornamentales en plata, cuyo valor se refleja seg¨²n la cotizaci¨®n de los mercados internacionales) puede acudir a un Monte para obtener un pr¨¦stamo. En pocos minutos, podr¨¢ salir con el dinero y con su garant¨ªa a buen recaudo por un plazo de doce meses.
Siempre se exige identificaci¨®n y para algunos objetos, como relojes o ciertas joyas, los empleados del Monte pueden pedir facturas o garant¨ªas de la propiedad. Una vez tasados, los objetos se comunican a la Polic¨ªa. ¡°Este no es un sitio para deshacerse de objetos ilegales¡de hecho pocos casos han llegado procedentes de robos¡±, aclara su subdirector.
Los tipos de inter¨¦s que se aplican van desde el 5% anual para objetos de menos de 300 euros, al 8% para los de hasta 3.000 euros y el 8,25% para los que superan esta cantidad. El cliente, (un 70% mujeres), podr¨¢ rescatar el objeto cuando lo desee. De hecho, en el 95% de las ocasiones se recuperan las piezas puestas como garant¨ªa.
Si no quiere o no puede devolver el dinero recibido, pasados 13 meses saldr¨¢ a subasta; si el objeto se vende por m¨¢s dinero del prestado, esa cantidad se entregar¨¢ al propietario tras restarlos los gastos de gesti¨®n, cercanos al 11%. Los tr¨¢mites se realizan por Internet, gracias a la digitalizaci¨®n de los procesos. En ning¨²n caso se reclama m¨¢s dinero al propietario.
El origen del nombre ¡°monte¡±, procede del italiano, ilmonto porque los franciscanos amontonaban las limosnas recogidas en Perugia, en el siglo XV, con las que financiaban los pr¨¦stamos. La actividad de los Montes ha ca¨ªdo en los ¨²ltimos a?os por la recuperaci¨®n de la econom¨ªa. ¡°Somos una actividad antic¨ªclica; nuestro pico en cr¨¦ditos fue en 2012. Cuando baja el paro, tenemos menos operaciones, aunque se mejora lo que se capta en las subastas porque hay m¨¢s actividad econ¨®mica¡±, recuerda Santiago Gil.
Los Montes compiten con los llamativos comercios de ¡°compro oro¡±, cuyo personal asalta a los que van a empe?ar joyas. Gil admite que estos negocios pueden ofrecer un precio algo superior porque tienen menos gastos de personal y seguridad "y lo nuestro es un pr¨¦stamo, pero muchos vienen al Monte porque se f¨ªan m¨¢s de nuestros procedimientos y por nuestro objeto social¡±, se?ala Crist¨®bal S¨¢nchez, director general de Montemadrid. Esa confianza de los ciudadanos, dice este directivo, les hizo crear Monteoro en 2014, dedicado a compra y venta de joyas y relojes, sin posibilidad de recuperaci¨®n, dice S¨¢nchez, que admite que todas las estrategias buscan ser m¨¢s rentables y atraer a un p¨²blico m¨¢s joven.
"La vida da muchas vueltas y ahora estoy en un apuro"
La silenciosa sala de Montemadrid donde los clientes esperan a tasar o recuperar sus joyas est¨¢ llena de historias. Algunos aceptan contar la suya, otros la mantienen en secreto. ¡°La vida da muchas vueltas y ahora estoy en un apuro. Con esto espero tapar agujeros¡±, confiesa Carlos que ha venido con su mujer, Paloma, ambos ya mayores. No aclaran m¨¢s sobre los objetos que han empe?ado, solo piden al presidente S¨¢nchez que no se olvide ¡°de nosotros¡±.
Junto a ellos, est¨¢ Juan Carlos, alto, elegante, 60 a?os. ¡°Soy consultor y me han dejado de pagar un trabajo y necesito algo hasta que consiga otro. Nos hemos ido de vacaciones con los hijos sin dec¨ªrselo... prefiero que no lo sepan... ya sabes, el orgullo¡±, y se va sonriendo, estaba contento con la tasaci¨®n.
Mar¨ªa est¨¢ despistada. Es joven y es la primera vez que va. ¡°Vi en televisi¨®n que los sitios de compro oro ten¨ªan mal las b¨¢sculas. Prefiero venir aqu¨ª, me f¨ªo m¨¢s... vender¨¦ unos anillos de mi madre y mi abuela. Llevan a?os cogiendo polvo. No tengo hijos ni sobrinos y no necesito el dinero. Lo que me den ir¨¢ para C¨¢ritas¡±.
Al fondo de la sala, un ejecutivo joven, delgado y trajeado, con aspecto de ejecutivo bancario, se mueve mucho mientras habla por el m¨®vil. Va y vuelve del mostrador. Da la gracias al empleado muchas veces y en voz alta. Ha logrado su objetivo, pero no quiere contarlo.
Crist¨®bal S¨¢nchez, el director general de Montemadrid, recuerda que algunos famosos, sobre todo gente del espect¨¢culo, han comentado abiertamente que eran clientes del Monte. "Para ellas no era nada vergonzante. Concha Velasco, Lina Morgan o Lola Flores han pagado algunos de sus espect¨¢culos empe?ando joyas. Es una buena utilidad del oro ornamental, creo yo".
El Monte de Piedad de Madrid est¨¢ en el mismo sitio donde se fund¨® hace tres siglos, la Plaza de las Descalzas, cerca de la Puerta del Sol. "Para los vecinos de esta zona es una instituci¨®n querida y emblem¨¢tica. Los mayores recuerdan que no par¨® su actividad ni durante los tres a?os de combates durante la guerra civil", recuerda Santiago Gil De la Rosa, director de la instituci¨®n.
Antes, en el Monte se pod¨ªan empe?ar objetos muy variados: m¨¢quinas de coser, de escribir, maletas, v¨ªdeos y los famosos libros de la canci¨®n de la tuna. Ahora ya no, pero algunos de esos objetos est¨¢n guardados e identificados en Montemadrid, incluido una caja de libros antiguos, como testigos de la vida de sus due?os en otros tiempos.
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