Ayuda o plan para ?frica: ?d¨®nde est¨¢ Espa?a?
Las inversiones en el continente son insuficientes, pero 11 pa¨ªses ya han puesto en marcha iniciativas
La pol¨ªtica migratoria de la Uni¨®n Europea (UE) se ha puesto en entredicho en los ¨²ltimos a?os y ha sido una fuente de constante desacuerdo entre los pa¨ªses miembros. Mientras que los pa¨ªses del sur intentan lidiar con la llegada masiva de migrantes a sus costas, los del norte y los del este se muestran, en general, poco solidarios. El debate se ha centrado en el reparto de los refugiados entre los miembros de la UE y en c¨®mo evitar que lleguen migrantes. En cambio, deber¨ªa centrarse en c¨®mo estudiar salidas viables de largo plazo que disminuyan las desigualdades entre norte y sur y que provean a los pa¨ªses de origen de las condiciones necesarias para que sus ciudadanos no tengan que pasar por el calvario de la emigraci¨®n para conseguir una vida digna. Pues bien, ?cu¨¢les son esas salidas? En los a?os sesenta del pasado siglo se pens¨® que la soluci¨®n podr¨ªa basarse en ayudas financieras en forma de transferencias internacionales. El Comit¨¦ de Ayuda al Desarrollo, integrado en la Organizaci¨®n para la Cooperaci¨®n y el Desarrollo Econ¨®micos (OCDE) desde 1961, se cre¨® para promover la cooperaci¨®n y otras pol¨ªticas que contribuyan al desarrollo sostenible, la reducci¨®n de la pobreza y la mejora del nivel de vida en los pa¨ªses en desarrollo. Sus miembros conceden ayuda al desarrollo de acuerdo con sus planes nacionales.
En Espa?a, la Agencia Espa?ola de Cooperaci¨®n Internacional para el Desarrollo (AECID) es el organismo encargado de gestionar las ayudas. Sin embargo, despu¨¦s de m¨¢s de medio siglo de ayuda al desarrollo, se ha comprobado que las transferencias no han sido suficientes para sacar de la pobreza a millones de personas que viven en los pa¨ªses m¨¢s pobres del mundo. Ciertamente, la ayuda al desarrollo ha contribuido a mejorar la salud y la educaci¨®n, pero, en t¨¦rminos de mejoras en niveles de renta, su efectividad es un tema controvertido, como se indica en sendos trabajos de los que soy coautora, en World Development (2015) y Canadian Journal of Economics (2012).
Las inversiones en el continente son insuficientes, pero 11 pa¨ªses ya han puesto en marcha iniciativas
Se ha puesto de manifiesto, por tanto, que la ayuda gestionada por los pa¨ªses ricos no parece haber dado los frutos esperados, especialmente en el continente africano. M¨¢s all¨¢ de la cuesti¨®n moral de mejorar la calidad de vida de sus habitantes, se trata tambi¨¦n de reducir los riesgos geopol¨ªticos que adem¨¢s afectan a Europa. Y ah¨ª es donde las estrategias presentes y futuras de los pa¨ªses desarrollados van a jugar un papel muy relevante.
Las inversiones en ?frica son todav¨ªa insuficientes, no ofreciendo las oportunidades necesarias para mejorar las condiciones de vida de sus habitantes. Y esto, a pesar de la importante presencia china en el continente, que ya inici¨® su going out strategy en la pasada d¨¦cada (ver Abelianski y Mart¨ªnez-Zarzoso en Economics, 2018). Sin embargo, ?frica tiene un gran potencial en cuanto a crecimiento de poblaci¨®n, dada su todav¨ªa elevada tasa de fertilidad y la juventud de sus habitantes. A medida que crece su poblaci¨®n, las compa?¨ªas con presencia en el gran mercado estar¨¢n mejor posicionadas para vender sus productos, puesto que ya habr¨¢n adquirido el conocimiento necesario del mercado local y tendr¨¢n las conexiones y canales de distribuci¨®n para aventajar a los rivales que entren despu¨¦s en el mercado.
De ah¨ª la importancia del Plan para ?frica (Compact with Africa), la iniciativa propuesta el pasado a?o en el G20 bajo la presidencia alemana consistente en que los pa¨ªses africanos sean los que tomen la iniciativa y presenten sus planes de inversi¨®n y solicitudes de financiaci¨®n ante los organismos internaciones (G20, Fondo Monetario Internacional, Banco Mundial). Desde su lanzamiento en 2017, 11 pa¨ªses se han subido al carro: Ben¨ªn, Costa de Marfil, Egipto, Etiop¨ªa, Ghana, Guinea, Marruecos, Ruanda, Senegal, Togo y T¨²nez. ?De qu¨¦ se trata? Cada uno de los 54 pa¨ªses puede presentar una solicitud para un compact, una alianza de inversiones que involucra al Estado y a los donantes internacionales e implica un plan de acci¨®n para dotar al pa¨ªs de las condiciones necesarias para hacer atractivas las inversiones. Los pa¨ªses fijan unos objetivos espec¨ªficos dentro de tres ¨¢reas de acci¨®n: macroeconom¨ªa, marco de negocios y marco financiero. Dichos objetivos se monitorizan anualmente para determinar su grado de cumplimiento. Resumiendo, los pa¨ªses tienen la posibilidad de autoseleccionarse y dar as¨ª una se?al a potenciales inversores de su compromiso de acci¨®n para crear un clima favorable a los negocios y que reduzca los riesgos pol¨ªticos y econ¨®micos.
Espa?a se ha implicado muy poco en el programa del G20, solo ha organizado eventos en Marruecos y T¨²nez
Por su parte, los pa¨ªses desarrollados tienen la posibilidad de implicarse como donantes en esta iniciativa ¡ªsean o no parte del G20¡ª y de favorecer y apoyar las inversiones privadas. De acuerdo con el primer informe de monitorizaci¨®n, Espa?a se ha implicado muy poco hasta el momento: solo ha organizado eventos de apoyo a los compacts de T¨²nez y Marruecos y ha asistido a los encuentros de sendos compacts, pero esto no se ha materializado en inversi¨®n privada. De otra parte, Jap¨®n ya tiene proyectos de inversi¨®n activos en Etiop¨ªa, Gana, Marruecos y Senegal en los sectores de alimentaci¨®n y servicios; Noruega los tiene en el sector de la energ¨ªa y el petr¨®leo en Ghana; Francia ha iniciado conversaciones para cerrar proyectos de inversi¨®n en 6 de los 11 pa¨ªses, y Alemania ya tiene proyectos iniciados en Gana y otros est¨¢n siendo negociados en otros 6 pa¨ªses.
Cerrando el c¨ªrculo y volviendo al tema de partida, ?qu¨¦ implica todo esto para los migrantes? Imag¨ªnense que un senegal¨¦s en Jap¨®n desea volver a su pa¨ªs y tiene el conocimiento de la cultura japonesa y la senegalesa, qu¨¦ mejor oportunidad que trabajar para una empresa de su pa¨ªs de acogida que invierte en su pa¨ªs de origen y de crear empleo para sus conciudadanos. Esto ser¨ªa lo que se llama migraci¨®n de retorno y un win-win u oportunidad para todos. Nuestros pol¨ªticos deber¨ªan pasar de la palabra a la acci¨®n y promover un papel m¨¢s activo de los empresarios espa?oles en nuestro continente vecino. Solo as¨ª, con proyectos de inversi¨®n conjuntos y monitorizados, podemos de verdad ayudar a crear capacidad productiva y puestos de trabajo en origen y paliar el drama de la inmigraci¨®n ilegal.
Inmaculada Mart¨ªnez-Zarzoso es catedr¨¢tica de Econom¨ªa en las Universidades de Gotinga (Alemania) y Jaume I de Castell¨®n.
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