La ley de 1908 que condena a los bancos por usura
Los tribunales est¨¢n dando la raz¨®n a centenares de usuarios de tarjetas de cr¨¦dito 'revolving' con intereses desproporcionados
Cuando Jos¨¦ H., de 49 a?os, contrat¨® una hipoteca con su banco de siempre, le ofrecieron una tarjeta de cr¨¦dito que era todo ventajas: sin cuota anual, con posibilidad de pagar mes a mes cantidades peque?as o grandes seg¨²n sus posibilidades... Despu¨¦s abri¨® otra cuenta, y tambi¨¦n vino acompa?ada de una tarjeta de cr¨¦dito de pago aplazado, conocida en el sector como revolving. Como viajaba mucho a Barcelona, en su oficina le propusieron otra, vinculada a una aerol¨ªnea, que le har¨ªa descuento. ¡°Casi me junt¨¦ con una baraja espa?ola pero de cr¨¦dito¡±, ironiza Jos¨¦, que pide anonimato porque sigue siendo cliente de la misma oficina de una ciudad asturiana del mismo banco, Caixabank, pese a haberle ganado tres juicios, uno por tarjeta.
La palabra usura remite al ambiente decimon¨®nico y m¨ªsero en el que se mov¨ªa el Mr. Scrooge de Dickens, pero en los juzgados de lo mercantil espa?oles est¨¢ de mucha actualidad. Los jueces est¨¢n condenando a los bancos por sus tarjetas revolving bas¨¢ndose en una ley promulgada hace m¨¢s de un siglo que proh¨ªbe prestar dinero con intereses ¡°leoninos¡± y ¡°desproporcionados¡±. Con esa ley en la mano, y una sentencia del Tribunal Supremo de 2015, los juzgados est¨¢n dando la raz¨®n a centenares de usuarios de estas tarjetas, anulando los contratos y obligando a las entidades a devolver todos los intereses. Fuentes del sector bancario admiten su preocupaci¨®n ante el fen¨®meno, relativamente nuevo y a¨²n minoritario, pero que crece alentado por los ¨¦xitos en los tribunales.
La Ley de la Usura, de 1908, tiene solo 16 art¨ªculos y ¡°es de las pocas leyes hist¨®ricas que sigue en vigor¡±, asegura Juan Antonio Lozano, magistrado de la Audiencia Provincial de Almer¨ªa y experto en derecho Mercantil. ¡°Todav¨ªa la llamamos Ley Azc¨¢rate, el nombre del ministro de Justicia de la ¨¦poca. Es muy v¨¢lida, muy flexible y tiene pocos art¨ªculos, pero es muy clara: declara inv¨¢lidos los intereses remuneratorios usurarios¡±, a?ade.
¡°En los a?os de la burbuja donde todo era cr¨¦dito y felicidad la gente se entramp¨® much¨ªsimo¡±, reflexiona Jos¨¦ H. ?l no fue una excepci¨®n. El banco le iba aumentando la l¨ªnea de cr¨¦dito y ¨¦l iba comprando. Pagaba cuotas peque?as cuando iba apurado y m¨¢s altas cuando la n¨®mina se lo permit¨ªa. Pasaron los a?os. ¡°Siempre deb¨ªa 10.000 euros. Y pensaba: qu¨¦ raro, porque yo voy pagando, a veces 350 ¨® 400 euros al mes, pero aquello no bajaba nunca¡±. Las tres tarjetas de Jos¨¦ H. ten¨ªan una TAE (tasa anual equivalente, el coste real de un pr¨¦stamo, incluidos intereses y comisiones) de entre el 26,8% y el 30%. Y cuando demand¨® a Caixabank los jueces dijeron que aquello era usura. Recuper¨® 7.000 euros.
¡°Lo estamos ganando todo, el 100%¡±, sentencia Ignacio Hernando, abogado de un peque?o despacho de Avil¨¦s que est¨¢ empezando a poner nerviosas a las entidades bancarias. Muchas de las sentencias favorables para el consumidor han salido de aqu¨ª. Llevan 400. Empezaron en Asturias pero ya han ganado tambi¨¦n en Cantabria, Le¨®n, Madrid, Pa¨ªs Vasco y Barcelona, explica su socio, Celestino Garc¨ªa Carre?o. La ¨²ltima sentencia, del 27 de septiembre pasado, la ha dictado un juzgado de primera instancia de Salamanca. El inter¨¦s, del 19,55% ¡°es usurario teniendo en cuenta que el tipo medio de inter¨¦s para los pr¨¦stamos al consumo en dicha fecha era del 8,92% en Espa?a¡±, dice el fallo. En materia de usura la referencia suele ser un inter¨¦s superior a dos veces y media el inter¨¦s legal del dinero. Recientemente varias audiencias provinciales (Oviedo, Gij¨®n, Madrid...) tambi¨¦n han fallado en apelaci¨®n a favor de los consumidores.
¡°Somos modestos y nos ven como un mal menor, porque no se ha generalizado en toda Espa?a. No les hacemos pupa. Su problema llegar¨¢ cuando esto se extienda. Las comisiones hipotecarias van a quedar en peccata minuta comparadas con esto. Hablamos de cantidades astron¨®micas. El 95% de las tarjetas de cr¨¦dito que hay en el mercado son usureras. Mucha gente tiene hipoteca, pero ?qui¨¦n no tiene una tarjeta de cr¨¦dito?¡±, se pregunta Hernando.
Cr¨¦ditos personales y tarjetas de cr¨¦dito
Para los abogados de Avil¨¦s, la ¨²nica diferencia entre los cr¨¦ditos personales como los de Cofidis o Vivus y las tarjetas de cr¨¦dito son los intereses, mucho m¨¢s altos en el primer caso. ¡°Nuestro r¨¦cord es una TAE de 4.333%¡±, dice Hernando.
En 2006 Yolanda C. Pulido estaba reci¨¦n divorciada, con dos ni?os peque?os a su cargo y encadenando trabajos temporales. La aver¨ªa de su coche fue esa gota que colma el vaso de la maltrecha econom¨ªa familiar. La factura: 700 euros que no ten¨ªa. El banco no se los prestaba y de repente toda aquella publicidad de Cofidis que sol¨ªa ignorar empez¨® a llamar su atenci¨®n. Termin¨® contratando con ellos un cr¨¦dito de 1.000 euros. ¡°Me iban ampliando la l¨ªnea y, como estaba en situaci¨®n muy precaria, asfixiada, la usaba. Pero pasaban los a?os y por m¨¢s que pagaba no acababa de liquidar la deuda¡±, explica.
Una d¨¦cada despu¨¦s, se sent¨® delante del ordenador, se hizo un Excel con todos los pagos y se dio cuenta de que, de cuotas de 50 euros, solo estaba amortizando 15. El resto eran intereses y seguro. Result¨® que a Pulido le hab¨ªan prestado 5.562 euros, hab¨ªa pagado bastante m¨¢s del doble (12.480) y a¨²n le reclamaban otros 2.000. Demand¨®. Y gan¨®: el juzgado declar¨® el inter¨¦s ¡°usurario¡± y Cofidis tuvo que devolverle 6.799 euros, todo lo que exced¨ªa de la cantidad prestada inicialmente. ¡°Solo los que estamos en situaci¨®n desesperada o cr¨ªtica caemos en este tipo de tarjetas o cr¨¦ditos. ?C¨®mo vas a pensar que te cobran intereses ilegales si se anuncian en todas partes? Ni te lo planteas¡±, dice Pulido.
Fuentes del sector bancario aseguran que no todas las audiencias provinciales comparten el criterio del Supremo y defienden que el problema est¨¢ en los cr¨¦ditos al consumo de entidades no reguladas y no en las tarjetas de cr¨¦dito con pago aplazado de un banco, que tienen precios muy similares entre ellas. Bancos como Caixabank, WiZink, Evo Finance y BBVA han sido condenados ya en segunda instancia. En algunos casos tambi¨¦n fondos extranjeros que compraron paquetes de deuda de bancos como Citibank. Solo WiZink (grupo Banco Popular) acumula 800 demandas, seg¨²n un portavoz, que precisa que solo representan un 0,03% de la cartera de clientes. ¡°De gran parte a¨²n no hay sentencia¡± porque son muy recientes, a?ade.
¡°Los bancos siempre dicen que las tarjetas son medios de cr¨¦dito f¨¢cil, que no se piden garant¨ªas y que hay mucha morosidad¡±, dice Garc¨ªa Carre?o. ¡°Pero el Tribunal Supremo es contundente¡±. El fallo de 2015 que inici¨® esta escalada de pleitos se?ala: ¡°La concesi¨®n irresponsable de pr¨¦stamos al consumo que facilita el sobreendeudamiento de los consumidores y trae como consecuencia que quienes cumplen regularmente sus obligaciones tengan que cargar con las consecuencias del elevado nivel de impagos, no puede ser objeto de protecci¨®n por el ordenamiento jur¨ªdico¡±.
Mar¨ªa P¨¦rez Arellano, abogada de Pola de Siero (Asturias), tambi¨¦n consigui¨® que su clienta recuperara el dinero. La mujer contrat¨® la tarjeta en un Ikea, al comprar a plazo los muebles para la casa. En la compa?¨ªa sueca aseguran que sus condiciones son ventajosas, con hasta 36 meses de pago aplazado y sin intereses, pero a?aden que ¡°el resto de operaciones son gestionadas por la entidad bancaria¡±. Ese fue el problema de su clienta: que al comprar fuera de Ikea o al sacar dinero con la tarjeta, de Caixabank, pagaba intereses tan altos que eran ¡°usurarios¡± seg¨²n el tribunal.
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