La se?al de un digno SMI
Espa?a tiene margen para subir los salarios, especialmente los m¨¢s bajos
El reciente acuerdo por los presupuestos entre el Gobierno y Unidos Podemos ha dado lugar a un airado debate pol¨ªtico y p¨²blico en los ¨²ltimos d¨ªas. Independientemente de que no hay presupuestos perfectos, y estos no lo son. Estoy en desacuerdo con buena parte de la subida impositiva que en gran parte recae en los de siempre y adem¨¢s no se hace ¡°pedagog¨ªa¡± de los enormes retos fiscales y econ¨®micos del pa¨ªs. Pero me han parecido excesivas algunas cr¨ªticas ¡ªcon considerable carga pol¨ªtica relacionada con el asunto o no¡ª , como si estos presupuestos fueran muy distintos de los aprobados en a?os anteriores.
Alguna novedad hay, por supuesto, pero mantiene las l¨ªneas generales de los presupuestos anteriores, a saber, ¡°cumplir sin m¨¢s¡± con los objetivos de Bruselas, preocuparse poco por el crecimiento econ¨®mico y por la situaci¨®n financiera a medio plazo y hacer las concesiones necesarias para lograr la aprobaci¨®n parlamentaria. Pura inercia. En los ¨²ltimos a?os ni se ha hecho una verdadera reforma de la Administraci¨®n ¡ªa pesar del margen que daba el crecimiento econ¨®mico desde 2014¡ª que permitiera ahorros permanentes. Ni se ha garantizado la sostenibilidad financiera del conjunto del presupuesto, o de algunas partidas importantes ¡ªcomo las pensiones¡ª o de la deuda p¨²blica acumulada. Veremos qu¨¦ opina Bruselas, pero viendo lo de Italia, dudo que haya excesivo ruido exterior.
Me parece m¨¢s interesante analizar otra de las medidas del acuerdo: la subida del Salario M¨ªnimo Interprofesional (SMI) de 735 a 900 euros mensuales. Creo que es una noticia que puede venir bien a la sociedad espa?ola. No arregla todo, desde luego, pero satisface una aspiraci¨®n social relevante. Si bien los economistas defendemos vincular salarios a productividad y la medida acordada no vendr¨¢ bien a todos, creo que hay razones que pesan m¨¢s y fundamentan la subida.
En primer lugar, la crisis financiera ha tra¨ªdo m¨¢s desigualdad y m¨¢s pobreza. Por ello, parece oportuno ¡ªcada vez m¨¢s voces autorizadas abogan por ello¡ª, que si bien la intervenci¨®n del gobierno en el proceso general de negociaci¨®n de salarios en el sector privado debe ser m¨ªnima, las autoridades en econom¨ªas avanzadas que as¨ª lo decidan deben tener un papel en la fijaci¨®n de la remuneraci¨®n de los menos privilegiados, donde un nivel digno puede suponer una soluci¨®n m¨¢s satisfactoria para la sociedad en un sentido amplio que la de mercado puro. M¨¢s a¨²n, cuando en los ¨²ltimos a?os ha ca¨ªdo el peso de la remuneraci¨®n de asalariados en el PIB, lo que apunta a la existencia de cierto margen para subir salarios, especialmente los m¨¢s bajos.
Por si fuera poco, un pa¨ªs como Espa?a que siempre se compara con los pa¨ªses del entorno ¡ªsi bien es cierto que el desempleo es mucho mayor y el mercado de trabajo, m¨¢s disfuncional¡ª tiene un SMI sustancialmente inferior al de otros como Reino Unido, Irlanda, Alemania y Francia (todos por encima de 1.400 euros). En suma, una convergencia y una dignificaci¨®n necesarias, probablemente, adem¨¢s, con efectos positivos sobre el consumo.
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