Galicia se queda sin capitanes para sus barcos
El sector de la pesca, que genera m¨¢s del 2% del PIB de la regi¨®n y da trabajo a m¨¢s de 100.000 personas, no encuentra relevo para la generaci¨®n del ¡®baby boom¡¯, que ha comenzado a jubilarse
Fue hace tres semanas cuando el Nuevo San Juan, un barco palangrero de 31 metros de eslora, se tuvo que quedar amarrado varios d¨ªas en el puerto de Burela (Lugo, 9.500 habitantes). Los armadores quer¨ªan enviarlo cuanto antes al Gran Sol, un caladero de merluza y gallo del Atl¨¢ntico norte situado al oeste de Reino Unido, pero la hija del capit¨¢n del buque cay¨® enferma y ¨¦l decidi¨® quedarse en el hospital. No hubo quien lo sustituyera. El imprevisto puso de relieve la escasez de personal que lleva a?os asolando la flota gallega: el sector de la pesca, que genera m¨¢s del 2% del PIB de la regi¨®n y da trabajo directo e indirecto a m¨¢s de 100.000 personas?¡ªseg¨²n datos de la Xunta¡ª, no consigue?relevar a los primeros jubilados del baby boom, la generaci¨®n que se cre¨® en Espa?a a ra¨ªz de unos 650.000 nacimientos anuales entre finales de la d¨¦cada de los 50 y los 70.
En la mar, donde las jubilaciones comienzan a llegar a los 55 a?os, las empresas llevan una d¨¦cada sufriendo para encontrar j¨®venes dispuestos a pasar en muchos casos largas temporadas?a bordo sin m¨¢s contacto con el mundo que el tel¨¦fono y los equipos de Internet?con los que cuentan los barcos. La falta de savia nueva en el sector ha provocado m¨¢s situaciones como la de Burela: buques preparados para zarpar que no salen de puerto. En el de Vigo, por ejemplo, ha habido al menos una decena de casos en el ¨²ltimo a?o en los que durante semanas los nav¨ªos retrasaron su partida. "Cuando llegas a parar es porque has agotado todas las posibilidades, y el da?o en la cadena de valor es enorme", opina Javier Touza, presidente de la Cooperativa de Armadores de Pesca del Puerto de Vigo (ARVI). La situaci¨®n, unida a la coyuntura econ¨®mica que el sector ha afrontado durante la crisis, ha enviado a cientos de barcos al desguace: si este a?o Galicia cuenta con 4.375 buques de pesca de gran altura, altura y bajura, hace una d¨¦cada eran 4.911, un 12% m¨¢s, seg¨²n la Xunta.
La escasez de personal afecta a todos los puestos: capitanes, jefes de m¨¢quinas, otros oficiales y marineros. Las condiciones de la vida en la mar, donde se llegan a pasar siete meses sin tocar tierra, como en el caladero de Malvinas, en el sur del oc¨¦ano Atl¨¢ntico, no atraen a los j¨®venes. Pascual Ares, profesor de la Escuela N¨¢utica de Vigo, calcula que un 40% de las personas que cursan ciclos para trabajar en las m¨¢quinas del barco prefieren quedarse en tierra, en plataformas o naves congeladoras: "Y muchos de los que tienen que ir en el puente de mando [desde donde se dirige el buque] prefieren embarcaciones recreativas. Coger yates de gente adinerada en Mallorca, Menorca, Marsella... Cobran bien y no se pasan temporadas largas sin ver a sus familias".
Uno de los principales armadores de Vigo ¡ªprefiere no dar su nombre¡ª relata que lleva casi una d¨¦cada sufriendo con las jubilaciones, con unos cuatro oficiales que se retiran de sus barcos cada a?o?en cuanto tienen la antig¨¹edad suficiente para cobrar la pensi¨®n. "Algunas veces incluso tuve que hablar con sus mujeres y pedirles por favor que les dejen embarcar una marea m¨¢s. Algunos acceden, pero la mayor¨ªa est¨¢n cansados y prefieren disfrutar de la familia despu¨¦s de una vida fuera", dice. Para que los j¨®venes vuelvan a ver el atractivo de la mar, la?Asociaci¨®n Espa?ola de Titulados N¨¢uticos Pesqueros (Aetinape)?cree que las empresas deber¨ªan invertir m¨¢s en su futuro capital humano: "Que den relevos m¨¢s cortos, nada de mareas de siete meses, que modernicen los buques con mejores equipos de Internet y que suban los sueldos de los puestos m¨¢s bajos: si van a pagar 1.500 euros a un engrasador o a un marinero, van a preferir quedarse en tierra cobrando 1.200", dice Jos¨¦ Manuel Mu?iz, presidente de la asociaci¨®n.
Desde Aetinape apuntan a otro motivo por el que las nuevas generaciones escapan de la mar: los 12 meses de pr¨¢cticas que los alumnos deben cursar en un buque para obtener el t¨ªtulo profesional. "Las escuelas est¨¢n llenas", apostilla Mu?iz, "pero el problema es que hay un cuello de botella con las pr¨¢cticas porque la mayor¨ªa de los armadores se resiste a llevar a becarios y hay much¨ªsima gente atrapada en esta situaci¨®n". Aunque hay quienes prefieren trabajar en tierra tras terminar sus estudios n¨¢uticos, solo entre las tres principales escuelas de Galicia (Vigo, Ferrol y Ribeira)?ya tienen m¨¢s de 400 estudiantes, una cifra alta, seg¨²n datos de la Conseller¨ªa do Mar. "Nunca los centros estuvieron tan llenos", insiste Mu?iz.
En varias escuelas trabaj¨® durante m¨¢s de tres d¨¦cadas Vicente Y¨¢?ez, un docente jubilado de 71 a?os. Y¨¢?ez, que estuvo embarcado entre 1968 y 1983, tambi¨¦n opina que las condiciones de las pr¨¢cticas, que est¨¢n reguladas por el real decreto 36/2014 y el Convenio Internacional STCW-F ¡ªque Espa?a firm¨® en 1995¡ª, se han convertido en otro problema para el sector: "Casi no hay ning¨²n armador que d¨¦ pr¨¢cticas. Lo m¨¢ximo que ofrecen es un contrato de marinero, descabezando pescado en la cubierta. As¨ª los alumnos no tienen tiempo para las pr¨¢cticas. Si ya la vida en la mar es dura, si a un alumno salido de la escuela le hacen esto, le falta tiempo para olvidarse de la profesi¨®n".
Galicia cuenta este a?o con 4.375 barcos de pesca; hace una d¨¦cada eran 4.911, un 12% m¨¢s
Las pr¨¢cticas son un tema espinoso para los armadores y casi ninguno quiere dar una opini¨®n p¨²blica, pero en petit comit¨¦ la mayor¨ªa habla de "flexibilizar" los criterios. Estas?establecen que el alumno debe cubrir a bordo el libro de registro de actividades, que este tiene que estar firmado por el capit¨¢n, que la duraci¨®n es de 12 meses y que hay un tutor que supervisa. Tambi¨¦n implican otro camarote ocupado, es decir, una cama en la que duerme un becario y no un trabajador con experiencia, lo que echa para atr¨¢s a muchos empresarios. El presidente de ARVI, que cuenta con m¨¢s de 200 barcos de los casi 4.400 que tiene Galicia, niega que en su cooperativa no lleven a nuevos trabajadores: "Podr¨ªa dar una relaci¨®n pormenorizada de oficiales en pr¨¢cticas en nuestros barcos, pero hay que?flexibilizar los?obst¨¢culos burocr¨¢ticos y estamos trabajando en esto con la administraci¨®n".
Touza se refiere a las reuniones que han tenido con el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentaci¨®n por el nuevo decreto ley que regular¨¢ los t¨ªtulos profesionales de pesca y que ha provocado enfrentamientos p¨²blicos entre Aetinape y las patronales. Los armadores quieren aumentar en la norma las competencias profesionales de los oficiales ¡ªpor ejemplo, la de los patrones de costa polivalentes, que pasar¨ªan de dirigir barcos de 24 metros de eslora a 60 millas de la costa a hacerlo con buques de 32 metros a 100 millas¡ª, pero Aetinape y los docentes consideran que es un peligro para la seguridad. "Quieren rebajar el nivel de formaci¨®n para que m¨¢s gente en activo pueda ocupar las plazas de mando que ellos necesitan, con los peligros que conlleva. Eso garantiza siniestros, como hace a?os, cuando los barcos se daban la vuelta por mala pr¨¢ctica mar¨ªtima", opina Vicente Y¨¢?ez.
¡°Muchos j¨®venes prefieren barcos recreativos.? Cobran bien y no se pasan meses sin ver a sus familias¡±, dice un profesor
El nivel de enfrentamiento se elev¨® hace dos semanas: Aetinape amenaz¨® p¨²blicamente con presentar denuncias ante la Agencia de Seguridad Mar¨ªtima Europea, la Organizaci¨®n Mar¨ªtima Internacional y la Comisi¨®n Europea si el nuevo decreto otorga m¨¢s competencias sin mayor formaci¨®n. Pero la Federaci¨®n de Cofrad¨ªas de Pescadores tambi¨¦n cree que la soluci¨®n pasa por ah¨ª. "Los requisitos son grandes incluso para ser marinero. Antes hab¨ªa una ense?anza no reglada que se hac¨ªa a pie de puerto que ha desaparecido. Una soluci¨®n puede ser dar t¨ªtulos profesionales por la experiencia laboral. Darle m¨¢s valor a esta que a la formaci¨®n", dice Basilio Otero, presidente de la federaci¨®n.
Aunque pocos j¨®venes quieren ir a la mar en las condiciones actuales, este lunes embarcar¨¢ Borja P¨¦rez, de 25 a?os y natural de Cangas do Morrazo, un pueblo costero de las R¨ªas Baixas, como engrasador en un barco que faena en Malvinas. P¨¦rez, de familia marinera, quiere formar parte de este sector envejecido que contaba en 2015 ¡ªla ¨²ltima estad¨ªstica de la Xunta¡ª con 10.635 personas a bordo de buques. Solo cuatro a?os antes eran 12.552, un 18% m¨¢s. La tradici¨®n familiar, una balsa salvavidas para el sector, tambi¨¦n empuj¨® a Cristian Painceira, de 29 a?os, a la pesca de bajura, el oficio de su padre. Cada madrugada se levanta en Ortigueira (A Coru?a, 6.000 habitantes) para embarcar en el Hermanos Painceira, el barco de la familia en el que trabaja con palangre artesanal con su hermano y su padre para pescar sargos, fanecas y dem¨¢s pescados de litoral. Painceira, que es mec¨¢nico mayor y patr¨®n costero, nunca dud¨® de que su futuro estaba en la mar: "Yo estoy en esto desde los 18, y siempre lo quise porque fue f¨¢cil para m¨ª meterme aqu¨ª. Mis amigos me dec¨ªan que c¨®mo me embarcaba, que es una vida dura, pero yo solo quer¨ªa trabajar".
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