El FMI inicia la batalla por su dinero
Lagarde se enfrenta al aislacionismo de Trump y a la pujanza china en la negociaci¨®n para financiar al Fondo
En su reuni¨®n anual del mes pasado en Bali, el Fondo Monetario Internacional (FMI) no solo abord¨® la amenaza de guerra comercial entre China y EE UU, los problemas de pa¨ªses emergentes como Turqu¨ªa o Argentina y dem¨¢s riesgos para la econom¨ªa internacional. Entre bambalinas se habl¨® de algo que le afecta m¨¢s directamente: su propia financiaci¨®n.
Las conversaciones con los pa¨ªses que deben pagar la factura apenas acaban de empezar. Nadie espera un acuerdo hasta finales del pr¨®ximo a?o. Pero su resultado ser¨¢ decisivo para determinar si, como pretende, el organismo que encabeza Christine Lagarde sigue desarrollando su papel de primer bombero de las finanzas globales. Y si en su seno se reflejan nuevos equilibrios de poder fruto del peso cambiante de las distintas econom¨ªas del mundo.
El FMI acaba de firmar el mayor rescate de su historia. Tras anunciar en junio un pr¨¦stamo a Argentina de 50.000 millones de d¨®lares, se ha visto obligado a a?adir al paquete otros 7.000 millones, en vista de las dificultades que atraviesa el Gobierno de Macri. Todo apunta a que Pakist¨¢n, que ultima la petici¨®n de rescate, ser¨¢ el siguiente. Las turbulencias en pa¨ªses emergentes por la progresiva subida de tipos de inter¨¦s en EE UU pueden a?adir m¨¢s llamadas de ayuda. Y para todo esto, el FMI necesita dinero.
C?MO SE FINANCIA EL FMI
En millones de d¨®lares
El problema no es inmediato. Lagarde cuenta con una capacidad de pr¨¦stamos que ronda el bill¨®n de d¨®lares, de un presupuesto total de unos 1,4 billones. Esta cantidad representa un 1,8% del PIB mundial, cuando al inicio de la crisis solo llegaba al 0,6%. El FMI, ahora bien surtido, empieza a negociar los fondos con los que contar¨¢ en los pr¨®ximos a?os. El objetivo es mantener esa potencia de fuego. No es realista pensar en un incremento, seg¨²n fuentes conocedoras de la negociaci¨®n.
¡°Trabajamos para lograr, antes de octubre de 2019, un consenso en tres aspectos: el tama?o a medio plazo de las cuotas que pagan los pa¨ªses, una nueva f¨®rmula para determinar esas cuotas y c¨®mo se distribuyen esos incrementos¡±, asegura un portavoz del Fondo.
Un objetivo realista es mantener la potencia actual de un bill¨®n de d¨®lares
El papel de China
La batalla ser¨¢ larga y con muchas aristas. Porque en las negociaciones se mezclan factores econ¨®micos, pol¨ªticos y geoestrat¨¦gicos. Por una parte est¨¢ la pujanza de la econom¨ªa china, con una cuota del 6,4%, muy inferior a su peso en la econom¨ªa global. Pek¨ªn, que quiere jugar un papel m¨¢s relevante en el orden mundial, contar¨¢ m¨¢s en el futuro FMI. La cuesti¨®n es cu¨¢nto m¨¢s. Y a qui¨¦n desplaza para ello.
En EE UU ¡ªel mayor contribuyente de largo, con el 17,5% de las cuotas¡ª juegan dos efectos contrapuestos. De un lado, la nula simpat¨ªa del presidente Donald Trump por las organizaciones multilaterales. Los miembros de su Gobierno m¨¢s aislacionistas presionar¨¢n para reducir su contribuci¨®n. Pero Trump se ha embarcado en una fenomenal batalla comercial con China y no quiere perder posiciones. En el rescate a Argentina, por ejemplo, EE UU tuvo una actitud sorprendentemente positiva. Este cambio se ha reflejado tambi¨¦n en el Banco Mundial: tras mostrarse reacio a darle m¨¢s dinero, Washington acab¨® apoyando un aumento de capital de 13.000 millones.
CUOTA POR PA?SES
En % sobre el total
¡°La guerra es por los votos, no por los fondos¡±, sintetiza una fuente del FMI que pide el anonimato. La l¨ªnea roja para Trump ser¨ªa, seg¨²n esta versi¨®n, no bajar en ning¨²n caso del 15%, para no perder su preciado poder de veto.
En Europa, la mayor parte de los pa¨ªses tambi¨¦n est¨¢n dispuestos a mantener la parte que pagan ahora, a cambio de no perder poder por el mayor peso de los emergentes. ¡°Espa?a tiene una posici¨®n constructiva para un acuerdo. Pero tambi¨¦n defiende mantener su peso. No queremos diluirnos por la pujanza de otras econom¨ªas¡±, aseguran fuentes del Ministerio de Econom¨ªa.
El Gobierno espa?ol est¨¢ en el grupo de los que defienden la necesidad de mantener un ¡°Fondo potente¡±, en el entorno del bill¨®n de d¨®lares. Pero no todos comparten esta idea. Algunos pa¨ªses quieren aprovechar la revisi¨®n para reducir su capacidad financiera.
Para acabar de complicar la situaci¨®n, el problema no est¨¢ solo en las cuotas y la nueva f¨®rmula de c¨¢lculo. Adem¨¢s de estas participaciones, el Fondo se financia con pr¨¦stamos bilaterales o multilaterales, que ahora suponen la mitad de su presupuesto. Y estos empiezan a vencer a partir del pr¨®ximo a?o, por lo que los pa¨ªses deber¨¢n pensar si los renuevan o no; y si transforman parte de esos pr¨¦stamos pensados para solventar una crisis coyuntural en su participaci¨®n permanente en forma de cuotas. Otro nudo que Lagarde deber¨¢ desatar en los pr¨®ximos meses.
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