La huelga de Aerol¨ªneas Argentinas deja a 40.000 pasajeros en tierra

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Macri se enfrenta a los sindicatos de Aerol¨ªneas Argentinas por una huelga sorpresa

La semana argentina ha empezado con una jornada de huelga de Aerol¨ªneas: 371 vuelos cancelados y m¨¢s de 40.000 pasajeros frustrados. La protesta no termina con el paro de 24 horas: a las 4 de la madrugada del martes comenzar¨¢n asambleas en Aerol¨ªneas y en las grandes empresas de transporte, por lo que al menos hasta las 10 de la ma?ana no habr¨¢ ni vuelos, ni autobuses, ni trenes, ni subte, ni camiones de reparto, ni comunicaci¨®n con Uruguay a trav¨¦s del R¨ªo de la Plata. Se trata, en realidad, de una huelga encubierta.

El conflicto entre los sindicatos de Aerol¨ªneas Argentinas y el Gobierno (la empresa es de propiedad estatal) no deja de agravarse. La huelga del lunes ha sido la cuarta demostraci¨®n de fuerza sindical durante el mes de noviembre: los d¨ªas 2, 8 y 16 se organizaron asambleas que paralizaron el tr¨¢fico y provocaron situaciones ca¨®ticas en los aeropuertos. La direcci¨®n de la compa?¨ªa y el Gobierno anunciaron que, para evitar largas esperas in¨²tiles a los pasajeros, resultaba preferible cancelar todos los vuelos, tanto de Aerol¨ªneas como de su filial Austral, y dejar los aeropuertos vac¨ªos. As¨ª se hizo.

Los trabajadores, desde los pilotos hasta el personal de tierra, exigen un aumento del salario del 6,5% para compensar la inflaci¨®n de septiembre, de la misma forma en que se realiz¨® los meses anteriores en cumplimiento del convenio colectivo. La direcci¨®n alega que en el momento de pagar las n¨®minas de ese mes no se conoc¨ªa a¨²n cu¨¢nto hab¨ªan subido los precios y que el convenio expir¨® en septiembre, por lo que los futuros ajustes deben establecerse en un nuevo acuerdo.

En realidad, se trata de un pulso. Los sindicatos se sienten enga?ados porque, seg¨²n ellos, la direcci¨®n ven¨ªa dici¨¦ndoles que los resultados econ¨®micos eran buenos y de pronto anunci¨® que eran malos, sugiriendo medidas de ajuste. En el otro lado, se considera que los sindicatos han abusado con sus protestas de este mes, realizando huelgas no preanunciadas (el d¨ªa 8, cuando fueron sancionados 376 trabajadores con suspensiones temporales) y asambleas que, seg¨²n la direcci¨®n, no eran otra cosa que huelgas encubiertas.

Las causas profundas del conflicto est¨¢n relacionadas con el aumento de la competencia. Los sindicatos acusan al Gobierno de haber beneficiado a empresas extranjeras permitiendo dumping (pasajes por debajo del coste real) y ofreci¨¦ndoles condiciones muy favorables en ciertos aeropuertos, en perjuicio de Aerol¨ªneas, la compa?¨ªa de bandera. El Gobierno y la direcci¨®n, por su parte, piensan que los empleados permanecen anclados en otro tiempo, cuando la menor competencia internacional permit¨ªa mayores beneficios, salarios anormalmente elevados y condiciones de trabajo relajadas. Los directivos aseguran que los empleados de Aerol¨ªneas trabajan menos horas que los empleados de las otras compa?¨ªas a¨¦reas de la regi¨®n.

En cuanto a las asambleas que paralizar¨¢n el transporte durante la ma?ana del martes, se deben a problemas muy diversos: desde el rechazo sindical a la extensi¨®n del impuesto sobre ganancias a la exigencia de mejoras en las jubilaciones. La Confederaci¨®n Argentina de Trabajadores del Transporte, dirigida por Juan Carlos Schmid, considera que la recesi¨®n combinada con una alta inflaci¨®n en Argentina est¨¢ llevando a muchos trabajadores a ¡°una situaci¨®n cr¨ªtica¡± y reclama al Gobierno que ofrezca medidas de apoyo, en lugar de endurecer las condiciones laborales.

El Gobierno tiene ante s¨ª una semana extremadamente complicada. A partir del jueves a mediod¨ªa, un gran sector central de Buenos Aires quedar¨¢ paralizado, al igual que el Aeroparque, el aeropuerto de Ezeiza (parcialmente) y el transporte fluvial, para ofrecer seguridad y libertad de movimientos a los dirigentes pol¨ªticos que participar¨¢n en la cumbre del G-20. Hay una protesta convocada el viernes, en el centro, por asociaciones sociales y sindicatos. Lo ¨²ltimo que necesitan el Gobierno provincial de Buenos Aires y el Gobierno nacional de Mauricio Macri es un conflicto creciente en el transporte. Para tratar de evitar que la protesta se agrave, los ministros de Producci¨®n y Trabajo y de Transportes han convocado a Schmid y otros dirigentes sindicales. La idea es negociar al menos una tregua.