El informe de riesgos globales y el sistema financiero

Pues bien, si hacemos una retrospectiva de estos riesgos en los ¨²ltimos a?os podemos identificar un patr¨®n claro de evoluci¨®n. Mientras en plena Gran Recesi¨®n (2009) los riesgos que se percib¨ªan para la pr¨®xima d¨¦cada encontramos factores netamente econ¨®micos, en la actualidad (2019) estos son casi en su totalidad ambientales. No hay que olvidar que en 2008 ocurri¨® un hist¨®rico colapso financiero que demostr¨® que la econom¨ªa estaba netamente interconectada entre s¨ª. En cambio, venimos de un a?o 2018 donde se han registrado olas de calor, tormentas e inundaciones sin precedentes en todo el mundo y las emisiones globales de gases de efecto invernadero continuaron creciendo el a?o pasado, alcanzando una concentraci¨®n de di¨®xido de carbono en la atm¨®sfera a niveles s¨®lo comparables con registros de hace 3 millones de a?os.

Otro elemento que nos recuerda anualmente este informe es el aumento de la interconectividad y el impacto potencial de los riesgos. Esta complejidad ha venido para permanecer en nuestra sociedad y econom¨ªa y gestionar una empresa o una inversi¨®n significa considerar todo lo que podr¨ªa afectarlo.

En este contexto, como ya se?alaba el Plan de Acci¨®n para unas Finanzas Sostenibles (2018) de la Comisi¨®n Europea, el sistema financiero tiene un papel clave para reorientar las inversiones hacia una econom¨ªa m¨¢s ecol¨®gica y sostenible, garantizando con ello la estabilidad del sistema financiero y el crecimiento. En este proceso, uno de los elementos a potenciar ha sido la incorporaci¨®n de los factores ambientales, sociales y de gobernanza (ASG) a la toma de decisiones de inversi¨®n y financiaci¨®n. Este ¨¢mbito, que hasta ahora ha estado dentro de las opciones voluntarias o estrat¨¦gicas de algunos inversores, pasar¨¢ a operar en un entorno m¨¢s reglamentado con el objetivo de mejorar la homogeneidad y trasparencia.

En este sentido, la nueva regulaci¨®n que preparan las instituciones europeas busca asegurar que los gestores de activos, inversores institucionales y otro tipo de inversores incluyan este tipo de factores en sus decisiones de inversi¨®n y procesos de asesor¨ªa. En la jerga normativa se considera que este tipo de an¨¢lisis pasa a ser parte del deber fiduciario de buena gesti¨®n y control de riesgos. Para ello, la normativa que est¨¢ en debate en la actualidad en el Parlamento Europeo busca establecer reglas uniformes sobre los procedimientos que tienen para integrar los riesgos ASG en su proceso de inversi¨®n y asesor¨ªa. Tambi¨¦n se vincular¨¢ sobre el posible impacto que dichos elementos pueden tener en los rendimientos del producto o servicio proporcionado, independientemente de si se persiguen o no objetivos de inversi¨®n sostenibles.

M¨¢s espec¨ªficamente, para los gestores de activos e inversores institucionales esto implicar¨¢ informar de c¨®mo se integran los riesgos ASG en lo que respecta a su estrategia de inversi¨®n, la gesti¨®n de riesgos, la asignaci¨®n de activos y, su sistema de gobernanza. Adem¨¢s, para los asesores, gestores de cartera y distribuidores de seguros (cuando ofrecen productos de inversi¨®n basados en seguros), se les exigir¨¢ tener en cuenta dichos factores dentro de los procedimientos a aplicar en los test de idoneidad ¨Cnuevas preguntas - y en la selecci¨®n del producto para sus clientes seg¨²n sus preferencias.

Finalmente, de forma espec¨ªfica para aquellos inversores que se?alen que sus estrategias de inversi¨®n son socialmente responsables deber¨¢n informar de forma espec¨ªfica sobre c¨®mo perseguir¨¢n estos objetivos con sus decisiones de inversi¨®n, y en particular informaci¨®n sobre las metodolog¨ªas utilizadas para valorar, evaluar y hacer seguimiento del cumplimiento y contribuci¨®n de las decisiones de inversi¨®n a sus objetivos de sostenibilidad.

En definitiva, la normativa en ciernes trata de dar respuesta a esta creciente preocupaci¨®n sobre riesgos no econ¨®micos ni financieros, aunque tendr¨¢ un impacto sobre los inversores con mayores requerimientos. Esto implicar¨¢ un conocimiento espec¨ªfico y herramientas para los mismos que en muchos casos ser¨¢n novedad, especialmente para aquellas entidades que nunca integraron estos ¨¢mbitos de an¨¢lisis que el WEF nos presenta.

Ricardo Pedraz es consultor de Afi