La salida de Borja Prado de Endesa destapa la tensi¨®n con los due?os italianos de Enel
La direcci¨®n espa?ola discrepa con el principal accionista por el negocio en Latinoam¨¦rica
La salida de Borja Prado de la presidencia de Endesa ha dejado a la intemperie las desavenencias entre el principal accionista, el grupo italiano Enel, y la direcci¨®n espa?ola. Las diferencias surgieron a partir de la compra de los activos de Endesa en Latinoam¨¦rica por Enel en oto?o de 2014, lo que limitaba el negocio de la espa?ola a la pen¨ªnsula Ib¨¦rica. La operaci¨®n fue dise?ada por Enel, que antes hab¨ªa dado un golpe de mano sustituyendo a Fulvio Conti por Francesco Starace como primer ejecutivo, lo que supuso un vuelco en las relaciones con Espa?a.
La venta del negocio en Latinoam¨¦rica de Endesa a su matriz Enel por 8.253 millones de euros ¡ªtras la operaci¨®n la espa?ola reparti¨® generosos dividendos a su matriz con los que casi financia la compra¡ª, supuso la marcha del consejero delegado, el italiano Andrea Brentan, que no mostr¨® entusiasmo con el desmantelamiento de la filial espa?ola. Le sustituy¨® el espa?ol Jos¨¦ Bogas, que curiosamente conect¨® con Starace desde el principio.
A Borja Prado tampoco le gust¨® mucho la operaci¨®n. No obstante, trat¨® de templar gaitas con el Gobierno del PP. Prado, que lleg¨® a la presidencia de Endesa en 2009 tras dos a?os de consejero, era un hombre de confianza del grupo italiano que le conoc¨ªa por ser el representante de Mediobanca en Espa?a. Su labor, en esos primeros a?os, se centr¨® en calmar las aguas intermediando entre la empresa y el Gobierno y encauzando los resultados de la empresa. En esos a?os mantuvo siempre una relaci¨®n muy estrecha con Conti y Brentan, lo que le hab¨ªa permitido mantener la espa?olidad de la empresa y su poder¨ªo en Latinoam¨¦rica (contaba con activos en Argentina, Brasil, Per¨², Colombia y Chile, concentradas en la marca Enersis). En 2015 fue renovado como presidente, cargo que dejar¨¢ en abril tras rendir cuentas del ejercicio, al no ser revalidado por Enel. La salida supone una indemnizaci¨®n m¨ªnima de 12 millones.
Enel hab¨ªa aterrizado en Endesa en 2007 tras una cruenta batalla empresarial con interferencias pol¨ªticas. El grupo italiano, de la mano de Acciona y con el apoyo del Gobierno de Zapatero, lanz¨® una opa sobre Endesa, que ya hab¨ªa pactado la entrada de la alemana E.ON como respuesta a la primera intentona de Gas Natural (hoy Naturgy), que acab¨® retir¨¢ndose. La alianza supuso que Jos¨¦ Manuel Entrecanales, presidente de Acciona, asumiera la presidencia de Endesa durante dos a?os, justo cuando decidi¨® vender su 25% y quedarse con los activos e¨®licos de Endesa. Enel se qued¨® con el 92%, que posteriormente reducir¨ªa al 70% actual.
Estas cifras han sido esgrimidas por los sindicatos, que estallaron en la junta de accionistas de 2018. Los portavoces de UGT, CC OO y el independiente SIE atacaron a Starace, presente como vicepresidente, que mantuvo una sonrisa forzada durante las intervenciones. Seg¨²n los sindicatos, adem¨¢s Enel ha incumplido los compromisos adquiridos en la opa, ya que no ha mantenido el per¨ªmetro geogr¨¢fico (venta de activos de Latinoam¨¦rica), la gesti¨®n se ha trasladado a Italia, las inversiones estrat¨¦gicas se han reducido y se ha vendido el negocio de distribuci¨®n de gas. Asimismo, denunciaron que los contratos con proveedores se desviaron a Italia, en muchos casos a precios m¨¢s altos que en Espa?a, y que solo invert¨ªan en contadores, que para m¨¢s inri proven¨ªan de Italia.
Acusaciones de expolio
La ofensiva sindical sigui¨® y se plasm¨® en la carta que UGT envi¨® a Prado, Bogas y los cinco consejeros independientes en la que acusaba a Enel de ¡°expoliar¡± la firma espa?ola y quererla vender ¡°al mejor postor¡±. ¡°Estamos en condiciones de afirmar, en plena conciencia de su gravedad, que la voluntad ¨²ltima de Endesa es generar dividendos para Enel a costa del salario y de los derechos de los trabajadores, terminar un proceso consciente y planificado de descapitalizaci¨®n y, finalmente, venderla o trocearla para su venta al mejor postor¡±, aseguraba UGT en la carta difundida por EL PA?S en noviembre. Fuentes de la el¨¦ctrica aseguraron que las acusaciones eran para presionar en la negociaci¨®n del convenio colectivo y que Enel no ten¨ªa intenci¨®n de desinvertir. El asedio sindical no tuvo ninguna repercusi¨®n en el Gobierno de S¨¢nchez, ni en el Parlamento, pese al llamamiento a los grupos pol¨ªticos.
La ¨²nica respuesta pol¨ªtica la hab¨ªa protagonizado ?lvaro Nadal en mayo de 2017 siendo ministro de Energ¨ªa. El ministro acus¨® a Enel en el Senado de ¡°hacer pol¨ªtica a favor de los ciudadanos italianos a costa del consumidor espa?ol y de los trabajadores espa?oles¡±. Desde entonces, las relaciones entre el Ejecutivo y los italianos se enfriaron.
El Gobierno del PP lleg¨® a advertir a Enel y, de hecho, su oposici¨®n a que Atlantia entrara en Abertis respondi¨® en gran parte a este conflicto, que luego se arregl¨® en parte tras la alianza con ACS.
Una jugosa inversi¨®n
La italiana Enel invirti¨® entre las diferentes adquisiciones entre 2007 y 2009 una cifra cercana a los 37.800 millones de euros. La inversi¨®n se ha visto compensada de sobra con unos 3.133 millones por la venta del paquete del 22% en Bolsa, casi 26.500 millones de dividendos entre 2007 y 2018, adem¨¢s de unos 1.800 millones en exenciones fiscales por una deducci¨®n por doble imposici¨®n que le permite generar un ahorro fiscal equivalente al 11% de los dividendos repartidos. Estos beneficios fiscales le han permitido reducir al m¨¢ximo su factura fiscal en Espa?a.
A estos retornos habr¨ªa que sumar los que aportan a la matriz italiana los negocios de Latinoam¨¦rica que en una controvertida operaci¨®n de ingenier¨ªa contable fueron traspasados en 2014 de Endesa a Enel a un precio muy ventajoso.
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