Boeing se busca un socio fuerte contra Airbus
El acuerdo con la brasile?a Embraer intenta responder a la aproximaci¨®n de su gran rival a Bombardier
El 26 de enero del a?o pasado, la Comisi¨®n de Comercio Internacional de Estados Unidos (ITC, en sus siglas en ingl¨¦s) propin¨® un importante correctivo al Gobierno de Donald Trump y, por extensi¨®n, a Boeing, el mayor fabricante de aviones del mundo. En una sentencia de 194 p¨¢ginas, los cuatro miembros de la comisi¨®n declaraban por unanimidad que la Serie C del constructor canadiense Bombardier no compet¨ªa directamente con el Boeing 737 MAX comercializado por la firma estadounidense. En consecuencia, EE UU no ten¨ªa motivos para imponer a la Serie C un arancel del 300%, como hab¨ªa anunciado. El mayor beneficiado era Airbus, la gran rival de Boeing, que solo unas semanas antes hab¨ªa rescatado el programa de la Serie C adquiri¨¦ndoselo a Bombardier por la suma simb¨®lica de un d¨®lar y comercializ¨¢ndolo como el Airbus A220.
Boeing no perdi¨® el tiempo: ni siquiera recurri¨® la sentencia. Y, en menos de seis meses, anunciaba un acuerdo con la gran rival de Bombardier, la brasile?a Embraer. Por los t¨¦rminos del acuerdo, la firma sudamericana ced¨ªa todas sus operaciones de aviones de pasajeros comerciales a una empresa conjunta en la que tendr¨¢ un 20% de las acciones, con Boeing bajo control del 80% restante. Y en diciembre, anunci¨® otro acuerdo para comercializar la joya de la divisi¨®n militar de Embraer: el reactor de transporte t¨¢ctico KC-390, que vol¨® por primera vez en febrero de 2015.
Operaciones similares
En principio, la maniobra de Boeing calca a la de su gran rival: absorber las operaciones comerciales de un fabricante m¨¢s peque?o y dedicado a un segmento, el de la aviaci¨®n regional, en el que ninguna de las dos participa directamente. Pero no debe esperar mucho m¨¢s, seg¨²n Richard Aboulafia, vicepresidente de an¨¢lisis de Grupo Teal. ¡°Embraer es una empresa muy eficiente¡±, afirma. ¡°Visto el pa¨ªs de donde viene y los mercados a los que sirve, tiene que serlo. Construye productos que no ofrecen los retornos que Boeing espera. Si Boeing intenta aumentar los m¨¢rgenes de negocio de Embraer, va a descubrir de mala manera que no puede¡±.
Objetivo: los mercados desarrollados
Un acuerdo separado entre Boeing y Embraer pone la maquinaria de ventas de la firma estadounidense al servicio de uno de los proyectos m¨¢s ambiciosos de la compa?¨ªa brasile?a: el transporte estrat¨¦gico KC-390. Al contrario que su rival europeo, el A400M, el avi¨®n brasile?o, un reactor, est¨¢ orientado m¨¢s a un uso militar puro que al de transporte. Adem¨¢s, no tiene la coalici¨®n de clientes fijos que la estructura de Airbus (participada por varios Gobiernos europeos, entre ellos el espa?ol) le proporciona. El desaf¨ªo es lograr mercados m¨¢s all¨¢ de Brasil y Portugal, en especial en los pa¨ªses desarrollados.
Adem¨¢s, vistas de cerca, ambas operaciones son diferentes. Para empezar, al contrario que la de Bombardier, la operaci¨®n le cuesta dinero a Boeing: 4.200 millones de d¨®lares (3.700 millones de euros). No es un problema porque la firma estadounidense est¨¢ nadando en dinero: cerr¨® 2018 con una facturaci¨®n que super¨® por primera vez los 100.000 millones de d¨®lares y creci¨® un 8% con respecto al ejercicio anterior. Los beneficios, a su vez, aumentaron un 24% y terminaron el a?o en 10.460 millones de d¨®lares.
Por otro lado, las implicaciones pol¨ªticas eran m¨¢s complicadas que en el caso de Bombardier. El anuncio de la joint venture se produjo en plena campa?a para las elecciones presidenciales brasile?as. En principio, la victoria del ultraderechista Jair Bolsonaro ¡ªy de su equipo econ¨®mico encabezado por Paulo Guedes, partidario de una mayor participaci¨®n del capital extranjero en la econom¨ªa¡ª fue una buena noticia para el acuerdo. De hecho, una de sus primeras medidas fue dar luz verde al pacto, cuyo ¨²ltimo obst¨¢culo (la aprobaci¨®n de los accionistas) fue salvado este martes.
Pero Bolsonaro, un exmilitar, tambi¨¦n tiene una fuerte presencia de uniformados en su Gabinete, y la adquisici¨®n de un proveedor militar por parte de un gigante estadounidense despierta reticencias en las Fuerzas Armadas. Solo unos d¨ªas antes de aprobar la operaci¨®n, tras la toma de posesi¨®n del nuevo jefe de la Fuerza A¨¦rea, Bolsonaro dijo estar ¡°preocupado¡± por la posibilidad de que Boeing acabe haci¨¦ndose con toda la operaci¨®n comercial de la firma.
Azucarillos
De hecho, el acuerdo est¨¢ cargado de azucarillos para hacer m¨¢s digerible la colaboraci¨®n desde un punto de vista pol¨ªtico. El Estado brasile?o tiene una acci¨®n de oro. Embraer tendr¨¢ que dar su visto bueno a ciertas ¡°decisiones estrat¨¦gicas¡±, incluyendo ¡°la transferencia de operaciones desde Brasil¡±. Por ¨²ltimo, el pacto promete que el presidente y el consejero delegado de la firma conjunta estar¨¢n ¡°basados¡± en el pa¨ªs sudamericano (lo que no significa que vayan a ser brasile?os). Aun as¨ª, los sindicatos (especialmente el potente Sindicato de Metal¨²rgicos) no est¨¢n convencidos, y han lanzado la campa?a ¡°Embraer es nuestra¡±.
Aunque su situaci¨®n no era tan desesperada como la de Bombardier (que antes de la compra de Airbus tuvo que recurrir a varios rescates de los Gobiernos canadiense y de Quebec para mantener la firma a flote), a Embraer le viene bien la inyecci¨®n de capital. Tanto el desarrollo de su nueva serie E2 como el del KC-390 costaron m¨¢s de lo inicialmente previsto, y la fuerte devaluaci¨®n del real brasile?o en los ¨²ltimos dos a?os ha da?ado la estructura de costes. La empresa prev¨¦ que, de nuevo, tanto la facturaci¨®n como el ebitda han ca¨ªdo en 2018 con respecto al a?o anterior. ¡°La colaboraci¨®n permitir¨¢ a Embraer llevar a cabo su estrategia a largo plazo en la aviaci¨®n comercial¡±, considera Renato Hallgren, de Banco do Brasil.
Sobre todo, el acuerdo beneficia a la serie E2 de Embraer, el sucesor de sus exitosos modelos E175, E190 y E195. ¡°Con la compra de la Serie C, la cadena de suministro, en consecuencia, los costes y, en consecuencia, la competitividad del avi¨®n pasaron a manos de Airbus¡±, explica Aboulafia. ¡°Eso convierte al A220 en un l¨ªder dominante en su categor¨ªa. Nosotros estimamos que el acuerdo con Boeing har¨¢ por el E2 lo que Airbus ha hecho por su competidor canadiense¡±.
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