Los halcones carecen de alternativas
Los ¨²ltimos datos econ¨®micos desatan las alarmas
En pocas horas, los datos pesimistas desatan casi todas las alarmas. China rebaja su previsi¨®n de crecimiento para este a?o al 6%/ 6,5%, la peor en tres d¨¦cadas. Y sus exportaciones en febrero caen un 16,6%, pues capotan sus intercambios con EE UU. A estos no les va mucho mejor en su vertiente exterior. Dos a?os de guerras comerciales de Trump para nada han servido.
Su d¨¦ficit comercial no solo no se ha reducido, sino que ha aumentado un 12,5% en 2018 y un 23% desde que se inaugur¨® la era populista. As¨ª que las guerras perjudicar¨¢n a sus rivales, pero sobre todo a quien las desencadena, como sabemos desde la Gran Depresi¨®n de 1929.
Y aunque en el ¨¢mbito interno el dopaje fiscal sigue surtiendo efectos (la tasa de paro de EE UU baj¨® al 3,8%), lo hace de forma declinante: el ritmo de creaci¨®n de empleo ha sido el peor desde oto?o de 2017.
Como se descontaba, la gran pagana de la astenia mundial es la econom¨ªa m¨¢s abierta: la europea. A las rebajas del FMI y la Comisi¨®n de principios de a?o, se suman ahora las a¨²n peores de la OCDE y del BCE: el PIB de la eurozona crecer¨ªa en 2019, solo en torno al 1%, frente al 1,8% o el 1,9% que proyectaban hacia finales de 2018.
No registramos a¨²n un escenario de recesi¨®n ¡ªPIB negativo durante dos trimestres¡ª, sino de desaceleraci¨®n acentuada, de estancamiento relativo, de tendencia a la japonizaci¨®n de Europa. El problema de toda desaceleraci¨®n es que sus fronteras con la recesi¨®n suelen ser tenues, f¨¢cilmente traspasables y muy sensibles a los estados de ¨¢nimo, los animal spirits de mercados y ciudadanos.
Ante esa escena, que se va agudizando lenta pero inexorablemente, el BCE ha cumplido su deber. Acaba de aplazar, al menos hasta final de a?o, el alza de los tipos de inter¨¦s del euro; y ha anunciado nuevas subastas de liquidez que nutran la capacidad de pr¨¦stamo de la banca.
La tendencia es similar a la de la Fed y otros bancos centrales. La novedad es que no parece concitar la habitual inquina de los halcones. Se ve que carecen de alternativa: ?alguien duda de que un retorno r¨¢pido a la rigidez acelerar¨ªa la recesi¨®n?
El problema es si las medidas anunciadas ser¨¢n suficientes. Ya se levantan voces pidiendo m¨¢s expansionismo de rentas: como el que debiera provocar el alza salarial en Alemania, de un 8,8% en el pr¨®ximo trienio. O un est¨ªmulo a la demanda v¨ªa un mayor activismo del Banco Europeo de Inversiones, apalancado en la compra de una fuerte emisi¨®n de su deuda por el BCE. Habr¨¢ que volver a estrujarse las meninges.
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