M¨¢s mujeres para combatir la corrupci¨®n
Una investigaci¨®n apunta que los gobiernos locales con mayor n¨²mero de integrantes femeninas tienden a actuar m¨¢s honradamente y a utilizar el poder de forma proactiva y constructiva
Una vez terminada la XII Legislatura, cuyo tramo final ha estado marcado por el primer Gobierno espa?ol paritario, y en el intenso a?o electoral en el que nos encontramos, vuelve abrirse un debate recurrente cada vez que se aproximan unos comicios: ?qu¨¦ pasa con las cuotas de g¨¦nero?
Las com¨²nmente denominadas cuotas electorales de g¨¦nero -que son un requisito para la formaci¨®n de listas electorales en nuestro pa¨ªs desde la Ley 3/2007- son solamente un medio, no el fin en s¨ª mismo; y el aut¨¦ntico fin de la paridad electoral no es otro que permitir que las mujeres aporten sus puntos de vista, su sabidur¨ªa y sus ideas al proceso de toma de decisiones pol¨ªticas.
Entre aquellos que se oponen a este mecanismo se extiende la creencia de que los candidatos deber¨ªan ser los m¨¢s capaces y preparados para representar a sus electores, independientemente de si son hombres o son mujeres. Ahora bien, ?de verdad creemos que cada uno de los representantes pol¨ªticos que conforman el Congreso de los Diputados son realmente las personas m¨¢s preparadas?
En su lugar, reflexionemos sobre los aspectos positivos que las mujeres aportan a la democracia. En el ¡®Informe sobre la Democracia en Espa?a 2018¡¯, recientemente publicado por Fundaci¨®n Alternativas, Pablo Fern¨¢ndez-V¨¢zquez y Miguel Pereira eval¨²an emp¨ªricamente c¨®mo la presencia de mujeres en los Gobiernos locales constituye un factor que reduce los niveles de corrupci¨®n; no solo a corto, sino tambi¨¦n a medio plazo.
Para corroborar esta relaci¨®n causal y su direcci¨®n, comparan las acusaciones formales de corrupci¨®n a los miembros de distintos gobiernos locales, y los niveles de expansi¨®n urban¨ªstica -como indicador indirecto de la corrupci¨®n, pues su medici¨®n de manera directa es dif¨ªcil al tratarse de un fen¨®meno clandestino- en municipios con poblaci¨®n justo por encima y justo por debajo del l¨ªmite a partir del cual las cuotas de g¨¦nero son obligatorias. De esta manera observan que aquellos municipios donde las listas electorales son paritarias presentan una menor tendencia a la corrupci¨®n.
Si realizamos una interpretaci¨®n positiva podemos avalar la idea de que las mujeres en cargos pol¨ªticos tienden a actuar m¨¢s honradamente y a utilizar el poder de forma proactiva y constructiva. Aunque lo id¨®neo ser¨ªa su inclusi¨®n en las listas sin necesidad de mandatos legales, aprovechemos la existencia de este mecanismo para conseguir gobiernos e instituciones m¨¢s transparentes, ¨ªntegras e igualitarias.
El aumento de los esca?os ocupados por mujeres significa un paso muy importante para el empoderamiento femenino. Mediante las cuotas se hizo posible la representaci¨®n parlamentaria de la mitad de la poblaci¨®n -pues las mujeres no somos un grupo o minor¨ªa-. Adem¨¢s, la imagen de un hemiciclo paritario y la presencia de mujeres en puestos de responsabilidad ofrece referentes femeninos de todas las ideolog¨ªas -no olvidemos que el feminismo es un fen¨®meno transversal- a las futuras generaciones de mujeres, al mismo tiempo que tienen cierto efecto transmisor hacia el comportamiento del resto de poderes y entidades. As¨ª ha ocurrido, por ejemplo, en este ¨²ltimo Gobierno de Pedro S¨¢nchez formado por once ministras.
La imagen de un hemiciclo paritario y la presencia de mujeres en puestos de responsabilidad ofrece referentes femeninos de todas las ideolog¨ªas
Si bien es cierto que la regulaci¨®n legal de las cuotas ha permitido el acceso en condiciones de igualdad a las C¨¢maras, es fundamental que este comportamiento se contagie a otros ¨¢mbitos, especialmente en los puestos de direcci¨®n, como pueden ser el poder judicial, el poder econ¨®mico o las empresas y organismos p¨²blicos, a todos los niveles de gobierno. A pesar de los avances, el techo de cristal todav¨ªa no se ha roto.
M¨¢s all¨¢ del n¨²mero, reparemos en esta oportunidad para que los valores que tradicionalmente se han considerado femeninos pasen a ser asuntos del espacio p¨²blico: que se sit¨²e en el centro de la pol¨ªtica la crisis de cuidados y la reorganizaci¨®n de la divisi¨®n del trabajo, comprendiendo la l¨®gica de la cooperaci¨®n y la atenci¨®n a menores y dependientes como una tarea que nos ata?e a todos.
Por supuesto, la clave de la igualdad de g¨¦nero reside en trabajar en materia socioecon¨®mica, as¨ª como en programas educativos y en el mundo de la cultura en su conjunto, siempre teniendo claro el objetivo de reformar las estructuras de poder. Pero mientras tanto no retrocedamos en este lento y progresivo camino hacia la igualdad, ni pongamos en duda la capacidad de las cuotas electorales para el desarrollo pol¨ªtico y social.
* Ana Lascorz es analista pol¨ªtica de la Fundaci¨®n Alternativas
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.