La OCDE estudiar¨¢ c¨®mo implantar la ¡®mochila austriaca¡¯ en Espa?a
El organismo elaborar¨¢ simulaciones de c¨®mo podr¨ªa funcionar una cuenta en la que la empresa abona al trabajador una parte del despido por anticipado
El Ministerio de Econom¨ªa ha pedido a la Comisi¨®n Europea que le asista con la implementaci¨®n de la llamada mochila austriaca, una cuenta personal del trabajador en la que la empresa abonar¨ªa una parte del despido por adelantado. El asalariado podr¨ªa llevarse este dinero a otro empleo, destinarlo a su jubilaci¨®n o usarlo al ser despedido. Bruselas ha accedido a sufragar un estudio aprovechando un servicio que tiene para ayudar a desarrollar reformas estructurales. Y ha encargado el trabajo a la OCDE. El organismo con sede en Par¨ªs har¨¢ simulaciones que servir¨¢n a Econom¨ªa para negociar el modelo final con los sindicatos, la patronal y el Ministerio de Trabajo. Se pretende que su implantaci¨®n sea gradual y comience en 2020.
El Ministerio de Econom¨ªa tiene muy claro que la mochila austriaca ser¨¢ una herramienta decisiva a la hora de mejorar el funcionamiento del mercado laboral espa?ol y paliar problemas como la temporalidad. Esta consiste en una cuenta en la que la empresa abona peri¨®dicamente una parte del despido por anticipado, de forma que se va acumulando una mochila con fondos que el trabajador puede llevarse a otro empleo y de la que tambi¨¦n puede disponer en el supuesto de ser despedido, para formaci¨®n o bien para guardarla hasta la jubilaci¨®n.
Sin embargo, el dise?o todav¨ªa tiene que consensuarse con la patronal, los sindicatos y el Ministerio de Trabajo, que pueden objetar dudas razonables al modelo. Para abordar las negociaciones sobre la base de datos, Econom¨ªa pidi¨® a la UE que le financie un estudio. Bajo el llamado Structural Reform Support Programme, Bruselas acept¨® financiarlo y encomend¨® el trabajo de campo a la OCDE. Fuentes del Gobierno aclaran que se trata de una fase muy preliminar y que no solo se ha pedido financiar este estudio: tambi¨¦n se har¨¢n con fondos europeos otros de sanidad, transici¨®n ecol¨®gica o big data.
El estudio sobre la mochila har¨¢ simulaciones de su funcionamiento a partir de datos de la Seguridad Social. Sobre todo para conocer cu¨¢l ser¨ªa el impacto de la transici¨®n, c¨®mo puede suavizarse y en qu¨¦ forma puede afectar por colectivos. La intenci¨®n es que alimente el proceso de decisi¨®n para que pueda entrar ya en vigor en 2020, seg¨²n figura en el Plan Nacional de Reformas.
La mochila opera en Austria desde enero de 2003, y consiste en una contribuci¨®n mensual del empleador por valor del 1,53% del salario bruto del trabajador. All¨ª b¨¢sicamente no existe ahora indemnizaci¨®n por despido, pues ha sido sustituida por este sistema. En Espa?a, con un despido de 20 d¨ªas, costar¨ªa mucho reemplazarlo con esta f¨®rmula, se?alan los expertos. As¨ª que, seg¨²n explican fuentes de la Administraci¨®n, cualquier modelo que se implantase ser¨ªa mixto: una parte del despido se financiar¨ªa de forma directa por esta v¨ªa en una cuenta del trabajador; la otra se desembolsar¨ªa como un n¨²mero de d¨ªas igual que ahora. Econom¨ªa no pretende con esto que se rebaje el coste del despido.
El sistema austriaco ha sido alabado de forma generalizada por los economistas. Incluso, ha llegado a estar entre las propuestas manejadas por los gobiernos de Zapatero y Rajoy, Ciudadanos o el PP de Casado. ¡°Entre sus ventajas fomenta la movilidad laboral¡±, afirma Jos¨¦ Ignacio Conde-Ruiz, profesor de la Complutense. En Espa?a, seg¨²n los expertos, los asalariados tienden a permanecer en la empresa para no perder la indemnizaci¨®n acumulada. Sin embargo, eso se considera un freno a la productividad, ya que dificulta que las compa?¨ªas fichen el talento existente en el mercado. De aplicarse el esquema austriaco, provocar¨ªa que haya mayor competencia por los empleados y, al final, una mejora de los salarios y las condiciones. Y ser¨ªa muy positivo para la productividad de la econom¨ªa, pues el trabajador se mover¨ªa m¨¢s, recogiendo todas esas experiencias y mejorando su rendimiento.
Dependiendo del dise?o, la mochila tambi¨¦n podr¨ªa suponer un remedio para un mal que aqueja a la econom¨ªa espa?ola: la excesiva temporalidad. Y esa es la intenci¨®n que tiene Econom¨ªa: al haberse contabilizado ya una parte del despido y solo tener que abonar una porci¨®n de los 20 d¨ªas, entonces la empresa podr¨ªa decidir quedarse con el temporal o el reci¨¦n contratado, en lugar de con el indefinido antiguo. Ayudar¨ªa a romper con la dualidad y el empresario podr¨ªa mantener al trabajador m¨¢s productivo, y no simplemente al que le sale m¨¢s caro despedir.
Por otra parte, ¡°al haber provisionado el despido, las empresas tendr¨ªan un mayor colch¨®n para afrontar una crisis¡±, apunta Conde-Ruiz. En Austria, si una empresa va mal los trabajadores empiezan a irse y facilitan el ajuste, descargando a la compa?¨ªa del coste de esos despidos. En todo caso, cualquier sociedad en dificultades tendr¨ªa ya desembolsado parte del recorte. Dicho esto, muchos analistas ven una ventaja en tener una mochila mixta en la que no se ha provisionado todo el despido como en principio suceder¨ªa en Espa?a: el empleador a¨²n tendr¨ªa que sufragar la cantidad restante si decidiese ajustar plantilla, lo que siempre impedir¨ªa que se eche con la misma facilidad que cuando ya est¨¢ todo pagado.
Adem¨¢s, la mochila podr¨ªa articularse como una nueva fuente de ahorro y convertirse en un pilar m¨¢s para el sistema de jubilaci¨®n, recuerdan los expertos.
Los costes del cambio de modelo
En Espa?a, el problema de la mochila austriaca reside en la factura de transitar desde un sistema a otro. La patronal la rechaza porque considera que de golpe y porrazo le subir¨¢n los costes laborales, sobre todo cuando hay muchos empleados que no se despiden. Las empresas gastan una cifra total en despidos. Pero ahora tendr¨ªan que soportar por adelantado una parte de todos, los que se despide y los que no. ¡°Por eso, para que est¨¦ bien dise?ado el importe tiene que ser equivalente a lo que las empresas pagan al a?o en el agregado por coste de despido¡±, asegura Conde-Ruiz. Los sindicatos se opondr¨ªan porque piensan que se aprovechar¨ªa para recortar la indemnizaci¨®n. Las simulaciones de la OCDE servir¨¢n para abordar estas cuestiones. Todos estos inconvenientes se relativizan si se tiene en cuenta que en una econom¨ªa moderna cada vez hay m¨¢s rotaci¨®n y, por lo tanto, ser¨¢ algo habitual que el trabajador tenga m¨¢s empleos y no uno para toda la vida.
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