S¨¢nchez analiza incluir la pol¨¦mica ¡®mochila austriaca¡¯ de despido en su plan de reformas
El Gobierno quiere presentar su "agenda del cambio" este viernes o el pr¨®ximo
El Gobierno de Pedro S¨¢nchez quiere resucitar el debate en torno a la mochila austriaca, un fondo de ahorro personal para el despido. El plan econ¨®mico que est¨¢ preparando desde hace varios meses incluye esta medida, seg¨²n han confirmado a EL PA?S fuentes de varios ministerios, que precisan que lo m¨¢s probable es que la medida se presente en el Consejo de Ministros de ma?ana o en el del pr¨®ximo viernes. El anterior Ejecutivo socialista ya se plante¨® esta idea en 2010, aunque nunca llego a desarrollarla.
El Ministerio de Econom¨ªa ya tiene listo el plan econ¨®mico con el que el Gobierno pretende recuperar la agenda pol¨ªtica. En ese plan, llamado Agenda del cambio, no habr¨¢ medidas concretas que se vayan a poner en marcha de inmediato, sino l¨ªneas b¨¢sicas con la direcci¨®n que el Ejecutivo pretende dar a su pol¨ªtica econ¨®mica, laboral y medioambiental en los pr¨®ximos meses. Y ah¨ª aparece esa vieja conocida propuesta para el mercado laboral: la mochila austriaca,apuntan fuentes de distintos ministerios del ¨¢rea econ¨®mica. Esta consiste en una suerte de hucha individual, que se financia con cotizaciones espec¨ªficas, a la que el trabajador puede recurrir cuando es despedido.
Su inclusi¨®n en el plan de reformas parti¨® del equipo de Nadia Calvi?o en Econom¨ªa, que ten¨ªa una redacci¨®n concreta. En Trabajo, el departamento que dirige Magdalena Valerio, no tuvo la misma acogida. M¨¢s bien al contrario. Los cercanos a Valerio temen que su anuncio distorsione el di¨¢logo social con empresarios y sindicatos, donde la propuesta nunca ha levantado entusiasmo. El punto de acuerdo entre ambos departamentos ha consistido en una redacci¨®n menos comprometida que deje margen a la negociaci¨®n con los agentes sociales, lo que augura un dif¨ªcil parto a la propuesta.
Frente a los recelos de un lado, est¨¢ el amplio apoyo que esta iniciativa encuentra entre partidos y economistas que ven en ella una herramienta ¨²til para solucionar parte de los problemas de un mercado laboral enfermo con grandes altibajos en el empleo y elevada precariedad. El PSOE la hizo suya en 2010. En la reforma laboral de ese a?o incluy¨® el compromiso de estudiar su desarrollo. El coste y la reforma de pensiones del a?o siguiente se cruzaron en el camino de la iniciativa y la hicieron descarrillar. Despu¨¦s ha aparecido en varios programas electorales: el PP la llev¨® en 2011, y Ciudadanos tambi¨¦n. Adem¨¢s, ha formado parte de los pactos que el partido de Albert Rivera firm¨® primero con el PSOE de S¨¢nchez y despu¨¦s con el PP de Rajoy en 2016.
Los recelos entre los agentes sociales cambian seg¨²n quien lo vea. Fuentes empresariales temen que la mochila austriaca se traduzca en un incremento del coste laboral a trav¨¦s de una nueva cotizaci¨®n. Los sindicatos lo ven como una medida que puede acabar rebajando los costes del despido.
En Austria, la mochila entr¨® en vigor en diciembre de 2002 tras dos a?os de negociaci¨®n entre sindicatos, empresarios y Gobierno. Se paga una contribuci¨®n mensual del 1,53% sobre el salario bruto del trabajador que se va acumulando en un fondo de capitalizaci¨®n. Austria no tiene indemnizaci¨®n de desempleo. En Espa?a, esa indemnizaci¨®n es de 20 d¨ªas y copiar el sistema supondr¨ªa un alto coste.
Una soluci¨®n ser¨ªa financiar este sistema por una doble v¨ªa: rebajar la cotizaci¨®n para la prestaci¨®n por desempleo, ahora con super¨¢vit; y subir un poco la parte de cotizaci¨®n del trabajador.
Apoyo de economistas
Muchos economistas apoyan la puesta en marcha de la mochila austriaca por considerar que fomenta la movilidad laboral. Puede servir para estimular los cambios de empresa entre los trabajadores, algo que ahora se desincentiva por los altos derechos de indemnizaci¨®n por despido. Se estimula as¨ª los fichajes entre empresas, la competencia entre ellas por los trabajadores cualificados y el talento y, en consecuencia, la productividad.
Tambi¨¦n defienden que puede ser una buena herramienta para atacar la excesiva temporalidad. Al tener abonada ya una parte del despido y solo tener que pagar una porci¨®n de los actuales 20 d¨ªas, las empresas en crisis podr¨ªan decidir quedarse con el temporal y no con el indefinido. As¨ª, se diluye la diferencia entre unos y otros y los incentivos a la contrataci¨®n temporal. No obstante, esto depende del dise?o final de la medida.
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