Mejores salarios, pensiones seguras
Precisamos de reformas decididas en las prestaciones que tienen una configuraci¨®n o un uso inadecuado
El Tribunal de Cuentas ha publicado hace pocos d¨ªas su preceptivo Informe sobre la Cuenta General del Estado en 2017. En ¨¦l, se recoge el hecho de que el patrimonio neto de la Seguridad Social ten¨ªa signo negativo a finales de 2017 de 13.271 millones de euros, debido a que los d¨¦ficits han sido solventados por la Administraci¨®n del Estado mediante la concesi¨®n de pr¨¦stamos. El Tribunal destaca que, ¡°a 31 de diciembre de 2017, el balance de la Tesorer¨ªa General de la Seguridad Social recoge una deuda a favor de la Administraci¨®n General del Estado de 27.361 millones de euros¡± y, en consecuencia, concluye que ¡°la v¨ªa de financiaci¨®n estatal deber¨ªa tener esta misma naturaleza econ¨®mica y presupuestaria, esto es, proceder de transferencias corrientes de la Administraci¨®n General del Estado, no de la concesi¨®n de nuevos pr¨¦stamos¡±.
Las afirmaciones del Tribunal de Cuentas son poco discutibles y, en mi caso, las asumo plenamente. Nadie en su sano juicio puede dudar de que, desde el punto de vista de la solvencia de la Seguridad Social, la transferencia de fondos es preferible al pr¨¦stamo. Conviene recordar, no obstante, que nunca en sus m¨¢s de cien a?os de historia el Estado ha exigido una devoluci¨®n de un pr¨¦stamo a la Seguridad Social y tampoco ¨¦sta lo ha devuelto. La Administraci¨®n del Estado es un prestamista afable y, por tanto, intentar provocar alarma social con una presunta ¡°quiebra¡± del sistema sin explicar que la Seguridad Social no es una empresa sino una parte del Estado, es cuando menos exagerado. En cualquier caso, el tema requiere un an¨¢lisis m¨¢s reposado y m¨¢s profundo que tiene un primer cap¨ªtulo: saber c¨®mo hemos llegado hasta aqu¨ª.
Para empezar, el patrimonio neto de la Seguridad Social era de 75.019 millones de euros a finales de 2011, habiendo crecido ininterrumpidamente a?o tras a?o, incluidos los cuatro primeros a?os de la crisis (de 2008 a 2011). S¨®lo despu¨¦s de la reforma laboral de 2012 y como consecuencia de ella, se hizo necesario para el Gobierno del Partido Popular compensar la merma de ingresos por cotizaciones, ocasionada por la disminuci¨®n de los salarios, acudiendo al mecanismo de retirar a?o a a?o recursos de los fondos de la Seguridad Social. Se recurri¨® primero al Fondo de Contingencias Profesionales y luego al Fondo de Reserva, reducido ahora a su m¨ªnima expresi¨®n. El 9 de enero de 2012 yo escrib¨ªa en EL PA?S (Salarios y pensiones no pueden separarse) que la sostenibilidad del sistema ¡°...aconseja que las bases de cotizaci¨®n y las pensiones tengan crecimientos en paralelo¡±; y a?ad¨ªa: ¡°si los ingresos y los gastos tienen una evoluci¨®n dispar durante un lapso prolongado de tiempo, ninguna proyecci¨®n o previsi¨®n es capaz de trazar un escenario de sostenibilidad¡±. Hace unos d¨ªas escuchaba unas declaraciones, razonables, de un subdirector del Banco de Espa?a en las que comentaba que ¡°no ten¨ªa una bola de cristal¡±. Yo tampoco contaba con ella en enero de 2012, pero no hac¨ªa falta. Eso s¨ª, los que hoy se llenan la boca hablando de la quiebra, entonces aplaud¨ªan la reforma sin pedir compensaciones para las pensiones, compensaciones como las que aplicamos desde 2008 a 2011: mantuvimos la base de cotizaci¨®n de los salarios de los empleados p¨²blicos, la cotizaci¨®n de los desempleados mayores de 52 a?os o las cuotas de cuidadores familiares y, de esta manera, garantizamos precariamente un equilibrio del sistema devastado por el incremento del desempleo. Luego el empleo comenz¨® a crecer pero los ingresos del sistema todav¨ªa no se han recuperado, no de los efectos de la crisis, sino de las consecuencias de la reforma laboral.
Para que se hagan los lectores una idea de c¨®mo se traduce en n¨²meros el impacto de la reducci¨®n o la subida de los salarios en los ingresos de la Seguridad Social, entre 2011 ¡ª¨²ltimo de Gobierno PSOE¡ª y 2017, los ingresos de la Seguridad Social por cotizaciones sociales crecieron de 105.311 millones de euros a 109.222. Esto quiere decir que, en seis a?os, las cotizaciones registraron un incremento acumulado de un 3,71%. Resulta llamativo que, tan solo en los primeros cinco meses de este a?o 2019 ¡ªde enero a mayo¡ª, los mismos ingresos por cotizaciones sociales aumentan a un ritmo del 8%. En cinco meses, los ingresos suben m¨¢s del doble que de 2011 a 2017.
Pero, este cambio de tendencia no debe llamarnos a enga?o. Esto no es suficiente. Y no lo es porque, en el periodo citado, las transferencias corrientes (maternidad, paternidad, pensiones) crecieron de 118.338 millones a 142.071, a pesar de que se aplic¨® el famoso IRP del 0,25%, aquella exigua y denostada revalorizaci¨®n. Necesitamos pues mayores aportaciones p¨²blicas, comprometidas en el Programa Electoral del Partido Socialista, que deben financiar los gastos no contributivos, el montante de las bonificaciones como la tarifa plana y otras pol¨ªticas que sigue sufragando la Seguridad Social con cargo a las cotizaciones y con pr¨¦stamos. Precisamos de reformas decididas en aquellas prestaciones que tienen una configuraci¨®n o un uso inadecuado. Debemos alcanzar para ello un acuerdo en la Comisi¨®n de Seguimiento del Pacto de Toledo y de sindicatos y empresarios en la Mesa del Di¨¢logo Social. La historia nos demuestra que este proceso de dobles consensos es una de las grandes fortalezas de la Seguridad Social espa?ola, que se constituye en ejemplo dentro y fuera de nuestras fronteras. Una decisi¨®n adoptada sin un grado de consenso amplio tiene un recorrido muy corto. Por el contrario, un acuerdo que goce de un respaldo pol¨ªtico y social amplio y sustentado en tres grandes ejes ¡ªmejoras de la financiaci¨®n, acuerdos sobre prestaciones y control democr¨¢tico y social de los acuerdos¡ª, ser¨¢ garant¨ªa de que las pensiones p¨²blicas ser¨¢n sostenibles. Incluso para quienes piensan que el sistema no va a protegerles.
En otra ¨¦poca de mi vida, le¨ª con detenimiento las pol¨¦micas entre los intelectuales franceses sobre la guerra colonial en Argelia. En una de ellas, Sartre, cr¨ªtico con la intervenci¨®n francesa, interpelaba a Camus, que la disculpaba: ¡°?Qu¨¦ hace Camus para resolver los problemas del mundo?¡± Camus contest¨®: ¡°No aumentarlos¡±. En este ¨²ltimo a?o, a eso nos hemos dedicado en el Gobierno, a mejorar los ingresos y revertir la tendencia anterior. Pero es frustrante que quienes jalearon la senda de 2012 a 2017 ahora pretendan darnos lecciones de c¨®mo sacarnos de ella.
Octavio Granado es secretario de Estado de la Seguridad Social en funciones
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