La justicia argentina falla contra Glovo y otras dos plataformas de reparto

Un juez argentino ha ordenado al gobierno de la ciudad de Buenos Aires que proh¨ªba las plataformas digitales que ofrecen mensajer¨ªa y reparto de comida a domicilio. El fallo, de primera instancia pero avalado por uno anterior de un tribunal superior, afecta a la espa?ola Glovo, la colombiana Rappi y la uruguaya PedidosYa, tres empresas que desde su llegada a Argentina, a principios del a?o pasado, han acaparado el servicio de delivery en la capital y otras ciudades del interior. La decisi¨®n del juez Roberto Gallardo exige a las compa?¨ªas que consideren como parte de su plantilla a cientos de empleados que hoy son solo ¡°colaboradores¡± y las obliga a proveerles materiales de trabajo, cobertura sanitaria y seguro contra accidentes. Las tarjetas de cr¨¦dito, adem¨¢s, no podr¨¢n aceptar los pedidos de pago que reciban desde esas aplicaciones.

Una llegada dif¨ªcil

Igual que ha sucedido en Espa?a, el desembarco de empresas de reparto como Glovo ha sido traum¨¢tico en Argentina. Desde un principio, los sindicatos de repartidores, muy numerosos en Buenos Aires, las denunciaron por competencia desleal. A mediados del a?o pasado, los trabajadores de Glovo, Rappi y PedidosYa formaron su propio gremio y lograron, al menos, que las compa?¨ªas no les cobrasen por los elementos de trabajo, como las cajas t¨¦rmicas de reparto. Un a?o despu¨¦s, su situaci¨®n laboral sigue siendo muy precaria, mientras el servicio suma denuncias ante el Ministerio de Trabajo por incumplimiento de las normativas argentinas. El fallo del juez Gallardo s¨®lo alcanza a Buenos Aires, pero puede sentar precedentes para otras localidades.

Rappi fue la primera en reaccionar con un comunicado en el que rechaza la decisi¨®n del magistrado y menciona que su aplicaci¨®n funciona normalmente. ¡°La decisi¨®n perjudica tanto a repartidores como comercios y consumidores¡±, advirti¨®.

El derrotero judicial de las plataformas de reparto en Argentina ha sido similar al de Uber. La empresa de servicios de transporte opera sin autorizaci¨®n del Gobierno de Buenos Aires y no puede cobrar con tarjetas de cr¨¦dito por decisi¨®n de un juez. Los ch¨®feres se enfrentan, adem¨¢s, a la ira de los taxistas, agrupados en un sindicato reconocido por su poder. Pese a todo, los ch¨®feres de Uber proliferan por toda la ciudad.