Quiz¨¢ tirar los muros de la oficina no es tan buena idea
La moda de crear grandes espacios abiertos de trabajo sin despachos reduce la productividad en muchos casos
Un arquitecto estrella (Norman Foster), un dise?o reconocible, cifras capaces de generar miles de titulares, senderos para recorrer entre ¨¢rboles sus 260.000 metros cuadrados de superficie¡ De la sede de Apple se ha escrito casi todo aunque casi nadie ha visto su interior, que se ha descrito como di¨¢fano. Tanto que, cuando los empleados de la compa?¨ªa se mudaron al edificio de Cupertino (California, oeste de EE UU), trascendi¨® que sus seis kil¨®metros de vidrios curvados e impolutos eran un quebradero de cabeza (literal) para muchos que no distingu¨ªan qu¨¦ cristales eran puertas correderas. Evidentemente, el sue?o de Apple no est¨¢ al alcance de cualquiera. Y no solo porque la sede cost¨® 5.000 millones de d¨®lares, tambi¨¦n por la actividad que all¨ª se desarrolla.
Sin embargo, al hablar de oficinas modernas, a casi todo el mundo le vienen a la cabeza las grandes tecnol¨®gicas. Y al dejar volar la imaginaci¨®n, se piensa en grandes espacios con m¨¢s ¨¢reas comunes y futbolines que despachos. Pero los expertos advierten: para modernizarse no basta con tirar muros. ¡°Si cambias el espacio de trabajo porque todo el mundo quiere ser como Google, vas a fracasar porque al final el espacio no es un fin, es un medio que te permite trabajar de otra forma¡±, se?ala Alejandra Mart¨ªnez, directora ejecutiva de BICG, consultora especializada en procesos de trabajo.
Otros van m¨¢s all¨¢ e incluso afirman que las oficinas sin separaciones son poco productivas. En ese debate (recurrente en el mundo anglosaj¨®n, que es donde las reformas llegaron m¨¢s lejos) entraron hace un a?o dos investigadores de Harvard. El art¨ªculo El impacto del espacio de trabajo abierto sobre la colaboraci¨®n humana, publicado en una revista especializada, era el resultado del primer experimento que midi¨® con tecnolog¨ªa la manera en que interactuaban los empleados de dos grandes compa?¨ªas que se mudaron de espacios tradicionales a otros abiertos. Los autores concluyeron que aunque las empresas acometen esos cambios para aumentar el trato cara a cara, ¡°lo que obtienen a menudo es una explanada de empleados hacinados que eligen aislarse lo mejor que pueden (por ejemplo, llevando grandes auriculares) mientras aparentan estar muy ocupados (puesto que todo el mundo puede verlos)¡±.
¡°Creo que nunca hemos hecho una oficina en que no hayamos dejado espacios cerrados¡±, se?ala Leyre Octavio, directora ejecutiva de la divisi¨®n de Arquitectura de Savills Aguirre Newman. La arquitecta cree que en las oficinas sin despachos ¡°ganas cercan¨ªa con el equipo, horizontalidad y agilidad en la toma de decisiones, pero pierdes otras cosas¡±. Para ella, lo importante es tener muy presente la actividad que vas a desarrollar y en su reflexi¨®n pone como ejemplo, c¨®mo no, a la firma de la manzana: ¡°El espacio de Apple no vale para Ferrovial¡±.
En busca de la creatividad
Alejandra Mart¨ªnez, de BICG, describe c¨®mo son los estudios en los que, durante semanas, su consultor¨ªa analiza la forma de trabajar de otros para proponerles un modelo basado en la actividad de la empresa. ¡°Nunca les preguntamos por el espacio. S¨ª sobre c¨®mo colaboran¡±, describe. En esas observaciones surgen fallos recurrentes. Un ejemplo es lo que denominan ¡°el s¨ªndrome del 25 de diciembre¡±. Probablemente conozca a alguien que se cura en salud y pide usar una sala de reuniones todos los mi¨¦rcoles del a?o. ¡°Llega el d¨ªa de Navidad y ves que hay salas reservadas¡±, cuenta la ejecutiva. La meta es aportar la m¨¢xima versatilidad y flexibilidad a los espacios. ¡°La variedad te da m¨¢s creatividad¡±, justifica Mart¨ªnez.
En ese argumento coincide Ang¨¦lica S¨¢tiro, directora de La Casa Creativa. Esta investigadora de la creatividad, y autora de varios libros sobre la materia, recuerda que ¡°para crear no solo es necesario tener un mont¨®n de ideas, tambi¨¦n es importante converger, concretar¡ y para eso es necesario tener concentraci¨®n¡±.
En definitiva, no basta con juntar a mucha gente en un sitio o hacer mucho brainstorming para fomentar la creatividad. ¡°A veces se pone a las personas en un espacio pensando que eso por s¨ª solo va a dar un resultado y con eso no es suficiente¡±, asegura S¨¢tiro. Eso es lo que Tom¨¢s Higuero, tesorero de la Asociaci¨®n Espa?ola de Oficinas (AEO) y consejero delegado de Aire Limpio, denomina ¡°la trampa del dise?o¡±. Es decir, ¡°pensar que el dise?o lo puede todo¡±. Pero Higuero es optimista y considera que ¡°las empresas se est¨¢n dando cuenta de que todo pasa por poner a la persona en el centro, por crear una experiencia de empleado¡±.
?Y qu¨¦ es lo peor que puede pasar en una mala reforma? ¡°Si tienes un edificio mal pensado, eso crea din¨¢micas muy disfuncionales en la plantilla¡±, advierte el consejero delegado de Aire Limpio. La directiva de BICG apunta, como ejemplo, que un ¡°en un espacio abierto sin un modelo de oficina basado en la actividad, te mueres de ruido¡±.
Y para Octavio, de Savills, la cosa puede llegar a ser tan grave como que ¡°en una empresa sin espacios de concentraci¨®n, posiblemente la productividad baje¡±. En resumen, si se quiere quitar los despachos para parecerse m¨¢s a las bigtech, antes habr¨¢ que meditar bien qu¨¦ muros se derriban.
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