Vuelta al cole con fiebre

La econom¨ªa internacional comenz¨® el verano con febr¨ªcula. Lo ha terminado con fiebre. Preparando los aperos para las faenas de septiembre, los brazos pesan m¨¢s y el term¨®metro no baja. Casi todo ha empeorado. A veces, algunas im¨¢genes impactantes suelen ser ilustrativas: uno de los mayores centros financieros de Asia, Hong Kong, est¨¢ patas arriba con una revuelta popular encendida. Un s¨ªmbolo de los desajustes entre el capitalismo occidental y el asi¨¢tico. Una frontera conflictiva entre dos modelos pol¨ªticos y econ¨®micos.

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Estados Unidos juega con China a tirar de la cuerda. Hay m¨¢s riesgo de que se les vaya de las manos que de que se corte definitivamente la soga. Se habla de ¡°guerra tranquila¡±, no porque no tenga implicaciones potenciales cruentas, sino porque parece que se dirimir¨¢ en muchas fases, jugando al desgaste. Entre tanto, los tira y afloja producen movimientos cambiarios y bloqueos comerciales que hacen tambalearse a otras econom¨ªas. Argentina coge turno para una nueva quiebra. La historia se repite por los cauces habituales. Ya hay controles de capital. La articulaci¨®n de alg¨²n tipo de ayuda y seguimiento internacional va a ser casi inevitable.

La econom¨ªa estadounidense resiste, con datos de empleo robustos a pesar de ciertos empeoramientos coyunturales. Pero todos anticipan (la Reserva Federal tambi¨¦n) que lo peor est¨¢ por venir. Los ¨ªndices de confianza del consumidor norteamericano han registrado sus mayores ca¨ªdas desde 2012.

En Europa las cosas no pintan mejor. Los ¨ªndices de precios siguen con flojera, signo de una econom¨ªa an¨¦mica en la que la autoridad monetaria (BCE) se prepara para actuar nuevamente sin saber si su medicina funcionar¨¢ en esta ocasi¨®n. El Brexit anda desbocado y las opciones pol¨ªticas brit¨¢nicas de medio plazo son las m¨¢s extremas en muchos a?os. En el Reino Unido se han producido salidas de capital de casi 30.000 millones de d¨®lares desde 2016. A las nefastas consecuencias econ¨®micas del Brexit hay que unir las institucionales: la primera evidencia de una ruptura de la UE.

Por otro lado, el sempiterno problema italiano s¨®lo se ha tomado una minipr¨®rroga, pero ya hay riesgos a la vista. Se augura la vuelta de Salvini tarde o temprano. Y con ¨¦l, el regreso de los riesgos de sostenibilidad de la deuda p¨²blica. En este entorno, crecen de forma natural las voces que piden que otros pa¨ªses europeos con mayor margen de gasto, como Alemania, sean los que lideren los est¨ªmulos fiscales. Lo interesante en esta ocasi¨®n es que no se trata de que el hijo pr¨®digo preste al descarriado. Es una petici¨®n de est¨ªmulo razonada en la necesidad de los estimuladores. A¨²n as¨ª, no parece que pueda ser suficiente. A Espa?a todo esto le pilla a trasmano. Le afectan la tensi¨®n comercial y problemas como Argentina o el Brexit de forma especialmente aguda. Sin Gobierno, la capacidad de reacci¨®n ante escenarios sobrevenidos es limitada.

Dice mucho del mes de agosto que los inversores lo hayan considerado un tiempo para huir a activos refugio. Ha sido el mes de los bonos del Tesoro y del oro, en detrimento de la renta variable. Verano de cobijo para oto?o de fiebre.