El trasfondo social del Brexit
Reino Unido se ha convertido en uno de los pa¨ªses democr¨¢ticos m¨¢s desiguales del mundo
La tremenda crisis en que est¨¢ inmerso el Reino Unido a ra¨ªz de su decisi¨®n de abandonar Europa no es ajena a una ruptura m¨¢s profunda que est¨¢ sufriendo la sociedad brit¨¢nica. Una rotura que se refleja en una elevada e insostenible desigualdad. Las im¨¢genes que hemos visto en las pel¨ªculas de Ken Loach, que visualizan el deterioro social de las clases trabajadoras, es confirmada por Eurostat, que constata la existencia de m¨¢s de 14 millones de personas en riesgo de pobreza.
Lo cierto es que el Reino Unido se ha convertido en uno de los pa¨ªses democr¨¢ticos m¨¢s desiguales del mundo. En Europa pertenece al grupo de los m¨¢s desiguales junto a Espa?a, Portugal, Grecia e Italia, seg¨²n el trabajo del profesor Eduardo Bandr¨¦s Marin¨¦, en Cuadernos de Informaci¨®n Econ¨®mica. Desde los a?os 80 la econom¨ªa brit¨¢nica s¨®lo ha funcionado bien para los m¨¢s ricos, que han sido los beneficiarios del crecimiento de manera exagerada.
Ante una poblaci¨®n cada vez m¨¢s desilusionada, el Partido Laborista de Jeremy Corbyn ha elaborado una agenda econ¨®mica con el objetivo prioritario de revertir la desigualdad incluyendo medidas concretas que persiguen una redistribuci¨®n de la riqueza. El programa dise?ado por el canciller en la sombra John McDonnell incluye la nacionalizaci¨®n de las empresas de ferrocarriles, distribuci¨®n de agua, correos y electricidad y aumento de impuestos a los ricos. Una de las propuestas m¨¢s emblem¨¢ticas es la transferencia del 10% de las acciones de las grandes empresas a los empleados. Los trabajadores podr¨¢n recibir hasta 500 libras anuales de dividendos por las acciones recibidas. Tambi¨¦n se prev¨¦ la construcci¨®n de un mill¨®n de viviendas sociales, un incremento sustancial del salario m¨ªnimo y la semana laboral de cuatro d¨ªas.
Son propuestas radicales que suponen un cambio profundo del capitalismo brit¨¢nico. Lo notable es que no se trata de un discurso ret¨®rico contra la desigualdad sino de medidas concretas. Y m¨¢s relevante a¨²n es que no es el programa de un partido marginal, sino de uno que tiene posibilidades de Gobierno.
La agenda laborista ha provocado un fuerte debate pol¨ªtico. Un trabajo elaborado por Financial Times y Clifford Chance estima que la transferencia de acciones puede suponer un coste de 331.000 millones de euros a las 7.000 empresas afectadas. No obstante, la iniciativa laboralista ha recibido el contundente apoyo de 80 destacados acad¨¦micos, entre los que figuran, David Blanchflower, Dani Rodrik, Thomas Piketty, Mariana Mazzucato y Stephany Griffit-Jones. El peri¨®dico brit¨¢nico ha publicado una carta de estos economistas en la que recuerdan que el modelo econ¨®mico del Reino Unido ha fracasado y abogan por la participaci¨®n de los trabajadores en la riqueza que ellos crean.
La respuesta a la desigualdad est¨¢ entrando en la etapa de hechos. En Estados Unidos los empresarios ya se han dado cuenta de que el actual capitalismo no es aceptable. En Espa?a la desigualdad golpea a los m¨¢s pobres, como ha se?alado el profesor Bandr¨¦s. Seguir sin Gobierno en estas circunstancias es especialmente irresponsable.
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