Por el activismo empresarial hacia una econom¨ªa descarbonizada y sostenible
Con ocasi¨®n de la cumbre del clima celebrada la semana pasada en Nueva York, 77 pa¨ªses anunciaron el compromiso de alcanzar el objetivo de cero emisiones netas de carbono antes del a?o 2050. Afortunadamente, el activismo clim¨¢tico ¡ªtradicionalmente minoritario y militante con contadas excepciones del entorno empresarial¡ª est¨¢ contribuyendo a una conciencia universal en favor de la necesidad de una actuaci¨®n conjunta para frenar el deterioro del planeta y abordar los grandes retos globales.
Este compromiso no es ajeno al sentimiento popular. Seg¨²n una encuesta del Banco Europeo de Inversiones de Diciembre del 2018, el 78% de los ciudadanos europeos se manifiesta ¡°preocupado o alarmado por el cambio clim¨¢tico¡± y solo el 7% lo ¡°duda o lo niega¡±. Y a nivel global, baste recordar el enorme impacto del movimiento estudiantil internacional Juventud por el Clima (Fridays for Future) encabezado por la joven sueca Greta Thunberg.
Pero, a pesar de esta tendencia de concienciaci¨®n generalizada, a menudo se echa de menos la voz de uno de los agentes m¨¢s relevantes de nuestro entramado social: la del sector empresarial en su conjunto.
Las dos razones principales que, a mi juicio, explicar¨ªan esta falta de visibilidad del compromiso empresarial son, por un lado, el temor a la pol¨¦mica que a menudo se suscita cuando empresas, ejecutivos o empresarios asumimos un papel activo en debates de alcance social o pol¨ªtico y, de otro, la err¨®nea percepci¨®n de que acometer estos retos solo conlleva sacrificios y no grandes oportunidades de inversi¨®n, empleo y crecimiento.
Respecto al primer posible motivo, creo firmemente que las compa?¨ªas somos los agentes sociales m¨¢s capacitados y, en consecuencia, corresponsables, de la b¨²squeda de soluciones a los grandes desaf¨ªos de nuestra sociedad. Es m¨¢s, estoy convencido de que la mitigaci¨®n del calentamiento global y la adaptaci¨®n a la crisis clim¨¢tica es imposible sin nuestra intervenci¨®n decidida.
La sostenibilidad medioambiental y la diversidad biol¨®gica, la mitigaci¨®n del calentamiento global y el agotamiento de recursos naturales, la adaptaci¨®n al crecimiento de la poblaci¨®n ¡ªespecialmente en las megaciudades¡ª entre otros, representan retos que requieren de enormes inversiones en infraestructuras y en conocimiento para su implementaci¨®n y gesti¨®n. Tambi¨¦n es un hecho que las empresas canalizamos la mayor parte de la inversi¨®n y la innovaci¨®n, adem¨¢s del esfuerzo profesional de millones de personas.
La mitigaci¨®n del calentamiento global es imposible sin nuestra intervenci¨®n decidida
Seg¨²n la ONU, se necesitar¨¢n entre cinco y siete billones de d¨®lares anuales ¡ªentre cinco y siete veces el PIB de Espa?a¡ª para financiar los Objetivos del Desarrollo Sostenible, cuyo cumplimiento se encuentra ligado, en un 72%, al desarrollo de infraestructuras. Un esfuerzo fabuloso que sin duda requiere del de toda la sociedad, la p¨²blica y la privada.
Y lo grave es que si proyectamos hasta el a?o 2030 los ritmos actuales de inversi¨®n global en infraestructuras, nos separar¨ªa una brecha de inversi¨®n de en torno al 25% para la consecuci¨®n de estos Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS). Se trata sin duda de un d¨¦ficit importante ¡ªalrededor de 11 trillones de d¨®lares en 15 a?os¡ª pero alcanzable si nos ponemos a ello.
En consecuencia, si las empresas desempe?an un papel clave en la b¨²squeda de soluciones y de su estrategia e inversiones depende en buena parte el remedio de los grandes problemas globales, parece razonable que hayan de tomar parte activa en el debate p¨²blico y colaboren a la sensibilizaci¨®n social sobre estos problemas.
Respecto al segundo posible motivo, es indudable que contribuir a la superaci¨®n de un reto de orden mundial ofrece nuevas oportunidades de crecimiento sostenible de los negocios y sirve para mitigar una amenaza sobre la supervivencia de las propias empresas. Afrontar este reto supone, por tanto, cumplir con una de las premisas ineludibles de la actividad empresarial: la b¨²squeda del equilibrio en la ecuaci¨®n riesgo-retorno.
En esa l¨ªnea, en Acciona nos comprometimos en 2016 a mantener la neutralidad en carbono de nuestra empresa y, hasta la fecha, hemos cumplido con el compromiso. Ahora, atendiendo al llamamiento del secretario general de Naciones Unidas, estamos entre las 87 compa?¨ªas del mundo que han decidido elevar a¨²n m¨¢s la ambici¨®n de sus objetivos clim¨¢ticos para intentar evitar el incremento de la temperatura del planeta por encima de los 1,5 grados que aconseja la ciencia. Pero este compromiso no deja de ser una gota en el oc¨¦ano si consideramos el universo empresarial global, o incluso simplemente el espa?ol.
Y es que, adem¨¢s, en un futuro muy pr¨®ximo, las empresas ser¨¢n sostenibles o simplemente no existir¨¢n. Pero si, como empresarios, buscamos la excelencia de nuestros productos y servicios, o lo que es lo mismo, la de nuestras empresas, no podemos conformarnos con ser simplemente ¡°sostenibles¡±. Debemos, adem¨¢s, ser ¡°activistas¡± en la persecuci¨®n del cumplimiento de los ODS y comprometernos con una ¡°econom¨ªa de soluciones¡± que abarque desde la energ¨ªa hasta la habitabilidad o la movilidad urbana, pasando por las infraestructuras sociales, el tratamiento de residuos, la protecci¨®n de nuestros ecosistemas o la circularidad en el uso de recursos naturales.
En conclusi¨®n, las empresas tenemos la obligaci¨®n y la oportunidad de orientar nuestra estrategia empresarial hacia la sostenibilidad y el derecho a procurar que la sociedad avance en esa direcci¨®n a la mayor velocidad posible. No s¨®lo estamos llamados a asumir un papel protagonista en la transici¨®n hacia una econom¨ªa descarbonizada y sostenible sino que est¨¢ en nuestras manos conseguirlo.
Jos¨¦ Manuel Entrecanales es presidente de Acciona
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