Portugal sigue avanzando (con muchas luces y algunas sombras)
La victoria de Costa era m¨¢s que previsible ya que los socialistas han conseguido gobernar sin sobresaltos, encarrilando al pa¨ªs en la recuperaci¨®n econ¨®mica tras los duros a?os de la crisis
La n¨ªtida victoria de los socialistas portugueses en las elecciones generales del 6 de octubre refleja un apoyo popular a su gobierno durante los ¨²ltimos tres a?os dif¨ªcilmente contestable. Antonio Costa volver¨¢ a ser primer ministro casi con mayor¨ªa absoluta, aunque ese casi le llevar¨¢ a depender de nuevo de las fuerzas a su izquierda, el Bloque o el Partido Comunista. Nada nuevo y nada inestable, por cierto.
El resultado era m¨¢s que previsible si se tiene en cuenta que los socialistas han conseguido gobernar sin sobresaltos y de forma moderada, encarrilando al pa¨ªs en una senda de recuperaci¨®n econ¨®mica sentida por buena parte de la ciudadan¨ªa como la bendici¨®n de poder respirar tras la crisis, que tuvo consecuencias dur¨ªsimas para el pa¨ªs y sus habitantes.
Portugal crece econ¨®micamente (con una aportaci¨®n del turismo en alza) y, en ese marco, ha reducido el d¨¦ficit (controlando los gastos e incrementando sustancialmente la presi¨®n fiscal, empezando por la indirecta), embridado la deuda p¨²blica, bajado sustancialmente el desempleo y recuperado prestigio y cr¨¦dito en la Uni¨®n Europea y, desde luego, los mercados financieros internacionales.
Con esos datos, el fracaso de la derecha estaba cantado, como finalmente se ha confirmado en las urnas tanto con la ca¨ªda del PSD como con el desplome del CDS. Y la izquierda no socialdem¨®crata -que en el caso del Bloco ha mantenido sus esca?os y en el del PC ha alcanzado su peor resultado hist¨®rico- ha visto, como suele ocurrir, que la fuerza en el gobierno rentabilizaba las medidas m¨¢s progresistas.
Dicho esto, conviene no olvidar que Portugal contin¨²a afrontando importantes problemas: la deuda sigue bastante por encima del 100 % del PIB, el empleo precario y temporal es elevado y se han reducido sensiblemente la inversi¨®n y el gasto p¨²blicos, lo que est¨¢ afectando seriamente a sectores estrat¨¦gicos como el transporte, la sanidad y la educaci¨®n. Antes de las elecciones, por ejemplo, los profesores y los profesionales de la salud protagonizaron importantes protestas contra las decisiones del gobierno.
Los resultados electorales presentan adem¨¢s la mayor abstenci¨®n de la democracia: un 45,5 %, en parte explicable por la composici¨®n del censo, pero seguramente tambi¨¦n por el previsible resultado sin casi margen de error, el derrotismo anticipado de los electores del centro derecha y la protesta con los pies de un cierto electorado de izquierdas desencantando con las decisiones gubernamentales antes citadas.
Sin duda, el triunfo de Antonio Costa y el PS es una buena noticia para Portugal porque garantiza la continuidad de una pol¨ªtica de ¨¦xito para el pa¨ªs y tambi¨¦n para la UE, que ve como paso a paso el populismo pierde el fuelle que se le auguraba a principios de a?o (aunque ha entrado en la Asamblea de la Rep¨²blica con el solitario esca?o del Chega) y que los grandes partidos europe¨ªstas vuelven a conformar su columna vertebral.
Evidentemente, el resultado es positivo para reforzar todav¨ªa m¨¢s la cooperaci¨®n entre Portugal y Espa?a.
* Carlos Carnero es director gerente de la Fundaci¨®n Alternativas y ex eurodiputado
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