La violencia hipoteca el ladrillo catal¨¢n

La inestabilidad pol¨ªtica y los disturbios violentos no son los mejores compa?eros de viaje para los negocios. Los ocurridos en las calles de Barcelona por parte de grupos independentistas violentos tras hacerse p¨²blica la sentencia del proc¨¦s el pasado 14 de octubre han dejado un reguero de costes econ¨®micos en comercios, hoteles, transporte y restauraci¨®n.

Tambi¨¦n han azuzado el mercado de la vivienda. "Las im¨¢genes de revueltas de los ¨²ltimos d¨ªas y el intento de toma del aeropuerto tendr¨¢n un impacto sustancial. Afectar¨¢ tanto al inversor internacional como al peque?o inversor local", opina Jos¨¦ Garc¨ªa Montalvo, profesor de econom¨ªa de la Universitat Pompeu Fabra (UPF). Su impacto real se conocer¨¢ en unos meses. Ya ocurri¨® en octubre de 2017 con la celebraci¨®n del refer¨¦ndum ilegal. Seg¨²n el Ministerio de Fomento, en el primer trimestre de 2018, inmediatamente despu¨¦s, se cerraron 2.837 transacciones por parte de extranjeros (residentes y no residentes), es decir, cayeron un 11% respecto al trimestre anterior (3.199 compraventas).

El profesor augura "debilidad de precios en el futuro". "La ca¨ªda de ventas en Ciutat Vella o Eixample, pulmones inmobiliarios de la ciudad, son muy significativas", a?ade. Y eso puede paralizar muchas decisiones de compra. El efecto, cree, podr¨ªa ser mucho mayor que el del refer¨¦ndum no pactado del 1 de octubre de 2017. Porque, los incendios, barricadas y altercados recientes se producen "en un ambiente de expectativas macroecon¨®micas y sectoriales negativas y en mitad de un cambio de ciclo, por lo que la sensaci¨®n de riesgo se puede amplificar". Adem¨¢s, considera que, aunque los disturbios de los CDR (Comit¨¦s de Defensa de la Rep¨²blica) se desinflen, el da?o ya est¨¢ hecho: "Esta vez s¨ª tendr¨¢n un efecto m¨¢s permanente".

Grandes fondos

En cambio, los grandes inversores internacionales, esos que compran y alquilan oficinas, hoteles o naves log¨ªsticas, est¨¢n prestando poca atenci¨®n a la nueva crisis catalana. De momento, no han dado la espalda a Barcelona. "Escenarios m¨¢s desfavorables depender¨ªan de un empeoramiento del contexto sociopol¨ªtico, afectando de modo especial a la inversi¨®n externa", matiza Rafael Gil, director del Servicio de Estudios de Tinsa.

"Pese a la inestabilidad pol¨ªtica, el mercado inmobiliario nunca ha estado tan dulce. Nunca hubo tanto dinero en el mercado ni tanto en el inmobiliario. Los fondos tienen los bolsillos llenos", dice Enrique Losantos, consejero delegado de JLL Espa?a. "Barcelona es una de las ciudades m¨¢s atractivas para invertir y vivir del mundo, por lo que no es previsible que caiga la inversi¨®n", a?ade.

A ojos de los fondos internacionales los disturbios son algo ya habitual. Est¨¢n acostumbrados al caos. "Lo ven cuando se celebra una Cumbre Clim¨¢tica o con los chalecos amarillos en Par¨ªs, en Hong Kong o en el Reino Unido con el Brexit", dice Anna Gener, presidenta y consejera delegada de Savills Aguirre Newman en Barcelona. Gener asegura que sus clientes no han llamado ni una sola vez para preguntar por las im¨¢genes de los disturbios que han recorrido el mundo. Porque, al final, "el mercado barcelon¨¦s es lo suficientemente s¨®lido y atractivo para seguir despertando apetito inversor en el medio y largo plazo", opina Stijn Teeuwen, socio director de la inmobiliaria Lucas Fox.

Lo mismo cuentan desde la consultora CBRE: "No hay un inversor que tenga una oportunidad entre manos que est¨¦ valorando marcharse. Barcelona va como un tiro", dice Mikel Marco-Gardoqui, consejero director de CBRE Espa?a. Y pone como ejemplo una operaci¨®n reciente: Blackstone pag¨® en julio 210 millones de euros a la familia Lara por la sede de Planeta, en la avenida Diagonal de Barcelona. Y lo mismo en el caso de Amazon, que ha vendido su centro log¨ªstico de El Prat a un fondo coreano. Ambos, seguir¨¢n como inquilinos con contratos por m¨¢s de 10 a?os. Seg¨²n esta consultora, el volumen de inversi¨®n inmobiliaria en Catalu?a ha sido de 2.048 millones de euros hasta septiembre. Habr¨¢ que ver si al cierre del a?o y con las protestas violentas como tel¨®n de fondo, se logran alcanzar los 2.300 millones de 2018.

Otro argumento a favor de la calma son los precios de algunos activos, que siguen siendo m¨¢s bajos que en Par¨ªs o Londres. "En la zona m¨¢s cara de Barcelona las rentas de oficinas est¨¢n en torno a 30 euros por metro cuadrado y mes, frente a los 45 euros de Par¨ªs o Londres", dice Toni L¨®pez, socio de Forcadell y director del ¨¢rea de Inmobiliaria de Empresa. L¨®pez habla de tranquilidad, aunque reconoce que desde que comenz¨® el proc¨¦s ha habido tres inversores (dos americanos y un alem¨¢n) que han exigido la nulidad de los contratos en caso de que se proclame la independencia.

Esto demuestra cierta inquietud. Barcelona resiste contra todo pron¨®stico, s¨ª. Pero no es inmune. Ya lo recordaba Pere Vi?olas, consejero delegado de la socimi Colonial hace unos d¨ªas en la feria Barcelona Meeting Point: "El inversor tiene aversi¨®n al riesgo y no nos ayuda nada que su percepci¨®n suba en Catalu?a". Ni esta socimi ni Merlin ni la patronal de promotores han querido participar en este reportaje

Y es que, si se rasca un poco m¨¢s, sale a la superficie cierta inquietud. Algunos fondos "no est¨¢n dispuestos a invertir en Barcelona y s¨ª en Madrid, sobre todo en edificios de pisos en alquiler, por la beligerancia del independentismo contra promotores y fondos", esgrime Mikel Echevarren, consejero delegado de Colliers. Tambi¨¦n admite que ya hay algunos family office catalanes que est¨¢n trasladando sus inversiones inmobiliarias a Valencia y Madrid.

Este podr¨ªa ser el golpe de gracia para la ciudad catalana y convertir a Madrid en destino de referencia para los grandes inversores del sector inmobiliario que huyen de la inestabilidad pol¨ªtica. "Madrid le va ganando la carrera inmobiliaria a Barcelona pues mantiene una inercia superior y sin los problemas institucionales y de orden p¨²blico", dice Garc¨ªa Montalvo. Tambi¨¦n gana como foco de atracci¨®n del talento internacional. "Hace una d¨¦cada los gestores de fondos de inversi¨®n quer¨ªan irse a vivir a Barcelona; hoy no", cuenta Echevarren.