Boeing se convierte en su mayor enemigo
Los dos accidentes del modelo B737 MAX el a?o pasado sumieron al fabricante de aviones en una crisis que se prolonga m¨¢s de lo previsto
Boeing necesita con urgencia que el B737 MAX retome el vuelo. Es su principal l¨ªnea de negocio. Pero ese motor de crecimiento est¨¢ da?ado. La prohibici¨®n impuesta en marzo por los reguladores tras estrellarse dos aviones de este modelo en menos de cinco meses provoc¨® una profunda crisis que mina la reputaci¨®n y drena las cuentas del grupo aeroespacial. Noviembre, coinciden los analistas, es un mes cr¨ªtico.?
Se acaba de cumplir un a?o del siniestro de Lion Air en Indonesia. La investigaci¨®n evidenci¨® fallos en el dise?o del sistema de estabilizaci¨®n (MCAS), lapsos en su certificaci¨®n y un problema de mantenimiento con el sensor que indica al ordenador de a bordo la inclinaci¨®n. Los pilotos ni conoc¨ªan su existencia ni fueron formados para responder a la emergencia, como sucedi¨® a los del otro siniestro, el de Ethiopian Airlines.
Boeing esperaba que la crisis durara unos tres meses. Ahora se da por hecho que se prolongar¨¢ como m¨ªnimo hasta entrado diciembre. Los pedidos para este modelo est¨¢n congelados desde marzo. Solo recibi¨® una orden de un bimotor para uso privado. Una situaci¨®n radicalmente distinta de la de hace un a?o, cuando la pregunta era cu¨¢nto m¨¢s producir para atender la demanda.
Wall Street empieza a estar impaciente. UBS, Credit Suisse y Bank of America acaban de rebajar el precio objetivo de las acciones de Boeing porque no tienen muy claro que los reguladores vayan a levantar en diciembre las restricciones al B737 MAX y eso podr¨ªa obligar a la empresa a poner en pausa la producci¨®n. Se estima que el coste de la suspensi¨®n para la compa?¨ªa ronda los 1.000 millones de d¨®lares (unos 900 millones de euros) al mes.
Los ¨²ltimos resultados reflejan que los ingresos de Boeing cayeron a 19.340 millones de d¨®lares en el tercer trimestre, un 23% menos que un a?o antes, y redujo el beneficio a 1.170 millones, la mitad de lo que gan¨® en el mismo periodo de 2018. Los costes se le dispararon y eso provoc¨® un flujo de caja negativo de 2.900 millones. Las entregas de aviones cayeron casi un 70%, a 63 unidades.
Standard & Poor¡¯s, ante esta situaci¨®n, rebaj¨® la perspectiva de Boeing a negativa. La crisis, advierte, tendr¨¢ un ¡°impacto duradero¡± en la reputaci¨®n y rentabilidad de la firma. Tambi¨¦n mermar¨¢ su posici¨®n competitiva y le dificultar¨¢ mantener los fondos que destina de sus operaciones a reducir la deuda. UBS estima que puede perder hasta 8.500 millones en flujo de caja durante los pr¨®ximos cinco a?os.
Boeing cuenta, en cualquier caso, con 10.900 millones en efectivo. Eso le da liquidez suficiente. La deuda, sin embargo, creci¨® a 24.700 millones. Es una escalada importante frente a los 13.800 millones que ten¨ªa en el arranque del ejercicio. Esta cifra, coinciden los analistas, seguir¨¢ creciendo durante los pr¨®ximos dos trimestres. Sin claridad, por tanto, el impacto de esta crisis se sentir¨¢ a largo plazo.
Buckingham Research a?ade que los reguladores ser¨¢n a partir de ahora m¨¢s antagonistas con Boeing. La compa?¨ªa espera completar las pruebas con el nuevo sistema inform¨¢tico para final de noviembre. La Administraci¨®n Federal de Aviaci¨®n (FAA) necesitar¨¢ 30 d¨ªas despu¨¦s para completar el examen y certificarlo. Al mismo tiempo, se deben establecer los requerimientos para formar a los pilotos e instalarlo, un proceso que pude llevar dos meses.
Si todo progresa as¨ª, Boeing anticipa que podr¨¢ elevar la producci¨®n de 42 a 57 unidades mensuales para final de 2020. La redujo desde 52 tras la suspensi¨®n. Dennis Muilenburg, su consejero delegado, advierte sin embargo que un nuevo retraso podr¨ªa forzar a la compa?¨ªa a suspenderla. Hasta la fecha hizo 387 entregas del MAX a un total de 48 compa?¨ªas y cuenta con una cartera de pedidos que supera las 4.500 unidades.
La compa?¨ªa ya anunci¨® cargas de 5.600 millones de d¨®lares en el segundo trimestre, que le provocaron las mayores p¨¦rdidas en su historia. El tiempo es dinero y por eso los analistas de Edward Jones anticipan que podr¨ªan superar f¨¢cilmente los 9.000 millones si persisten las turbulencias. La suerte de Boeing, por tanto, depende de lo r¨¢pido que consiga el aprobado de los reguladores.
Las dos audiencias en las que intervino Muilenburg ante el Congreso estadounidense no aportaron grandes novedades respecto al calendario. El ejecutivo, sin embargo, fue acusado de haber puesto los beneficios de la compa?¨ªa por delante de la seguridad en la carrera con el competidor europeo Airbus por el dominio del mercado, llevando al l¨ªmite el proceso de desarrollo del MAX. Algunos congresistas llegaron a pedirle que dimitiera. Ya tuvo que renunciar a la presidencia.
El valor burs¨¢til de Boeing en este periodo se mostr¨® especialmente resistente pese al goteo continuo de noticias negativas y la incertidumbre. Se apreci¨® un 7% en lo que va de a?o, aunque lleg¨® a dejarse una quinta parte del valor durante la crisis. Pero como se?ala Jim Corridore de CFRA Research, el gran reto ahora es ¡°probar que tiene un avi¨®n seguro¡±.
El banco suizo UBS public¨® recientemente una encuesta en la que un 15% de los viajeros afirmaba que nunca se subir¨¢ a un MAX. Como se?alan desde las consultoras Gordon Group y Levick, ¡°los pasajeros deber¨¢n verlo ellos mismos, escucharlo de las aerol¨ªneas, de la tripulaci¨®n y de amigos que volaron en el avi¨®n para convencerse¡±. Anticipan que llevar¨¢ dos a?os disipar los miedos, y eso siempre que no se produzca alg¨²n otro incidente.
Los problemas tambi¨¦n llegan a las aerol¨ªneas
Los problemas de Boeing tambi¨¦n lastran a las aerol¨ªneas que apostaron por el B737 MAX como Southwest Airlines, el mayor operador de este modelo. Esperaba recibir 40 nuevos aviones este a?o. Un nuevo retraso o la suspensi¨®n, como explica el analista Joseph DeNardi, de Stifel, ¡°constre?ir¨¢ a¨²n m¨¢s su crecimiento¡± y no podr¨¢ ejecutar su plan de expansi¨®n.
¡°Pusimos nuestro futuro en manos de Boeing y del Max¡±, lamentaba Gary Kelly, su consejero delegado, al presentar los ¨²ltimos resultados. La suspensi¨®n le cost¨® ya 435 millones hasta septiembre y el da?o seguir¨¢ en 2020. La misma frustraci¨®n la expresa Doug Parker de American Airlines: estima el impacto en 540 millones este a?o.
DeNardi se?ala que est¨¢ situaci¨®n no solo crea un quebradero de cabeza a las aerol¨ªneas, adem¨¢s est¨¢ dando cuota de mercado a competidores como Delta. ¡°Llegar¨¢ un momento en el que ser¨¢ inaceptable¡±, advierte, al tiempo que anticipa que en esa eventualidad Southwest podr¨ªa verse tentada a comprar JetBlue, que opera aviones de la familia A320 de Airbus.
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