Menos es m¨¢s: la globalizaci¨®n sostenible
Hay que preservar el medio ambiente y los recursos naturales, sin descuidar la equidad y el bienestar social
Leemos continuamente que vivimos en un mundo globalizado, en el que para sobrevivir a las fuerzas del mercado las empresas deben ser competitivas e integrarse en las cadenas de valor. ?Y los trabajadores? Estos por su parte tienen que adquirir conocimientos cada vez m¨¢s sofisticados para mantener sus empleos y sobrevivir a la competencia externa no solo de la mano de obra barata de pa¨ªses en desarrollo, sino, cada vez m¨¢s, tambi¨¦n de los robots. Nuestros Gobiernos se encuentran en la encrucijada de decidir si optar por medidas proteccionistas o por el contrario abrazar la globalizaci¨®n y proseguir con pol¨ªticas que fomenten la apertura externa, con las implicaciones que ello conlleva.
El futuro que se nos avecina depender¨¢ del posicionamiento que los agentes econ¨®micos, Gobiernos, empresas y consumidores tomen ante este entorno global. Empecemos por los Gobiernos. Algunos han respondido con medidas proteccionistas para mitigar el descontento de las clases trabajadoras afectadas por cierres de empresas, reestructuraciones de plantillas y bajos salarios, como Donald Trump en EE UU. Otros, sin embargo, como en Chile o Hong Kong, han optado por el aperturismo comercial. Y hay incluso quienes abrazan la globalizaci¨®n, como China, pero con subsidios y apoyos a sectores productivos punteros.
Entre las empresas, aquellas que han conseguido ganar en tama?o, y sobre todo las multinacionales, son las que se han repartido la mayor parte del pastel, por ser las m¨¢s productivas y las campeonas de la exportaci¨®n. Las medianas y peque?as, sin embargo, tienen m¨¢s dif¨ªcil la supervivencia cuando se reduce la protecci¨®n frente al exterior. Los consumidores se ven claramente afectados en dos sentidos, por un lado se benefician de menores precios en los productos b¨¢sicos como alimentos y ropa, pero tambi¨¦n pueden perder poder adquisitivo con la globalizaci¨®n. Y bien es sabido que han mejorado los salarios de los trabajadores m¨¢s cualificados, pero no los de trabajadores de baja cualificaci¨®n, especialmente en las econom¨ªas desarrolladas.
Lo que diferencia la situaci¨®n actual de otras revoluciones industriales y tecnol¨®gicas pasadas son tres factores. En primer lugar, es m¨¢s dif¨ªcil determinar en qu¨¦ medida los cambios en el mercado de trabajo se deben a la globalizaci¨®n o a las nuevas tecnolog¨ªas, y en particular al desarrollo de la inteligencia artificial. En segundo lugar, las nuevas tecnolog¨ªas, incluyendo la rob¨®tica y la impresi¨®n en tres dimensiones, permiten acercar la producci¨®n a la demanda utilizando procesos productivos que requieren cada vez menos mano de obra, son menos contaminantes y podr¨ªan conducir de vuelta a casa a las empresas manufactureras. De este modo, la producci¨®n y empleo volver¨ªa a los pa¨ªses desarrollados devolviendo parcialmente la actividad productiva anteriormente desplazada. Sin embargo, los puestos de trabajo cambiar¨ªan sustancialmente.
En tercer lugar, hay una creciente demanda de sostenibilidad en sentido amplio, es decir, un creciente inter¨¦s por preservar el medio ambiente, los recursos naturales y una tendencia hacia el consumo responsable. Sobre todo, por parte de una nueva generaci¨®n de j¨®venes que opinan que no se les tiene en cuenta en la toma de decisiones que les van a afectar en un futuro pr¨®ximo. La generaci¨®n Greta demanda responsabilidad a nuestros pol¨ªticos, demasiado preocupados por conseguir votos y preservarse en el poder, dejando de lado los temas que m¨¢s les preocupan: el futuro del planeta y el suyo propio ante este mundo cambiante.
Para resolver el puzle es absolutamente indispensable que las instituciones globales, regionales y locales reaccionen y tomen cartas en el asunto. El descontento social se ha materializado a trav¨¦s de manifestaciones en numerosos puntos del planeta, Chile, Hong Kong, Bolivia, Per¨², Francia, por citar solo algunos. La gobernanza est¨¢ fallando porque estamos ante un proceso similar a otras revoluciones industriales y tecnol¨®gicas, pero ahora con el problema medioambiental como ingrediente a?adido. Hay que retornar hacia la sostenibilidad, la preservaci¨®n del medio y los recursos naturales, pero sin descuidar el bienestar social y la equidad. La producci¨®n y comercio tendr¨¢n que ser m¨¢s regionales.
Habr¨¢ que reinventar el mercado de trabajo, dedicar m¨¢s recursos a la formaci¨®n continua y la educaci¨®n creativa y pensar con detenimiento en c¨®mo reformar el sistema de bienestar. Poner sobre la mesa la implantaci¨®n de una renta b¨¢sica, propuesta ya lanzada por economistas, fil¨®sofos y soci¨®logos, de un impuesto a los robots y mayores impuestos a las rentas del capital y a las grandes empresas como Google, Facebook¡. Globalizaci¨®n s¨ª, pero sostenible.
Inmaculada Mart¨ªnez-Zarzoso es profesora de las universidades de G?ttingen y Jaume I.
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