La cena de Nochebuena viene de fuera
Muchos comensales desconocen que el lechal que comer¨¢n es franc¨¦s o italiano y las gambas son mauritanas o guineanas
Si las etiquetas de muchos productos que se colocan en las mesas espa?olas de estas fiestas navide?as hablaran, miles de comensales se llevar¨ªan una sorpresa si un lechal, adquirido como castellano, tiene en realidad acento franc¨¦s o italiano; si una merluza de pincho fue pescada en aguas del norte de Europa, Chile o Angola, o si la lubina no procede de una piscifactor¨ªa de Guadalajara, sino que tiene un 60% de posibilidades de haber viajado desde Turqu¨ªa y un 20% desde Grecia. Tampoco si los langostinos comprados como salvajes, en realidad vienen de una piscifactor¨ªa colombiana, venezolana, ecuatoriana o incluso iran¨ª; si la gamba blanca envasada en Huelva no tiene deje andaluz, sino que habla un perfecto ¨¢rabe de un pa¨ªs norteafricano; si la gamba roja no es levantina sino mauritana o guineana.
El problema, como subraya la vicepresidenta de la Confederaci¨®n de Consumidores y Usuarios (CECU), Ana Etchenique, no es solo que el producto sea nacional o importado, sino ¡°que den gato por liebre¡±. El Ministerio de Agricultura insiste, por su parte, en la necesidad de que los etiquetados sean transparentes, unas competencias sobre trazabilidad de los productos que todav¨ªa descansan en unas comunidades aut¨®nomas a las que el sector acusa de mirar para otro lado. No ofrecen dudas los bogavantes con carn¨¦ de Escocia o Canad¨¢, el gamb¨®n argentino, el pato franc¨¦s o el salm¨®n noruego. Tampoco los escasos besugos, unos pocos de las costas del norte, la ¨²ltimamente promocionada trucha espa?ola de gran tama?o o productos ganaderos como el lech¨®n, nacional, o los capones, de origen gallego.
M¨¢s confusi¨®n hay con el etiquetado del pollo no intensivo (criado en espacios no confinados), que muchas veces recibe el apelativo de ¡°rural¡± con un color amarillo de la piel por el ma¨ªz con el que se alimenta. Junto a este, existen otras denominaciones como el ecol¨®gico o el campero que debe haberse criado en libertad a base de cereales.
Seg¨²n los datos sobre el consumo alimentario en Espa?a en el ¨²ltimo a?o el gasto en los hogares ascendi¨® a m¨¢s de 68.000 millones de euros a los que se sumaron otros 34.500 millones de gasto fuera de casa, especialmente en restaurantes. Las cifras oficiales apuntan a un gasto medio mensual de entre 5.000 y los 5.500 millones de euros, cifra que en diciembre se dispara un 30%. Este fuerte incremento coyuntural del gasto en alimentaci¨®n provoca un desajuste en la oferta y la demanda que lleva, a su vez, a tener que importar productos si la oferta nacional no es suficiente. Adem¨¢s, algunos grupos de distribuci¨®n optan por importar productos m¨¢s baratos y de menor calidad frente a los nacionales. Un r¨ªo revuelto propenso a bordear la ilegalidad.
Espa?a exporta cordero todo el a?o: produce el doble de lo que consume, pero en estas fechas las importaciones ¡ªsobre todo procedentes de Francia, Italia y Grecia¡ª se disparan hasta las 3.500 toneladas, el equivalente a 600.000 animales. Para su venta es obligatorio que en la etiqueta figure el origen si viene en bandeja y en la factura si viene entero, algo de lo que debe informar el carnicero. Hace a?os, subrayan desde la cooperativa arandina Colear, era frecuente el fraude en el etiquetado: se vend¨ªa, sobre todo, lechal franc¨¦s como espa?ol. Hoy, dicen, se ha subsanado ese problema, pero muchos corderos franceses son sacrificados en mataderos de la propia provincia de Burgos, donde se pone el sello de sacrificio y, a veces, no muy claro el origen. La nota m¨¢s diferencial es el precio, tres o cuatro euros por kilo m¨¢s baratos dado que en el pa¨ªs vecino el eje de la renta de la explotaci¨®n es la leche y el queso y no tanto la carne.
En el caso de la pesca, el consumo medio mensual de 700 millones de euros se dispara hasta los 1.200 millones en estas fechas, sobre todo por el tir¨®n del salm¨®n. Y en el del marisco, la media mensual de entre 20.000 y 22.000 toneladas se dispara hasta las 52.000 en diciembre, con un salto especialmente notable en valor: los 180 millones de media mensual alcanzan los 500 en el tramo final del a?o, en buena medida por el incremento en la venta de pulpo, gambas y langostinos.
Solo uno de cada 10 jamones es 100% ib¨¦rico
Los profesionales reclaman un mayor control en el etiquetado del jam¨®n ib¨¦rico donde, pese a la carga normativa, algunas industrias y grupos de distribuci¨®n siguen cabalgando al borde de la confusi¨®n. En el caso del ib¨¦rico, solo uno de cada diez lo es al 100% y podr¨¢ portar la etiqueta negra. El resto tendr¨¢n que llevar la roja (75% o 50% ib¨¦rico), verde (cebo de campo, criado con pasto y cereales) o brida blanca (los animales considerados como cebo al uso). En base a esos sacrificios se etiquetaron 4,35 millones de jamones de cebo, el dominante; 1,27 millones de jamones de campo; 700.000 ib¨¦ricos de bellota con menos del 100% de raza; y solo 655.000 100% ib¨¦ricos.
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