El sistema electoral del Reino Unido fall¨®
El precio a pagar es el de un Gobierno en el que una minor¨ªa puede pisotear a m¨¢s de la mitad de la poblaci¨®n
En la cuesti¨®n m¨¢s importante de la historia moderna del Reino Unido (la permanencia o no en la Uni¨®n Europea) el sistema electoral brit¨¢nico produjo un resultado absurdo. Una mayor¨ªa de la poblaci¨®n del pa¨ªs quiere quedarse en la UE, y de hecho en la elecci¨®n parlamentaria del 12 de diciembre vot¨® por partidos que expresaban esa preferencia. Pero la elecci¨®n dio una gran mayor¨ªa al Partido Conservador, que promueve una salida r¨¢pida del bloque. La raz¨®n es tan sencilla como preocupante: la incapacidad de los sistemas electorales uninominales para convertir la opini¨®n p¨²blica en resultados razonablemente representativos.
En un sistema electoral uninominal, cada esca?o legislativo se lo queda el candidato que obtenga m¨¢s votos en el distrito, aunque no sea de la mayor¨ªa. De modo que cuando la opini¨®n mayoritaria est¨¢ dividida entre varios partidos, prevalece la visi¨®n minoritaria con una minor¨ªa de los votos.
A modo de ejemplo simple, supongamos que hay tres partidos: Proeuropeos?1, Proeuropeos?2 y Brexiteros. Supongamos tambi¨¦n que en cada distrito, el 66% de la poblaci¨®n quiere permanecer en la UE y el 34% quiere abandonarla, y que los votantes del primer grupo est¨¢n divididos a partes iguales entre sus dos partidos. Proeuropeos?1 y Proeuropeos?2 reciben cada uno el 33% de los votos en cada distrito, pero Brexiteros obtiene el esca?o del distrito con el 34% de los votos. Si este resultado se repite en todos los distritos, Brexiteros se llevar¨¢ el 100% de los esca?os con el 34% del voto nacional. En cambio, en un sistema de representaci¨®n proporcional nacional, los partidos proeuropeos obtendr¨ªan el 66% de los esca?os y formar¨ªan Gobierno.
Por supuesto, la situaci¨®n real en el Reino Unido es m¨¢s compleja. El Brexit no fue el ¨²nico tema de campa?a, y once partidos (no s¨®lo tres) recibieron al menos el 0,4% de los votos en el nivel nacional. De esos once partidos, ocho (el Laborista, el Partido Nacional Escoc¨¦s, los liberaldem¨®cratas, Sinn F¨¦in, Plaid Cymru, el Partido Socialdem¨®crata y Laborista, el Partido Verde y el Partido de la Alianza de Irlanda del Norte) hicieron campa?a en favor de llamar a un segundo plebiscito (una ¡°votaci¨®n popular¡±) o directamente permanecer en la UE. S¨®lo tres de los once partidos hicieron campa?a por salir del bloque sin segundo referendo: los conservadores, el Partido Unionista Democr¨¢tico y el Partido del Brexit.
En total, los once partidos recibieron el 98,6% de los votos, y una multitud de otros partidos m¨¢s peque?os obtuvo el 1,4% restante. Los ocho partidos favorables a permanecer en la UE o llamar a otro referendo recibieron el 52,2% de los votos, mientras que los tres partidos favorables a salir del bloque sin un segundo referendo recibieron el 46,4%. Pero los tres partidos pro?Brexit se llevaron 373 esca?os, contra s¨®lo 277 para los partidos que prefieren la permanencia en la UE o la convocatoria de un nuevo plebiscito.
Este resultado obedece a dos razones. En primer lugar, los votos pro?Brexit se concentraron casi todos en un solo partido, el Conservador, que recibi¨® el 94% del total de esos votos. El laborismo, en cambio, s¨®lo obtuvo el 61% del total de votos de los ocho partidos contrarios al Brexit o que llamar¨ªan a un segundo referendo. El primer ministro Boris Johnson se uni¨® a los brexiteros; el l¨ªder laborista, Jeremy Corbyn, dividi¨® a los proeuropeos.
La segunda raz¨®n es que debido al sistema uninominal, las enormes mayor¨ªas (70% o m¨¢s) conseguidas por partidos proeuropeos en algunos distritos (por ejemplo, Londres y Escocia) fueron b¨¢sicamente votos desperdiciados, ya que el partido en cuesti¨®n se lleva un solo esca?o. En un sistema de representaci¨®n proporcional, esos votos hubieran sumado al porcentaje del partido en el nivel nacional.
Los porcentajes de votos del refer¨¦ndum coinciden con las ¨²ltimas encuestas de opini¨®n referidas al Brexit. En una encuesta particularmente elocuente, realizada justo antes de la elecci¨®n, los proeuropeos superaron a los brexiteros por el 53% contra el 47%. Una mayor¨ªa de los votantes quiere seguir en la UE, pero el sistema electoral produjo una enorme mayor¨ªa parlamentaria favorable a la salida.
El Reino Unido es s¨®lo una de un pu?ado de democracias de altos ingresos donde se usa el sistema uninominal (otras son Estados Unidos y Canad¨¢, que lo hered¨® de Londres). Si el Reino Unido tuviera un sistema de representaci¨®n nacional proporcional, como casi toda Europa continental, ir¨ªa camino de llamar a un segundo referendo por el Brexit y quedarse en la UE. Es probable que los resultados de la elecci¨®n hubieran producido un Gobierno de coalici¨®n contrario a un Brexit r¨¢pido. Otro problema evidente, m¨¢s dif¨ªcil de resolver, es que los j¨®venes son mayoritariamente partidarios de seguir en la UE, mientras que los votantes m¨¢s viejos quieren irse; de modo que los segundos est¨¢n imponiendo a los j¨®venes un futuro que no quieren y cuyas consecuencias seguramente les afectar¨¢n por el resto de sus vidas.
Se ha dicho que el mecanismo de votaci¨®n uninominal promueve la estabilidad pol¨ªtica, al producir sistemas bipartidistas o casi bipartidistas. Los dos partidos principales del Reino Unido recibieron el 76% de los votos y tendr¨¢n el 87% de los esca?os. Pero es una estabilidad ilusoria. Se obtiene al precio de un Gobierno en el que una minor¨ªa puede pisotear los intereses y preferencias de m¨¢s de la mitad de la poblaci¨®n. Y cuando eso sucede, el resultado es la polarizaci¨®n pol¨ªtica de la sociedad.
En Europa continental, la mayor parte de los gobiernos son coaliciones multipartidarias. Tal vez sean dif¨ªciles de formar, trabajosas de mantener y lentas para actuar. Pero el mismo proceso de formaci¨®n de coaliciones multipartidistas evita que una minor¨ªa se lleve todo el premio pol¨ªtico contra los deseos de una gran parte de la poblaci¨®n.
La situaci¨®n es todav¨ªa m¨¢s peligrosa en Estados Unidos, donde las elecciones presidenciales instalan a un Ejecutivo poderoso con dominio sobre una legislatura bipartidista. El sistema tiene tres grandes defectos. En primer lugar, los dos partidos no representan bien la opini¨®n p¨²blica, sobre todo por la forma plutocr¨¢tica en que se financian las campa?as para las elecciones legislativas en EE UU. En segundo lugar, se confiere demasiado poder a un solo individuo. Y en tercer lugar, las peculiaridades del Colegio Electoral hacen posible la victoria de un candidato que sac¨® menos votos que su oponente, como sucedi¨® en dos de las ¨²ltimas cinco elecciones presidenciales. En 2016, Donald Trump consigui¨® el 57% de los votos en el Colegio Electoral, pese a haber obtenido 2,8 millones de votos menos que Hillary Clinton.
Como he escrito en otro art¨ªculo, y como confirma la ¨²ltima elecci¨®n en el Reino Unido, las dos principales democracias anglosajonas no est¨¢n funcionando bien. Pero la causa de ese mal funcionamiento no es s¨®lo que el electorado est¨¦ polarizado, sino tambi¨¦n el sistema electoral uninominal, que produce Gobiernos que no son representativos de la opini¨®n p¨²blica.
Jeffrey D. Sachs es profesor de Desarrollo Sostenible, profesor de Gesti¨®n y Pol¨ªtica Sanitaria y director del Centro de Desarrollo Sostenible en la Universidad de Columbia
? Project Syndicate 1995¨C2019
Traducci¨®n: Esteban Flamini
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