¡°Y cr¨¦anme, ser¨¢ suficiente¡±
Los gobernantes europeos repiten como un mantra la consigna de Mario Draghi en el fragor del desplome de la deuda espa?ola e italiana para aplicarla a la crisis del coronavirus
Gobernantes y altos funcionarios europeos repiten como un mantra la legendaria consigna de Mario Draghi en el fragor del desplome de la deuda espa?ola e italiana (julio de 2012), para aplicarla a la crisis del coronavirus. Recuerden. Se comprometi¨® a ¡°hacer todo lo necesario¡± para salvar al euro. Pero, mediocres copistas, olvidan su ¨²ltima parte: ¡°Y cr¨¦anme, ser¨¢ suficiente¡±. Suficiente. Esto es lo esencial.
Para que la fuerza sea suficiente, la teor¨ªa militar moderna exige la ¡°aplicaci¨®n de una fuerza masiva, abrumadora¡±: que no deja resquicio, que paraliza, que desborda, que es definitiva para ¡°desarmar, incapacitar o rebajar al enemigo a impotente militarmente¡±. Bast¨® la frase, pues Draghi era cre¨ªble y la dijo bien. Pero tambi¨¦n porque incorporaba el anuncio de una nueva operativa: la compra sin restricciones de deuda p¨²blica de los pa¨ªses vulnerables en el mercado secundario. Eran las Outright Monetary Transactions, las OMT, que ni siquiera hubo que aplicar, que el Bundesbank atac¨® y que el Tribunal de Justicia de la UE valid¨®.
Atenci¨®n: significa ¡°total¡± ¡°absoluto¡±, ¡°rotundo¡±. Los especuladores supieron al instante que se arriesgaban a perder sus crueles apuestas y se rindieron. As¨ª que las buenas respuestas a los grandes envites han de ser abrumadoras, para ganar la confianza de los propios y desactivar los asaltos exteriores. La incertidumbre exponencial solo se anula con la convicci¨®n social de que el ca?¨®n Berta de la pol¨ªtica dispone de alcance ilimitado.
A las ¨¦lites europeas, geniales en el regate corto, les cuesta entenderlo, entre otras razones porque suele implicar rascarse el bolsillo, apelar al contribuyente. Por eso las recetas hoy disponibles contra esta crisis no bastan. La tolerancia flexible con los mayores d¨¦ficits nacionales, ya confirmada, es correcta. Pero la coordinaci¨®n debe evitar que cada uno d¨¦ las ayudas que le plazcan y que a base de perjudicar al vecino entre todos distorsionemos el artilugio esencial, el mercado interior: lo que de ¨¦l quede. Y el activismo fiscal/presupuestario debe ser m¨¢s expansivo, para apoyar a fondo a quienes queden de repente fuera del mercado. Y del salario. Con inversiones nuevas, asim¨¦tricamente m¨¢s favorables a los m¨¢s vulnerables y afectados. Porque de lo contrario regurgitar¨¢ la desigualdad territorial que ya ¨ªbamos reconduciendo desde 2015.
Tampoco EEUU ha estado bien en esta ocasi¨®n. La precipitada decisi¨®n (3/3/20) de la Reserva Federal (Fed) de bajar [medio punto] el tipo de inter¨¦s no suele ser la medida cortada a medida contra una crisis sobre todo de oferta en que se rompen las cadenas de producci¨®n; aunque lo sea si es de demanda, para favorecer el consumo. Pero adem¨¢s, rompi¨® la promesa de coordinaci¨®n a la que se conjur¨® el G7, y la r¨¦plica de seguidores anglosajones (Canad¨¢, este mi¨¦rcoles Reino Unido) es goteo, no fuerza de choque. Es una factura del tr¨¢nsito de Bush / Obama / Bernanke / Yellen a Trump / Powell.Y ello sin contar con la p¨¦rdida por la Fed de la forward guidance ¡ªel trazo p¨²blico de una ruta estrat¨¦gica de los bancos centrales¡ª, que salt¨® por los aires.
El BCE de Christine Lagarde deber¨ªa hoy ser leal a esa previsibilidad. Sobran las incertidumbres.Pero su gran apuesta es la de proveer liquidez suficiente ¡ªabrumadora¡ª para mantener la actividad. Claro, a los bancos, ampliando las operaciones de refinanciaci¨®n a largo plazo a las entidades: las Long Term Refinancing Operations, popularmente litronas. Pero sobre todo a las deudas p¨²blicas nacionales, y de las grandes corporaciones: es la expansi¨®n cuantitativa. Su cadencia mensual de 20.000 millones debe aumentar. Su objetivo, ampliarse a las pymes, a trav¨¦s de una red capilar de bancos privados, cajas, y bancos de inversi¨®n p¨²blica como el ICO espa?ol, y el Banco Europeo de Inversiones. La compra masiva de bonos de estas entidades por el BCE ser¨ªa de facto un nuevo impulso a una suerte de eurobonos. Los bonos Lagarde.
Por desgracia parece hoy ut¨®pico, aunque sea lo conveniente, poner la directa a un lanzamiento de bonos-bonos.Ojal¨¢ la batalla contra la virucrisis fuese un momento Hamilton. Por Alexander Hamilton, el primer secretario del Tesoro norteamericano. El que feder¨® las deudas de los distintos Estados emitidas para financiar su guerra de liberaci¨®n contra la Corona brit¨¢nica y que amenazaban quiebra por no poder honrarla. El padre econ¨®mico de Estados Unidos.
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