Dietas que debilitan: cuando el ahorro empobrece

Hace unos d¨ªas en M¨¦xico se declar¨® la fase 2 de la pandemia, el Gobierno anunci¨® nuevas medidas de salud p¨²blica y acciones para enfrentar la emergencia. Preocupa mucho la timidez de estas respuestas de pol¨ªtica econ¨®mica, a nuestro juicio totalmente insuficientes para enfrentar la crisis que toca a la puerta con agudos impactos en salud, empleo e ingresos de la poblaci¨®n, sobre todo de la m¨¢s pobre. Este choque externo detonado por la pandemia, y sus efectos potenciados en el comercio, la producci¨®n y el empleo empujan a la econom¨ªa mundial a una recesi¨®n de proporci¨®n in¨¦dita en a?os. Para nuestro pa¨ªs, el efecto conjunto de la pandemia y la recesi¨®n mundial es, de lejos, el golpe exterior de mayor magnitud de los ¨²ltimos 30 a?os o m¨¢s.

Sorprende la reacci¨®n del Ejecutivo por frugal, explicada quiz¨¢ por su af¨¢n de mantener como rumbo de la pol¨ªtica fiscal la austeridad, autocalificada como republicana. Tal frugalidad refleja su convicci¨®n que la emergencia sanitaria es atendible sin alterar su agenda macroecon¨®mica, sin considerar una pol¨ªtica fiscal contrac¨ªclica. Ya no se diga avanzar en cambios estructurales, en reformas de las finanzas p¨²blicas que pasando esta coyuntura ser¨¢n impostergables. El Gobierno anunci¨® que su gasto se mantendr¨¢ en nivel pr¨¢cticamente igual al programado meses atr¨¢s, sin la pandemia en el horizonte. Las ca¨ªdas de recaudaci¨®n se cubrir¨ªan con fondos de estabilizaci¨®n, mientras alcancen. La respuesta ¡ªdistante de calificarse como expansi¨®n del gasto¡ª queda limitada a adelantar algunas transferencias a beneficiarios de programas sociales, b¨¢sicamente adultos mayores, as¨ª como a fondos federales para salud en los Estados.

Adem¨¢s, el gobierno apela a la solidaridad del empresariado en preservar empleos, pero afirma que no dar¨¢ est¨ªmulo fiscal alguno, ni diferimiento de impuestos, o contribuciones. Excluye apoyos a ellas salvo para proteger con ciertos esquemas para adultos mayores. A la fecha, no se han anunciado programas financieros para mantener la liquidez empresarial, ni siquiera en industrias ya severamente afectadas; salvo la continuaci¨®n del programa de microcr¨¦ditos a pymes. Tenemos casi el 60% de la poblaci¨®n en la informalidad y redes de protecci¨®n social insuficientes raqu¨ªticas para una econom¨ªa de ingreso medio pero altamente desigual, en la que el 50% est¨¢ en la pobreza.

La pandemia ha provocado respuestas de pol¨ªtica contundentes en el mundo, con est¨ªmulos fiscales may¨²sculos que en Chile llegan a cuatro puntos del PIB, en Per¨² a siete puntos y en algunos europeos alcanzan el doble d¨ªgito. La actual no es una crisis t¨ªpica para M¨¦xico: combina impactos negativos anteriormente resentidos, pero los potencia. Tiene elementos de abrupta ca¨ªda de la demanda externa y volatilidad financiera (a la 2008-2009), de una pandemia como la influenza H1N1 (2009-2010) aunque m¨¢s grave en su virulencia y par¨¢lisis de la producci¨®n y comercio, y del colapso en precios del petr¨®leo (2014-15). Ello hoy se combina con la ruptura de cadenas globales de valor y la aguda depreciaci¨®n cambiaria. En todos estos episodios se ampli¨® el gasto p¨²blico de manera significativa, se recurri¨® a deuda y, aun as¨ª, hubo impactos muy adversos en el PIB y la pobreza. Sum¨¦mosle que en el 2019 la econom¨ªa mexicana estaba estancada, perdiendo impulso en empleo, con la inversi¨®n en picada y la amenaza de p¨¦rdida de nota por agencias calificadoras.

Debe ser prioridad la salud en esta emergencia inmediata y mantener ingresos suficientes en la poblaci¨®n m¨¢s afectada. Habr¨¢ que aplicar esquemas para preservar empleos e ingresos; por ejemplo transferencias corrientes directas a sectores seleccionados -el informal seguramente- y esquemas de compensaci¨®n o facilitaci¨®n tributaria a empresas comprometidas en preservar empleos. Despu¨¦s habr¨¢ que lograr que la contracci¨®n econ¨®mica sea lo menor y m¨¢s corta posible: que no se destruyan empresas solventes. Ah¨ª la pol¨ªtica expansiva en inversi¨®n intensiva en mano de obra ser¨¢ importante. Detonar la inversi¨®n privada ser¨¢ indispensable.

El Gobierno debe abandonar su fijaci¨®n por la austeridad y armar un paquete de medidas expeditas, ya con vigencia acotada. Urgen m¨¢s recursos al sector salud, con discrecionalidad de decisi¨®n para las autoridades sanitarias e implementar transferencias directas para la poblaci¨®n vulnerable. Conviene considerar apoyos a empresas mediante postergaci¨®n de contribuciones u obligaciones tributarias, pero con compromisos de preservar empleos, y frenar temporalmente grandes proyectos para reasignar fondos a la emergencia.

?Cu¨¢nto puede costar esto? Obviamente las medidas espec¨ªficas, su alcance y forma de implementaci¨®n definir¨ªan los montos exactos. Un endeudamiento cuidadosamente calculado en funci¨®n de la emergencia extraordinaria que enfrentamos ¡ªsujeto a un programa de pago futuro cre¨ªble¡ª ser¨ªa bienvenido. Recursos a los que podr¨ªa accederse a trav¨¦s del FMI, por ejemplo.

Urge un acuerdo nacional convencido de que la colaboraci¨®n p¨²blico-privada es esencial, y que un ahorro p¨²blico mal entendido, ll¨¢mese austeridad republicana o paradoja de la frugalidad, puede empujar al pa¨ªs a una zozobra inimaginable ¡ªno solamente en salud si la emergencia sanitaria rebasa las capacidades del sistema¡ª v¨ªa una severa reducci¨®n de empleos, ingresos, contracci¨®n econ¨®mica, y agudizaci¨®n de la pobreza. Ante la pandemia, los mexicanos nos jugamos el presente ¡ªalgunos, la vida¡ª y el futuro. En c¨®mo enfrentar esta emergencia, la Cuarta Transformaci¨®n se juega lo que tanto le preocupa: su papel en la historia nacional. Ojal¨¢ lo entienda.

Juan Carlos Moreno-Brid es profesor de la Facultad de Econom¨ªa de la UNAM y H¨¦ctor Villarreal P¨¢ez es director del Centro de Investigaci¨®n Econ¨®mica y Presupuestaria y profesor del Tecnol¨®gico de Monterrey.