De buz¨®n en buz¨®n en plena alerta sanitaria
Correos cambia el protocolo para seguir repartiendo cartas al incluirse su servicio entre las actividades esenciales
Carro lleno, calles vac¨ªas. Carteros como el bilba¨ªno Juan Ram¨®n Calabaza transitan m¨¢s r¨¢pido en su labor, catalogada como actividad esencial por el decreto que endurece las medidas de confinamiento, sin tanto ajetreo urbano. Este repartidor camina de portal en portal por la c¨¦ntrica zona bilba¨ªna de Indautxu protegido con una mascarilla que le modifica la voz cuando habla a trav¨¦s de los porteros autom¨¢ticos. Los porteros f¨ªsicos lo conocen de tantas visitas diarias y comentan la actualidad con ¨¦l sin perder el sentido del humor:
¡ªTe dejo unas cartas con viruses¡ª, anuncia Calabaza.
El conserje, Javi, las recoge y se las lleva a sus dominios. Ambos sonr¨ªen, ir¨®nicos, inmersos en una realidad que jam¨¢s habr¨ªan imaginado hace un mes.
Los protocolos que se le han impuesto a este cartero, al igual que a los 53.605 empleados de Correos, pretenden reducir el riesgo de contagio para usuarios y trabajadores. Un cambio con respecto a hace dos semanas: ya con la cuarentena impuesta, los repartidores apenas contaban con protecci¨®n. Las mascarillas, los guantes y los geles higi¨¦nicos individuales llegaron el lunes 23, se queja este funcionario, tras d¨ªas de trabajo sin garant¨ªas. ¡°Hemos podido tanto infectarnos como extenderlo¡±, lamenta, sin parar de aligerar el carrito amarillo.
Ricardo Ochoa, delegado del sindicato ESK en Correo Bizkaia y miembro de la junta de personal, critica que ¡°el da?o ya est¨¢ hecho¡±, por mucho que el material haya ido llegando. ¡°Durante casi una semana todos los que trabajaban ante el p¨²blico lo han hecho sin protecci¨®n¡±, expone.
El sindicato CGT ha denunciado que 767 de estos trabajadores p¨²blicos hab¨ªan dado positivo, otros 2.147 permanec¨ªan en cuarentena y que han fallecido dos compa?eros. Esta cifra aument¨® respecto a los datos que cuantificaba el sindicato hace apenas dos semanas. La entidad no ha difundido cifras; solo datos para sindicatos ¡°con compromiso de confidencialidad¡±, pero s¨ª ha decidido que sus trabajadores de m¨¢s de 60 a?os se queden en sus casas, as¨ª como las embarazadas o aquellos con patolog¨ªas previas.
Portavoces de Correos afirman que el personal activo es el ¡°m¨ªnimo imprescindible¡± para operar con normalidad y que llevan desde la semana pasada altern¨¢ndose para aligerar al m¨¢ximo la coincidencia de carteros en las sedes o ¨¢reas de predistribuci¨®n. Desde Correos afean la posici¨®n de los sindicatos e insisten: Correos solo presta el servicio postal p¨²blico obligatorio, con el personal m¨ªnimo imprescindible para garantiz¨¢rselo a todos los ciudadanos y empresas de Espa?a. Para ello, ha reorganizado su operativa y ha implementado nuevos protocolos de actuaci¨®n que permiten asegurar la continuidad del servicio p¨²blico, protegiendo al mismo tiempo, y de manera prioritaria, la salud de sus trabajadoras y trabajadores, y de sus clientes. El resultado de estas medidas es que la semana pasada trabajaron presencialmente en Correos una media diaria de 11.640 personas
Pero a los carteros no les convence esta medida. Tanto Calabaza como otros dos colegas suyos afirman que las bajas de los empleados mayores, un n¨²mero elevado seg¨²n ellos, y las ausencias de aquellos con afecciones han provocado que les toque volver a sus turnos cotidianos. De este modo, sostienen, sigue habiendo mayores probabilidades de contacto en las sedes de Correos cuando los profesionales acuden al principio y al final de su jornada, aparte de los que trabajan f¨ªsicamente en estos lugares.
La amenaza de la Covid-19 ha alterado tambi¨¦n la metodolog¨ªa de trabajo. Los usuarios ya no tienen que firmar electr¨®nicamente sobre las PDA, sino que basta con que den su nombre, apellido y DNI a los carteros. Y as¨ª procede el repartidor bilba¨ªno al acudir a la oficina de una empresa, una de las pocas que siguen operativas en un edificio lleno de ellas.
Inseguridad
El destinatario le exige distancia de seguridad y se muestra nervioso: ¡°No voy a firmar nada¡±. No hace falta para resolver el tr¨¢mite y para que Calabaza contin¨²e su ruta por Bilbao. Explica que la gente ha entendido este contexto tan particular y que cumple con las normas, pero matiza: ¡°Algunas personas pasan del tema, parece que no est¨¢n concienciadas¡±. Confiesa que en ocasiones intentan tocarle o se acercan demasiado.
Esta situaci¨®n, inaudita durante sus 18 a?os en el gremio, transmite inseguridad a este padre de dos hijos, de ocho y tres a?os. Su pareja teletrabaja y se hace cargo, como puede, de los menores. Por eso este cartero critica la tardanza en la recepci¨®n del material sanitario, si bien portavoces de Correos aseguran que llevan tomando medidas ¡°informativas, organizativas y preventivas desde el 28 de enero¡± y que se han cumplido en todo momento las indicaciones del Ministerio de Sanidad.
Calabaza entiende que su servicio se considere actividad esencial y valora que se haya cancelado el reparto de paquetes m¨¢s grandes, algo que hasta hace poco segu¨ªa haciendo. Ahora les toca distribuir solamente cartas, en su mayor¨ªa certificadas. El repartidor sin embargo critica que en estas circunstancias se sigan enviando facturas en formato papel. ¡°Podr¨ªan esperar unas semanas, se van a pagar igualmente¡±, zanja.
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