Evitar los efectos permanentes de la covid-19
Lo importante es que la crisis no d¨¦ lugar a un aumento del desempleo estructural y del paro de larga duraci¨®n, a una ca¨ªda permanente de rentas y a un incremento de la desigualdad
La crisis econ¨®mica provocada por la covid-19 ser¨¢ la m¨¢s intensa desde el final de la Segunda Guerra Mundial. El confinamiento y el cierre de actividades productivas han provocado una ca¨ªda del PIB de Espa?a del 5% en el primer trimestre. Adem¨¢s, el deterioro ser¨¢ mayor en el segundo, pudiendo llegar a superar incluso el 20%. Las semanas de confinamiento han triplicado las del primero y la recuperaci¨®n durante la desescalada ser¨¢ muy gradual, asim¨¦trica entre sectores e incompleta. De la contabilidad trimestral del INE y de los datos de afiliaci¨®n puede inferirse que el PIB crec¨ªa a tasas trimestrales entre 4 y 5 d¨¦cimas hasta la declaraci¨®n del estado de alarma, momento a partir del cual la actividad cay¨® cerca del 35% en media.
Cientos de miles de empresas han paralizado su actividad y un porcentaje elevado no podr¨¢ sobrevivir a la crisis. A la destrucci¨®n de empleo (1,2 millones hasta finales de abril respecto al escenario en ausencia de la COVID-19) se suman m¨¢s de tres millones de trabajadores en ERTE. El consenso indica que la ca¨ªda del PIB en Espa?a durante 2020 se situar¨ªa entre los 8 y 10 puntos, que la tasa de desempleo superar¨¢ el 20% y que la contracci¨®n, aun siendo temporal, ser¨¢ m¨¢s profunda que para otras econom¨ªas de la UE. Primero, porque la crisis sanitaria ha sido m¨¢s acusada que en pa¨ªses como Alemania, Austria o Dinamarca, y las restricciones a la movilidad, m¨¢s intensas. Segundo, porque la recuperaci¨®n ser¨¢ m¨¢s lenta en sectores que, como el turismo, se ven m¨¢s afectados por las medidas. Tercero, por una demograf¨ªa empresarial caracterizada por numerosas peque?as empresas con menor capacidad financiera, por las ineficiencias del mercado de trabajo y la destrucci¨®n de empleo temporal. Y cuarto, por la dependencia de algunos sectores al comercio internacional y a las cadenas globales de producci¨®n.
Ahora lo importante es afrontar el futuro con las medidas adecuadas para reducir los efectos permanentes sobre la econom¨ªa, y que la crisis no d¨¦ lugar a un aumento del desempleo estructural y del paro de larga duraci¨®n, a una ca¨ªda permanente de rentas y a un incremento de la desigualdad. Si estas eran ya debilidades cr¨®nicas de la econom¨ªa espa?ola, hay que hacer lo posible para que no se agraven a¨²n m¨¢s tras esta crisis.
Para ello es fundamental trabajar en varios frentes. Primero, realizar una desescalada segura y eficiente que lleve a la econom¨ªa a la frontera de posibilidades de maximizaci¨®n de la seguridad sanitaria y de la actividad econ¨®mica, evitando as¨ª quedarse en un punto alejado de lo que consiguen otros pa¨ªses. Ni la alternativa de mantener el confinamiento hasta que desaparezca el virus ni, en el otro extremo, recuperar la actividad econ¨®mica sin seguridad sanitaria son opciones consistentes con las preferencias sociales. Dadas las inc¨®gnitas todav¨ªa existentes, adem¨¢s de ensayar con la estrategia de desescalada, corregir r¨¢pidamente lo que no funcione y tener en consideraci¨®n las mejores pr¨¢cticas internacionales, hay que realizar pruebas, monitorizar y controlar la pandemia (test, track and trace) con las tecnolog¨ªas ya disponibles. En lo econ¨®mico, resulta crucial proporcionar certidumbre y consensuar medidas con todos los agentes que deben aplicarlas. Como las empresas de distintos sectores se enfrentan a situaciones muy diferentes, el di¨¢logo continuo y la colaboraci¨®n p¨²blico-privada a nivel sectorial son fundamentales.
Segundo, las pol¨ªticas de demanda y de rentas no bastan. La covid-19 y la amenaza de riesgos similares en el futuro supone una perturbaci¨®n de oferta con enormes efectos sobre c¨®mo se realizar¨¢n a partir de ahora las actividades econ¨®micas, se organizar¨¢n los procesos productivos y se consumir¨¢n muchos bienes y servicios. Todo ello exigir¨¢ pol¨ªticas de oferta para afrontar los nuevos retos y las exigencias del cambio clim¨¢tico y de la transformaci¨®n digital en marcha, con mercados m¨¢s eficientes, competitivos y flexibles, y con un sistema productivo que disponga de las infraestructuras y del capital f¨ªsico, tecnol¨®gico y humano adecuado.
Tercero, la cooperaci¨®n, ayuda y coordinaci¨®n internacional, especialmente en la UE a trav¨¦s de un fondo de recuperaci¨®n y pol¨ªticas comunes, son absolutamente necesarias para abordar con ¨¦xito estos retos globales. Es mucho m¨¢s lo que un conjunto de peque?as econom¨ªas abiertas como las europeas podr¨¢n conseguir juntas que por separado.
Rafael Dom¨¦nech es responsable de An¨¢lisis Econ¨®mico del BBVA Research y catedr¨¢tico en la Universidad de Valencia.
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