Prestaciones sociales e incentivos laborales
Para evitar desincentivos es clave que la renta b¨¢sica sea compatible con la percepci¨®n de rentas del trabajo
La implantaci¨®n del ingreso m¨ªnimo vital ha vuelto a traer al debate la cr¨ªtica tradicional de que las prestaciones de garant¨ªa de ingresos generan desincentivos laborales. Persiste un estereotipo arraigado en una parte importante de la sociedad en el que el cobro de un subsidio parece dar lugar autom¨¢ticamente a una...
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La implantaci¨®n del ingreso m¨ªnimo vital ha vuelto a traer al debate la cr¨ªtica tradicional de que las prestaciones de garant¨ªa de ingresos generan desincentivos laborales. Persiste un estereotipo arraigado en una parte importante de la sociedad en el que el cobro de un subsidio parece dar lugar autom¨¢ticamente a una reducci¨®n del esfuerzo en la b¨²squeda de trabajo. Alg¨²n responsable auton¨®mico ha llegado a afirmar recientemente que ¡°estas ayudas no pueden perpetuar a las personas esperando y a depender eternamente del Estado¡±. Uno de los elementos que han sustentado buena parte de las reformas de estos programas en distintos pa¨ªses es, de hecho, la sospecha de que su dise?o ha podido favorecer cierta cronificaci¨®n de las situaciones de dependencia de la prestaci¨®n. El resultado ha sido la introducci¨®n, en varios casos, de l¨ªmites temporales m¨¢s estrictos en el tiempo de disfrute y la imposici¨®n de mayores obligaciones a las personas beneficiarias.
El viraje desde el ¨¦nfasis en los problemas de adecuaci¨®n de las prestaciones o su eficacia en la reducci¨®n y prevenci¨®n de la pobreza a la cuesti¨®n de la dependencia parece m¨¢s impulsado por motivaciones ideol¨®gicas que por la evidencia emp¨ªrica disponible. Existe una profunda asimetr¨ªa entre la cr¨ªtica de esos hipot¨¦ticos desincentivos y el conocimiento real tanto de los datos sobre la din¨¢mica de participaci¨®n en estos programas sociales como de los procesos que podr¨ªan dar lugar a per¨ªodos largos de cobro de estas prestaciones.
Algunos trabajos han tratado de resumir la evidencia emp¨ªrica internacional sobre el efecto de este tipo de prestaciones sociales en la participaci¨®n laboral. Aunque la referencia es, habitualmente, el ¨¢mbito anglosaj¨®n, existe tambi¨¦n informaci¨®n comparada sobre esta realidad en varios pa¨ªses europeos. Una primera conclusi¨®n es que el aumento en las cuant¨ªas de las prestaciones produce una reducci¨®n en el n¨²mero de horas trabajadas que es poco relevante en t¨¦rminos cuantitativos. En segundo lugar, las diferencias son notables por grupos demogr¨¢ficos. Uno de los colectivos m¨¢s sensibles es el de las mujeres con hijos a cargo de corta edad. Sin embargo, cuando hay una oferta suficiente de servicios p¨²blicos para el cuidado de los menores, como en los pa¨ªses n¨®rdicos, el problema disminuye sustancialmente. En tercer lugar, todos estos resultados no siempre son extrapolables universalmente y con la informaci¨®n actual no puede hablarse de una experiencia com¨²n a todos los pa¨ªses.
En el caso de Espa?a, la evidencia es muy limitada. Las reformas de la protecci¨®n asistencial durante las tres ¨²ltimas d¨¦cadas han ido incorporando instrumentos orientados a que las personas beneficiarias aumenten su participaci¨®n laboral y dejen de cobrar las prestaciones, siguiendo la senda de reorganizaci¨®n de los Estados de bienestar occidentales. Su acceso se ha ido vinculando a la realizaci¨®n de actividades que trataban de impulsar la inserci¨®n laboral, como la orientaci¨®n, la formaci¨®n y la recualificaci¨®n profesional, distintos tipos de incentivos para la contrataci¨®n o el apoyo al autoempleo. Parad¨®jicamente, este acento en la activaci¨®n no parece haberse traducido en un aumento sustancial del peso de estas medidas en el gasto total ejecutado en pol¨ªticas de empleo. Paralelamente, como en otros pa¨ªses, tales actuaciones se han ido acompa?ando de condiciones m¨¢s estrictas de elegibilidad, la redefinici¨®n de las poblaciones potencialmente beneficiarias, el acortamiento de la duraci¨®n m¨¢xima permitida y el refuerzo de las obligaciones de sus perceptores.
Valorar el impacto de estas estrategias sobre el tiempo que se pasa en los programas sociales en nuestro pa¨ªs es una tarea compleja, principalmente por la ausencia de la informaci¨®n necesaria. Existen, sin embargo, algunos estudios que a trav¨¦s de la explotaci¨®n de datos administrativos permiten situar el verdadero alcance de esa hipot¨¦tica dependencia, entendida como un per¨ªodo excesivamente prolongado de cobro de la prestaci¨®n. Los registros de las Comunidades Aut¨®nomas nos permiten contar con un retrato ajustado de la duraci¨®n real de los tiempos de participaci¨®n en los programas regionales de renta m¨ªnima. El dato m¨¢s destacado es que la gran mayor¨ªa de estos episodios son de corta duraci¨®n: casi dos tercios de las personas que en alg¨²n momento pasaron por estos programas durante la ¨²ltima crisis estuvieron menos de un a?o.
Estas duraciones son inferiores a las estimadas para otros pa¨ªses, lo que invita a relativizar las posibles cr¨ªticas de generaci¨®n de dependencia. No obstante, hay que tener en cuenta que las cuant¨ªas que ofrecen los programas auton¨®micos son, en promedio, bajas en el contexto comparado. Hay que destacar tambi¨¦n que el porcentaje de reincorporaciones suele ser elevado. Conocemos algunas de las caracter¨ªsticas que explican que esas duraciones se prolonguen, como el desempleo del hogar y tener serias dificultades para hacer frente a los gastos de mantenimiento y financiaci¨®n de la vivienda. Las duraciones son m¨¢s cortas en un segmento de los hogares de mayor dimensi¨®n, en los que el uso de estos programas suele ser m¨¢s transitorio y donde son tambi¨¦n m¨¢s r¨¢pidas las salidas hacia otras formas de obtenci¨®n de ingresos que den una mejor cobertura a sus necesidades.
Estas evidencias nos ayudan a interpretar que el verdadero problema de estos programas en cuanto a los incentivos laborales no es tanto que haya una renta garantizada que pudiera ser elevada respecto al salario potencial, sino la incompatibilidad de la prestaci¨®n con otros posibles ingresos del trabajo. La clave, por tanto, para evitar posibles desincentivos no es fijar unas cuant¨ªas bajas respecto al salario m¨ªnimo, sino favorecer la compatibilidad entre la percepci¨®n de rentas del trabajo y el cobro de la prestaci¨®n, a la vez que se impide el abuso o el fraude en la contrataci¨®n.
La experiencia acumulada por algunos programas auton¨®micos, junto a la de otros pa¨ªses que han introducido f¨®rmulas m¨¢s flexibles, ya sea permitiendo esta compatibilidad durante un tiempo, dejando una cantidad exenta o estableciendo un descuento progresivo sobre las rentas salariales, confirma la importancia de estos mecanismos para que estas prestaciones puedan ser una palanca hacia la ocupaci¨®n.
Luis Ayala es Catedr¨¢tico de Econom¨ªa en la UNED.
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