Argentina pedir¨¢ una tercera pr¨®rroga para negociar con sus acreedores
Las posiciones sobre una deuda de 68.000 millones de d¨®lares est¨¢n cada vez m¨¢s cercanas
![Enric Gonz¨¢lez](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/https%3A%2F%2Fs3.amazonaws.com%2Farc-authors%2Fprisa%2Fe19959f9-1b77-4fa4-b4c9-ad9c27d18ec2.png?auth=cc48cfeca3c4fa713d7e16fc9e97f765f78a2bc782edcbaf28750ab1efa9f6c0&width=100&height=100&smart=true)
![El presidente de Argentina, Alberto Fern¨¢ndez, durante una rueda de prensa celebrada el 23 de mayo pasado en Buenos Aires.](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/KAXIBGFWE5FAXFCCVNWJV3QVRM.jpg?auth=76f119ae89613a1f049c061ee3aeb50bdb8febf1fa8ce38701dc79e90cf17069&width=414)
La negociaci¨®n entre Argentina y sus acreedores se hace interminable. Cuando expir¨® el primer plazo para llegar a un acuerdo, el 8 de mayo, se decidi¨® una pr¨®rroga hasta el 22 de mayo. Luego se alarg¨®, ya en ¡°default¡±, hasta el 2 de junio. Y habr¨¢, muy probablemente, una nueva extensi¨®n. El gobierno de Buenos Aires la comunicar¨¢ ma?ana a las autoridades burs¨¢tiles de Nueva York. Pero las posiciones de ambas partes, ahora, est¨¢n m¨¢s cercanas que nunca. Empieza a perfilarse un acuerdo sobre los 68.000 millones de d¨®lares en disputa.
En realidad, no se trata de 68.000 millones, sino de mucho m¨¢s. El valor de los bonos emitidos por Argentina no se mide por el precio nominal, sino por los intereses. Se trata de emisiones a largo plazo (una de ellas, a cien a?os) en las que el factor decisivo es la rentabilidad. Dos de los tres grupos organizados de acreedores, entre los que figura el poderoso grupo BlackRock, proponen en su ¨²ltima oferta un inter¨¦s promedio del 4,2% (con una rebaja del 32%), mientras el gobierno de Buenos Aires se niega a superar el 3%. La diferencia entre las ofertas de los acreedores y del gobierno resulta, sum¨¢ndolo todo, inferior a 6.000 millones de d¨®lares. Costar¨ªa entender que, con posiciones tan cercanas, no se alcanzara un acuerdo de reestructuraci¨®n.
Durante el fin de semana prosiguieron las negociaciones. Fuentes implicadas en el proceso dijeron que no hab¨ªa tiempo para el pacto antes del martes 2 de junio (¡°cada acreedor tiene plazos y beneficios distintos, seg¨²n sea la emisi¨®n de bonos que le afecta, y la simple redacci¨®n de un acuerdo implica muchas horas¡±, dijeron), lo que supondr¨ªa una tercera pr¨®rroga en la fecha l¨ªmite. Las mismas fuentes daban por seguro que el gobierno argentino pedir¨ªa el lunes ante la Comisi¨®n del Mercado de Valores de Nueva York (se trata de bonos emitidos bajo la ley neoyorquina) un nuevo aplazamiento, esta vez con perspectivas realistas de cerrar positivamente el acuerdo.
El ministro de Hacienda, Mart¨ªn Guzm¨¢n, plenipotenciario argentino en la negociaci¨®n, plante¨® la semana pasada una oferta que reduc¨ªa de tres a dos a?os el per¨ªodo de gracia (el tiempo en el que el pa¨ªs no pagar¨ªa ni principal ni intereses) y recortaba ligeramente la quita del principal (inicialmente, de unos 4.000 millones de d¨®lares), a la vez que elevaba la rentabilidad sobre su propuesta inicial del 2,3%. Dos de los tres grupos de acreedores se mostraron en general de acuerdo, siempre que para compensar los dos a?os sin pagos se realizara una emisi¨®n extraordinaria de deuda a largo plazo para compensarles.
Falta acercar definitivamente las posiciones. A ninguna de las dos partes (considerando como una sola parte el complejo mosaico de acreedores) le interesa un fracaso. A Argentina, porque permanecer en el default t¨¦cnico, verificado desde que el 22 de mayo incurri¨® en impago de un vencimiento de 503 millones, le supone carecer de acceso a los mercados internacionales de cr¨¦dito en un momento de gran necesidad por la crisis de la pandemia. A los acreedores, porque confiar en la sentencia de un juez de Nueva York o en una oferta mejor del gobierno argentino podr¨ªa suponerles, al final, un empeoramiento sobre las condiciones ahora sobre la mesa.
Para el presidente argentino, Alberto Fern¨¢ndez, y su ministro de Hacienda y negociador, Mart¨ªn Guzm¨¢n, existe un incentivo ulterior para el acuerdo. El riesgo de otro cierre al cr¨¦dito externo (el pa¨ªs ha incurrido ya nueve veces en default desde su nacimiento) empuja a la baja al peso porque estimula la compra de d¨®lares como valor de refugio. El Banco Central endureci¨® esta semana los controles cambiarios, popularmente conocidos como ¡°cepo¡±, en perjuicio de las empresas exportadoras e importadoras. El presidente de la entidad emisora, Miguel ?ngel Pesce, dijo que el ¡°cepo¡± podr¨ªa relajarse en cuanto se alcanzara un acuerdo con los acreedores para reestructurar la deuda externa.
Una vez se llegue a un pacto sobre la deuda externa, si eso ocurre, Argentina deber¨¢ negociar con los acreedores internos (deuda en pesos) y con el Fondo Monetario Internacional, que en 2018 concedi¨® al pa¨ªs el mayor pr¨¦stamo de su historia, por 57.000 millones de d¨®lares, de los que fueron desembolsados 44.000. Ambas negociaciones parecen m¨¢s sencillas que la actual.
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