¡°La educaci¨®n en Am¨¦rica Latina enfrenta una crisis silenciosa, que con el tiempo se volver¨¢ estridente¡±
Emanuela di Gropello, experta en Educaci¨®n del Banco Mundial, sostiene que se puede aprovechar la pandemia para crear un nuevo espacio que fortalezca la educaci¨®n en la regi¨®n
?C¨®mo puede la pandemia no tener un impacto profundo en la educaci¨®n? Las escuelas permanecen cerradas en toda Am¨¦rica Latina y el Caribe. M¨¢s de 170 millones de ni?os ¡ªmuchos de ellos pobres o de zonas postergadas¡ª est¨¢n fuera de las aulas, lidiando con sistemas de educaci¨®n a distancia en buena medida improvisados y en medio de una crisis que atraviesa a sus familias de tantas maneras. Las p¨¦rdidas educativas probablemente sean importantes, y es posible que se agudicen las desigualdades y que haya m¨¢s deserciones escolares.
Emanuela di Gropello, directora de la pr¨¢ctica regional de Educaci¨®n en el Banco Mundial, descubri¨® temprano en su carrera que la educaci¨®n est¨¢ en el centro de los problemas que aquejan a Am¨¦rica Latina. Veinte a?os despu¨¦s de unirse al Banco Mundial esta percepci¨®n no vari¨® mucho. Y ahora con el coronavirus el impacto sobre la educaci¨®n es muy preocupante. Es, adem¨¢s, una ¡°crisis silenciosa¡±, ha dicho Di Gropello en una entrevista desde Washington. Sin embargo, considera que existe un posible contra relato al escenario desolador que hoy enfrenta la regi¨®n.
Pregunta. ?Qu¨¦ tan desolador es el panorama y c¨®mo describir¨ªa usted la crisis que enfrentamos?
Respuesta. Primero, debemos reconocer claramente que la situaci¨®n es muy seria para el sector educativo, y creo que la gente se da cuenta cada vez m¨¢s. Es un poco una crisis silenciosa, no la vemos de manera inmediata. La crisis de salud es evidente, y las crisis econ¨®mica y social tambi¨¦n. Pero la crisis en la educaci¨®n est¨¢ en proceso y ser¨¢ m¨¢s visible en el futuro. Es resultado de p¨¦rdidas muy probables en el aprendizaje y las crecientes desigualdades en el aprendizaje que veremos en la regi¨®n. La crisis silenciosa ser¨¢ cada vez menos y menos silenciosa, y eventualmente se volver¨¢ estridente.
Las escuelas est¨¢n cerradas en pr¨¢cticamente toda la regi¨®n. Esto significa que los estudiantes deben continuar con su aprendizaje desde casa. Es un desaf¨ªo para todos: para los hogares con buena conectividad, porque la educaci¨®n remota no es f¨¢cil, y m¨¢s a¨²n para los hogares que no tienen buena conectividad o est¨¢n en zonas remotas y postergadas y provienen de familias desaventajadas. Quiz¨¢s no tienen acceso a ning¨²n tipo de ense?anza remota o no la pueden implementar de manera efectiva. Si pensamos que en tiempos normales el 25% del aprendizaje se suele perder durante el verano, tendremos una idea de las posibles implicancias del cierre de las escuelas. Incluso una vez que las escuelas hayan reabierto, la contracci¨®n econ¨®mica provocada por las medidas para contener la pandemia exacerbar¨¢ los da?os causados en materia educativa.
P. ?En qu¨¦ medida esto es diferente en Am¨¦rica Latina de otras regiones?
R. Las p¨¦rdidas educativas se ver¨¢n en todo el planeta; por eso algunos pa¨ªses han comenzado a reabrir las escuelas, a menudo empezando por los estudiantes con m¨¢s desventajas. Pero hay dos factores muy problem¨¢ticos en Am¨¦rica Latina: ya antes de la crisis la regi¨®n enfrentaba una crisis educativa, con muy altos niveles de pobreza de aprendizaje e inequidades persistentes; y en segundo lugar el nivel de conectividad, que si bien es superior al de otras regiones, estaba por debajo de la media. Esto significa que alrededor del 50% de los estudiantes no pod¨ªa leer de manera apropiada a la edad de 10 a?os, y que, en un contexto donde menos del 60% de las personas usa Internet, sobre todo en los sectores con m¨¢s desventajas, los riesgos del aprendizaje son particularmente elevados.
P. ?Cree que las deserciones van a ser un problema?
R. S¨ª, otro riesgo es que veremos muchos m¨¢s j¨®venes abandonando la escuela. Por tres motivos: primero, porque durante este per¨ªodo de escuelas cerradas la relaci¨®n entre los educadores y los estudiantes se vuelve m¨¢s d¨¦bil. Es por lo tanto m¨¢s f¨¢cil perder ni?os: no todos se conectan como deber¨ªan, asumiendo que tienen acceso a educaci¨®n remota; muchos de ellos ni siquiera tienen esa posibilidad. Un segundo punto es que si hay p¨¦rdidas educativas importantes, existe el riesgo de deserciones apenas las escuelas reabran. Y en tercer lugar este riesgo se va a ver exacerbado por la crisis econ¨®mica, que puede llevar a muchas familias a retirar a sus hijos de la escuela. Todos estos factores son especialmente serios en Am¨¦rica Latina por la situaci¨®n preexistente y por la esperada severidad de la crisis econ¨®mica.
P. ?C¨®mo est¨¢ ayudando el Banco Mundial a mitigar estos impactos?
R. Nuestra respuesta, y la de los Gobiernos, est¨¢ enfocada en tres fases principales. En este momento estamos haciendo frente a la crisis, que es la fase uno. Esto es, estamos ayudando a los Gobiernos a montar sistemas efectivos de educaci¨®n a distancia. Ah¨ª es donde pusimos nuestro mayor esfuerzo hasta ahora, y los pa¨ªses se est¨¢n mostrando a la altura del desaf¨ªo. Est¨¢n siendo proactivos e innovadores, y muy abiertos a compartir e intercambiar experiencias y buenas pr¨¢cticas entre ellos. Los Gobiernos tambi¨¦n avanzaron con opciones educativas de menor tecnolog¨ªa, como la televisi¨®n o la radio, para mejorar el acceso remoto a la educaci¨®n por parte de las familias sin conectividad.
La segunda fase tendr¨¢ lugar cuando las escuelas reabran. Ser¨¢ la fase de recuperaci¨®n y manejo de la continuidad del aprendizaje, y los desaf¨ªos ser¨¢n numerosos. Ser¨¢ importante dise?ar e implementar protocolos para la reapertura segura de escuelas, as¨ª como mitigar las p¨¦rdidas de aprendizaje con programas de recuperaci¨®n educativa y otras medidas acad¨¦micas y pedag¨®gicas. Debemos poder entrenar y redesplegar maestros y asegurarnos de que puedan asistir a los m¨¢s vulnerables y a aquellos que m¨¢s han sufrido. Y debemos contar con sistemas de alerta temprana para monitorear a aquellos j¨®venes en riesgo de desertar y evitar perderlos. La asistencia t¨¦cnica y operativa para esta segunda fase ya est¨¢ encaminada, ya que los pa¨ªses necesitan actuar r¨¢pidamente para mitigar los costos en los resultados educativos.
P. Mencion¨® tres fases. ?Cu¨¢l ser¨ªa la ¨²ltima, a medida que avanzamos?
R. La tercera ser¨¢ la fase de mejoramiento de la educaci¨®n y lo que vemos como una luz de esperanza luego de la crisis. Hemos encuadrado nuestra respuesta en estas tres fases, que se superponen. En la tercera fase tenemos la posibilidad de construir mejor que antes. Ser¨¢ prioritario sostener y avanzar a partir de las innovaciones desarrolladas en las dos etapas anteriores. Esto implica, por ejemplo, expandir la educaci¨®n a zonas que en el pasado hab¨ªan sido desatendidas mediante educaci¨®n remota y mejorar la educaci¨®n asistida para ense?ar en un nivel m¨¢s alto. Tambi¨¦n deberemos construir mejor en t¨¦rminos de reformas estructurales, a¨²n cuando tememos que la crisis a mediano y largo plazo ser¨¢ honda y buena parte de los fondos p¨²blicos ser¨¢n redirigidos para atender las urgencias sociales y econ¨®micas. Esto se traduce por ejemplo en una simplificaci¨®n de los curr¨ªculos escolares y en un despliegue m¨¢s efectivo de maestros.
Estas reformas han sido postergadas y ahora las podemos implementar. M¨¢s a¨²n, hemos descubierto en esta crisis lo dif¨ªcil que es ser maestro y que los padres juegan un rol crucial en el apoyo a la educaci¨®n de sus hijos. Esto debe ser apreciado y recompensado. Y finalmente, hay ahora una linda din¨¢mica entre los pa¨ªses de Am¨¦rica Latina de compartir sus experiencias en el sector educativo. Espero que esa colaboraci¨®n contin¨²e para que en el futuro podamos hacer las cosas mejor. Am¨¦rica Latina debe aprovechar estas oportunidades, que se complementan unas a otras, y construir sistemas educativos mejores de los que ten¨ªamos.
Francisco Seminario es comunicador del Banco Mundial.
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