Cuatro meses, cuatro pa¨ªses, cuatro respuestas
El virus empuja a 25 millones de personas de Argentina, Brasil, M¨¦xico y Colombia a la pobreza
La covid-19 ha causado estragos en Am¨¦rica Latina, tanto desde el punto de vista sanitario como econ¨®mico y social. Con 6,5 millones de casos diagnosticados (y cinco de sus pa¨ªses entre los diez con niveles m¨¢s altos del mundo), una ca¨ªda del PIB proyectada en m¨¢s del 9% para 2020 y m¨¢s de 160 millones de ni?os y j¨®venes afectados por el cierre de escuelas y universidades, la regi¨®n se encuentra entre las m¨¢s golpeadas en m¨²ltiples frentes simult¨¢neos. Es de esperar que este c¨²mulo de shocks negativos se traduzca en un aumento de la desigualdad y la pobreza. ?De qu¨¦ orden de magnitud estamos hablando? ?Qu¨¦ grupo de ingreso est¨¢ siendo m¨¢s afectado? ?Hasta qu¨¦ punto las medidas de mitigaci¨®n han podido contener el impacto?
Como a¨²n no se cuenta con informaci¨®n para hacer estos c¨¢lculos con precisi¨®n, los economistas recurrimos al uso de m¨¦todos cuantitativos que nos permitan estimarlos. Uno de estos m¨¦todos es el de microsimulaci¨®n: simular las posibles trayectorias de empleo e ingreso de individuos y hogares inducidas por el shock pand¨¦mico a partir de la informaci¨®n disponible en encuestas de hogares representativas. Este fue el m¨¦todo que utiliz¨® mi equipo en el Instituto de Compromiso con la Equidad para estimar el impacto potencial sobre la pobreza, la desigualdad y las clases medias en Argentina (zonas urbanas), Brasil, Colombia y M¨¦xico. Y los resultados revelan varios aspectos interesantes.
En primer lugar, el impacto potencial de la ca¨ªda en el nivel de actividad sobre la pobreza es muy significativo: para los cuatro pa¨ªses juntos citados, habr¨ªa algo m¨¢s de 25 millones de pobres adicionales (con 12 millones de estos nuevos pobres en Brasil) sobre las l¨ªneas de pobreza nacionales de cada pa¨ªs. Estos resultados son considerablemente m¨¢s altos que los reportados por otros estudios. ?C¨®mo se explica esta diferencia? Se explica porque algunos de los trabajos existentes suponen que la distribuci¨®n del ingreso no cambia durante el shock de la pandemia. En estos ejercicios, todos los individuos pierden lo mismo en t¨¦rminos proporcionales; un supuesto que, dadas las caracter¨ªsticas del shock, no puede ser correcto. De hecho, nuestras simulaciones indican que el coeficiente de Gini ¡ªel indicador m¨¢s recurrido para medir la desigualdad¡ª puede crecer entre dos y cuatro puntos porcentuales.
El grupo de ingreso m¨¢s afectado no es la poblaci¨®n m¨¢s pobre. Los que m¨¢s pierden son los pobres moderados y grupos medios. Los m¨¢s pobres pierden relativamente menos gracias a los programas de transferencias monetarias introducidos en las dos ¨²ltimas d¨¦cadas. Estas transferencias constituyen un suelo de ingreso que antes de que se lanzaran la Asignaci¨®n Universal por hijo en Argentina, Bolsa Familia en Brasil, Familias en Acci¨®n en Colombia y Progresa en M¨¦xico, la poblaci¨®n pobre de la regi¨®n no dispon¨ªa. Claro que ¡ªen t¨¦rminos absolutos¡ª cualquier p¨¦rdida de ingreso para la poblaci¨®n pobre puede ser devastadora mientras que los sectores medios ¡ªse espera¡ª cuentan con un mayor n¨²mero de mecanismos para protegerse. Los grupos de mayores ingresos pierden menos porque, por el tipo de ocupaci¨®n, pueden continuar trabajando de manera remota.
Para proteger a la poblaci¨®n de la crisis ocasionada por la pandemia y las medidas de confinamiento, los Gobiernos de Brasil y Argentina, sobre todo, y ¡ªen menor grado¡ª el de Colombia, expandieron los programas de transferencias existentes y lanzaron nuevos esquemas. En el caso de Brasil, el pa¨ªs m¨¢s poblado de la regi¨®n, el Ejecutivo ha invertido cerca del 2% del PIB en el programa de Auxilio Emergencial, el mismo que beneficia a m¨¢s de 50 millones de personas con una transferencia de 107 d¨®lares mensuales durante cinco meses. Las medidas han sido tan contundentes que la incidencia de la pobreza se estima que incluso pudiera ser menor que antes de la pandemia. En Argentina se ha invertido m¨¢s del 1% del PIB en el Ingreso Familiar de Emergencia para beneficiar a unos nueve millones de personas con una transferencia de m¨¢s de 148 d¨®lares mensuales por tres meses. Con estas medidas se ha reducido el n¨²mero de nuevos pobres a la mitad de lo que podr¨ªa haber sido sin dichas medidas. En Colombia, el gasto adicional es de solamente poco m¨¢s del 0,3% del PIB y el efecto mitigador es peque?o.
Destaca el caso de M¨¦xico, donde realmente no se introdujo ninguna medida de mitigaci¨®n: el Gobierno solamente adelant¨® dos meses de pagos de un par de sus programas. De hecho, las proyecciones para M¨¦xico indican que el n¨²mero de nuevos pobres puede ser de alrededor de 10 millones de personas. Parad¨®jica situaci¨®n para un pa¨ªs donde el lema de su presidente, Andr¨¦s Manuel L¨®pez Obrador, es ¡°primero los pobres¡±.
Nora Lustig es profesora Samuel Z. Stone de Econom¨ªa Latinoamericana en la Universidad de Tulane (Nueva Orleans).
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