Guyana: el ¨²ltimo milagro petrolero
La econom¨ªa del peque?o pa¨ªs sudamericano ser¨¢ la ¨²nica de la regi¨®n que esquive la recesi¨®n gracias a sus ricos yacimientos
El crudo empez¨® a brotar en Guyana el 20 de diciembre del a?o pasado, cambiando por completo el horizonte econ¨®mico en una de las naciones m¨¢s pobres de Am¨¦rica del Sur. Nueve meses despu¨¦s, este peque?o pa¨ªs de apenas 700.000 habitantes, ba?ado por el oc¨¦ano Atl¨¢ntico y enclavado entre Venezuela, Brasil y Surinam atraviesa el mejor pasaje econ¨®mico de su historia en el momento m¨¢s extra?o posible: en plena pandemia global, mientras Am¨¦rica Latina y el Caribe pasan sus d¨ªas m¨¢s amargos con el crudo en un brete.
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Guyana sigue otro ritmo. Ha tomado el ¨²ltimo tren petrolero y no parece que le vaya a ir mal, al menos a corto plazo: ser¨¢ el ¨²nico pa¨ªs de la regi¨®n que esquivar¨¢ la recesi¨®n este 2020. La culpa de este milagro a destiempo la tienen 18 yacimientos descubiertos desde que en 2008 un consorcio liderado por las estadounidenses ExxonMobil y Hess en colaboraci¨®n con la china CNOOC iniciase las primeras prospecciones en el bloque Starbroek, casi 200 kil¨®metros mar adentro. Doce a?os despu¨¦s, los bombeos ya est¨¢n por encima de los 120.000 barriles por d¨ªa y deber¨ªan superar los 700.000 a mediados de esta pr¨®xima d¨¦cada, igualando la marca de pa¨ªses como Argentina o Malasia.
El FMI se descolg¨® de previsiones aciagas a finales de 2019, justo antes de que comenzase la explotaci¨®n del crudo, con una cifra que sorprendi¨®: Guyana, dec¨ªa, crecer¨ªa un 86% en 2020. Casi un a?o despu¨¦s esa cifra ha ca¨ªdo con fuerza, hasta el entorno 50%. La pandemia tambi¨¦n ha pasado factura all¨ª, pero la realidad sigue siendo mucho m¨¢s dulce que en pr¨¢cticamente cualquier otro rinc¨®n del planeta: de mantenerse esa previsi¨®n, la econom¨ªa guyanesa duplicar¨ªa su tama?o en solo 24 meses. Un dato permite poner en perspectiva el tama?o de semejante avance: ¨²nicamente en dos de los ¨²ltimos 70 a?os (1964 y 1965) el pa¨ªs sudamericano logr¨® crecer a doble d¨ªgito y desde 2013 no ha superado el 5%.
Es, como apunta William Clavijo, de la Universidad Federal de R¨ªo de Janeiro, en una de las poqu¨ªsimas investigaciones acad¨¦micas escritas sobre el boom guyan¨¦s, ¡°una oportunidad ¨²nica para su desarrollo econ¨®mico¡±. Y, sin embargo, el pa¨ªs, asolado por un pesado historial de corrupci¨®n, a¨²n tiene por delante el desaf¨ªo de aprovecharla. Es una aut¨¦ntica carrera a contrarreloj: exprimir todo lo posible la gallina de los huevos de oro antes del declive definitivo del petr¨®leo, que muchos sit¨²an antes del ecuador de este siglo. ¡°Guyana debe saber gestionar estos nuevos ingresos para evitar distorsiones macroecon¨®micas como una apreciaci¨®n del tipo de cambio real que erosione su competitividad y expulse la inversi¨®n privada¡±, apuntan los t¨¦cnicos de la Cepal.
El incipiente auge ya est¨¢ dando sus frutos. En forma de potente inyecci¨®n de recursos fiscales: casi el 15% de los ingresos procedentes del petr¨®leo ir¨¢n a parar a las arcas p¨²blicas, que solo en el primer trimestre del a?o recibieron m¨¢s de 4.000 millones de euros en royalties. Y en segundo, con dinero contante y sonante para la poblaci¨®n: para hacer frente a la pandemia de la covid-19, el nuevo Ejecutivo del izquierdista PPP ha puesto en marcha un bono asistencial de 100 d¨®lares (casi un tercio del salario m¨ªnimo) que habr¨ªa sido dif¨ªcilmente viable de no haberse hallado las bolsas de crudo.
Pero lo que verdaderamente esperan los guyaneses del petr¨®leo a¨²n est¨¢ por verse: una mejora de las infraestructuras en uno de los pa¨ªses peor dotados de la regi¨®n y, sobre todo, m¨¢s empleo. ¡°Es muy dif¨ªcil encontrar trabajo, para los hombres sobre todo¡±, dice Yancie Harry, de 56 a?os, que hizo familia en Venezuela y regres¨® con parte de sus hijos en la estampida de migrantes que ha generado la crisis de aquel pa¨ªs. Ahora vive de alquiler en la capital guyanesa, Georgetown, y dice que a su pa¨ªs le falta todo: en plena ciudad a¨²n tiene que cuidarse de los sapos y las serpientes. ¡°No tenemos Metro y, cuando vamos al m¨¦dico por algo complicado, el doctor tiene que llamar a otro en Miami (EE UU) o fuera del pa¨ªs para que le diga qu¨¦ hacer¡±. Su mayor preocupaci¨®n, que comparte con buena parte de sus compatriotas, es que sus hijos consigan trabajo. Pero el optimismo tambi¨¦n es patente. Si se cumple el guion, de la noche a la ma?ana el ¨²nico pa¨ªs angloparlante de Sudam¨¦rica pasar¨¢ de ser uno de los pa¨ªses m¨¢s pobres de Am¨¦rica del Sur al m¨¢s rico del ¨¢rea ¡ªy uno de los m¨¢s ricos del mundo¡ª en renta per c¨¢pita. Es, en fin, el nacimiento del quiz¨¢ ¨²ltimo petroestado del planeta.
Vuelta a casa
El ¨¦xodo de profesionales va camino de convertirse pronto en historia, y la posibilidad del retorno a casa empieza a flotar en el ambiente. Tambi¨¦n hay quienes han empezado a ofrecer servicios a los nuevos socios que prometen hacer despegar a Guayana en tiempos de petr¨®leo barato. Sunil Bhagwandin, de 48 a?os, est¨¢ expectante. Trabaja en una empresa de seguridad en Georgetown, pero tiene aspiraciones de tener un negocio propio. ¡°Estamos a punto de embarcarnos en una etapa de enorme crecimiento, algo que hemos esperado durante mucho tiempo. Pero si los recursos no se invierten de manera eficiente para estimularlo, es posible que tenga que decir todo lo contrario¡±, desliza.
El riesgo de caer contagiada por la llamada ¡°enfermedad holandesa¡± ¡ªque significar¨ªa que el furor del petr¨®leo destruir¨ªa otros motores de la econom¨ªa¡ª es bajo en el caso de Guyana, un pa¨ªs pobre, eminentemente agr¨ªcola y minero, en el que durante a?os no ha florecido ning¨²n otro sector. Y, sin embargo, el auge petrolero le sit¨²a abruptamente ante una encrucijada como la que atraves¨® hace d¨¦cadas su vecino al oeste, Venezuela, hoy sumida en un colapso tras mucho tiempo de dependencia total del crudo.
El paralelismo es tentador: en cuatro a?os el crudo pasar¨¢ de no tener ninguna relevancia en la econom¨ªa guyanesa a suponer el 40% del PIB. En la prensa local se ha hablado mucho de esto los ¨²ltimos meses: temen la maldici¨®n del crudo. No les falta motivos. El Gobierno se ha apresurado a decretar un D¨ªa Nacional del Petr¨®leo que celebrar¨¢n por primera vez este 20 de diciembre ¡ªpresumiblemente, a¨²n en plena pandemia¡ª cuando se cumpla el primer aniversario de la fecha en la que el crudo empez¨® a manar del yacimiento Liza.
Hay, sin embargo, motivos para pensar que se han aprendido las muchas lecciones disponibles en las ¨²ltimas d¨¦cadas: la mayor parte del dinero que salga del subsuelo mar¨ªtimo ir¨¢ a parar a un fondo soberano construido a la imagen y semejanza del noruego o del de Abu Dabi. Y las autoridades locales han insistido, una y otra vez, en que ¡°nadie quedar¨¢ atr¨¢s¡±. Solo el tiempo dir¨¢ si fueron promesas cumplidas.
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