Trump est¨¢ matando la econom¨ªa por rencor
Si pierde las elecciones, debe preocuparnos qu¨¦ va a hacer durante los dos meses y medio que dirigir¨¢ el pa¨ªs
El a?o pasado, Donald Trump acus¨® a Nancy Pelosi, presidenta de la C¨¢mara de Representantes, de ser ¡°una persona vengativa y horrible¡±. De hecho, Nancy no lo es, pero Trump, s¨ª. Su rencor empieza a convertirse en una de las principales preocupaciones a medida que se acercan las elecciones. Ya ha dado a entender que, si pierde, algo que parece cada vez m¨¢s probable, aunque no seguro, no aceptar¨¢ los resultados. Nadie sabe qu¨¦ caos, incluso violencia tal vez, puede desencadenar si las elecciones no salen como ¨¦l quiere.
No obstante, incluso dejando a un lado esa preocupaci¨®n, un Trump derrotado seguir¨ªa ocupando la presidencia durante dos meses y medio. ?Pasar¨ªa ese tiempo actuando de manera destructiva, veng¨¢ndose de Estados Unidos por haberle rechazado? Pues bien, el martes pasado tuvimos un adelanto de c¨®mo podr¨ªa ser el tiempo que le queda en la presidencia a un Trump que no sale reelegido. Ni siquiera ha perdido a¨²n, pero ya ha suspendido de sopet¨®n las conversaciones sobre un programa de ayudas econ¨®micas que los estadounidenses necesitan desesperadamente. Y su motivaci¨®n parece haber sido la pura venganza.
?Por qu¨¦ necesitamos las ayudas econ¨®micas? A pesar de varios meses de aumento del empleo, Estados Unidos solo se ha recuperado parcialmente de las horribles p¨¦rdidas de puestos de trabajo que padeci¨® en los primeros meses de la pandemia, y el ritmo de la recuperaci¨®n se ha ralentizado hasta avanzar a paso de tortuga. Todo indica que la econom¨ªa mantendr¨¢ su debilidad muchos meses, incluso a?os tal vez.
Dada esta sombr¨ªa realidad, la administraci¨®n federal deber¨ªa seguir proporcionando la clase de subsidios que ofreci¨® en los primeros meses de la crisis: prestaciones generosas a los parados y pr¨¦stamos que ayuden a las peque?as empresas a mantenerse a flote. De lo contrario, pronto habr¨¢ millones de familias incapaces de pagar el alquiler, y cientos de miles de empresas y¨¦ndose a pique.
Adem¨¢s, las administraciones estatales y locales ¨Ca las que, a diferencia de la administraci¨®n federal, se les exige en general mantener el equilibrio fiscal¨C se encuentran en situaciones presupuestarias desesperadas, porque la contracci¨®n causada por la pandemia ha reducido sus ingresos. Necesitan mucha ayuda, y ya, o se ver¨¢n obligadas a recortar sus plantillas y servicios. Ya hemos perdido unos 900.000 puestos de trabajo en la ense?anza local y estatal.
De modo que hay argumentos humanitarios de peso a favor de un gasto considerable en ayudas p¨²blicas: a no ser que la administraci¨®n federal d¨¦ un paso al frente, se producir¨¢ un sufrimiento enorme e innecesario. Tambi¨¦n hay argumentos macroecon¨®micos: si las familias se ven obligadas a disminuir el consumo, si las empresas se ven obligadas a cerrar y si las administraciones se ven obligadas a aplicar unos recortes de gasto extremos, el crecimiento de la econom¨ªa se ralentizar¨¢ e incluso podr¨ªamos volver a caer en la recesi¨®n.
Ya s¨¦, ya, los sospechosos de rigor dir¨¢n que las peticiones de ayuda econ¨®mica son otra manifestaci¨®n m¨¢s del progresismo partidario de un Gobierno fuerte. Pero las advertencias sobre los peligros de no ampliar las ayudas no proceden solo de los dem¨®cratas progresistas; las est¨¢n haciendo analistas de Wall Street y Jerome Powell, el presidente de la Reserva Federal.
Aun as¨ª, las negociaciones sobre los subsidios llevan meses paralizadas, a pesar de que la ayuda especial para desempleados y peque?as empresas ha expirado. El principal escollo ha sido, dir¨ªa yo, la rotunda negativa de los republicanos del Senado a considerar la concesi¨®n de ayudas a las administraciones; seguramente los dem¨®cratas habr¨ªan aceptado un acuerdo que incluyera ayudas significativas, aunque eso hubiese favorecido a Trump en el terreno pol¨ªtico.
Pero los republicanos han insistido ¡ªfalsamente¡ª en que el objetivo de todo esto es el de rescatar a Estados dem¨®cratas mal gestionados. Y Trump se hac¨ªa eco de esa falsedad el martes, cuando paraliz¨® las negociaciones afirmando que las propuestas de Pelosi no son m¨¢s que un rescate de ¡°estados dem¨®cratas mal gestionados y con una elevada tasa de delincuencia¡±.
La pregunta es por qu¨¦ ha decidido Trump rechazar la posibilidad de alcanzar un acuerdo a menos de un mes de las elecciones. No cabe duda de que es demasiado tarde para que la legislaci¨®n influya mucho en el estado de la econom¨ªa antes del 3 de noviembre, aunque un acuerdo podr¨ªa haber evitado algunos despidos en grandes empresas. Pero desde el punto de vista pol¨ªtico, a Trump le interesar¨ªa que al menos parezca que intenta ayudar a los estadounidenses en apuros. ?Por qu¨¦ ha escogido este preciso momento, entre todos los posibles, para torpedear la pol¨ªtica econ¨®mica?
Que yo sepa, nadie ha ofrecido una motivaci¨®n pol¨ªtica veros¨ªmil, ni indicado la manera en que negarse a intentar siquiera rescatar la econom¨ªa podr¨ªa mejorar las perspectivas de Trump. Lo que esto parece, m¨¢s bien, es rencor. No s¨¦ si Trump piensa que va a perder las elecciones. Pero ya act¨²a como un hombre profundamente amargado, que ataca a quienes, en su opini¨®n, lo han tratado de manera injusta, es decir, b¨¢sicamente todo el mundo. Y como de costumbre, reserva una furia especial contra las mujeres fuertes e inteligentes; el jueves pasado llam¨® ¡°monstruo¡± a Kamala Harris.
Alcanzar un acuerdo sobre un rescate habr¨ªa significado transigir con esa ¡°repugnante¡± mujer, Nancy Pelosi. Y da la impresi¨®n de que antes preferir¨ªa dejar la econom¨ªa reducida a cenizas. El problema es que, si se comporta as¨ª ahora, cuando todav¨ªa tiene alguna oportunidad de ganar, ?c¨®mo va a actuar si pierde?
La preocupaci¨®n m¨¢s inmediata es que se niegue a aceptar el resultado de las elecciones. Pero tambi¨¦n deber¨ªa preocuparnos qu¨¦ ocurrir¨¢ despu¨¦s, si se ve obligado a aceptar la voluntad de los ciudadanos, pero sigue dirigiendo el pa¨ªs. Trump siempre ha sido rencoroso; ?qu¨¦ har¨¢ cuando no le quede m¨¢s que el rencor?
Paul Krugman es premio Nobel de Econom¨ªa. ? The New York Times, 2020. Traducci¨®n de News Clips
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.