Muchas dudas y m¨¢s impuestos
Las cuentas del Gobierno enviadas a Bruselas recogen 7.000 millones extra de recaudaci¨®n para el pr¨®ximo a?o, de los que una parte corresponden a impuestos a¨²n desconocidos
El esperado Plan Presupuestario del Reino de Espa?a para 2021, que el Gobierno remiti¨® a Bruselas la pasada semana, nos ha permitido constatar las previsiones de crecimiento econ¨®mico para el pr¨®ximo a?o de m¨¢s del 7,2%, que por otra parte son la mayor garant¨ªa de una recaudaci¨®n tributaria que nos permita acercarnos en un futuro no demasiado lejano a la nunca alcanzada obligaci¨®n de llegar al equilibrio p...
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El esperado Plan Presupuestario del Reino de Espa?a para 2021, que el Gobierno remiti¨® a Bruselas la pasada semana, nos ha permitido constatar las previsiones de crecimiento econ¨®mico para el pr¨®ximo a?o de m¨¢s del 7,2%, que por otra parte son la mayor garant¨ªa de una recaudaci¨®n tributaria que nos permita acercarnos en un futuro no demasiado lejano a la nunca alcanzada obligaci¨®n de llegar al equilibrio presupuestario que propugna el art¨ªculo 135 de la Constituci¨®n.
En ese mismo lado, el de los ingresos, tambi¨¦n constatamos los primeros 27.000 millones del Plan Next Generation EU que formar¨¢n parte de los Presupuestos Generales del Estado de este a?o, y que por s¨ª solos ya superan en casi un cincuenta por cierto los fondos europeos que como pa¨ªs hemos ejecutado desde 2014, convirti¨¦ndose ¨Dsu aplicaci¨®n¨D en el verdadero reto que tendremos que atender para poder sumar, gracias a ellos, otros 2,6 puntos de PIB, y convertir a estos Presupuestos en los m¨¢s expansivos de nuestra historia.
Pero a apenas unas semanas de que el Proyecto de Ley de Presupuestos entre en el Congreso, el Plan Presupuestario mantiene muchas inc¨®gnitas que se ir¨¢n desgranando en los pr¨®ximos Consejos de Ministros y que a buen seguro depender¨¢ de las negociaciones con los grupos parlamentarios.
Solo sabemos que los ingresos crecer¨¢n un total de 33.500 millones de euros por el rebote en parte de la econom¨ªa ¨Da reserva de nuevos brotes¨D de los que casi 7.000 obedecer¨¢n a subidas de impuestos.
De esa cantidad, unos 1.800 millones ¨Dcifra excesivamente posibilista¨D se corresponden con el establecimiento de dos impuestos ya aprobados y publicados en el BOE, el digital y el que recae sobre transacciones financieras, que nacen heridos, por la falta de acuerdo en la OCDE y las amenazas arancelarias en el primero, y por las distorsiones econ¨®micas que el segundo puede causar y que cada mes, en los m¨¢rgenes del Ecofin, se discute por los ministros que forman parte de un procedimiento de cooperaci¨®n reforzada que apenas avanza desde hace ya demasiados a?os.
Otros 1.800 con la fiscalidad verde, de la que solo se confirma, en el Plan Presupuestario, la futura aprobaci¨®n del impuesto sobre envases pl¨¢sticos de un solo uso. A ellos parece que acompa?ar¨¢ una gradual aproximaci¨®n de la fiscalidad del gas¨®leo y la gasolina, que podr¨ªa aportar m¨¢s de 250 por cada c¨¦ntimo de subida de los impuestos del primero, al tiempo que se dice mejorar la calidad del aire. Entiendo que, si no queremos vernos rodeados de chalecos amarillos, esta subida ser¨¢ de apenas tres c¨¦ntimos de los trece que separan ambos carburantes, y que el resto de esta nueva fiscalidad vendr¨¢ de la mano de otros recursos sobre residuos, vertidos o emisiones, que, por otra parte, obligar¨¢n a compensar a las comunidades aut¨®nomas que ya han ocupado este espacio fiscal con sus tributos propios.
Un tercer bloque se corresponde con los ingresos que resultar¨¢n de los instrumentos normativos para la lucha contra el fraude. Desde esta semana el Congreso ya est¨¢ discutiendo un conjunto de medidas cuya valoraci¨®n debe ser positiva como la reducci¨®n del uso de efectivo, la reducci¨®n de recargos y sanciones por regularizaciones voluntarias o extempor¨¢neas o la sanci¨®n al software de doble uso. A ellos se une la utilizaci¨®n del valor de referencia de mercado fijado por el catastro como base imponible de los impuestos patrimoniales que gravan los inmuebles, que, al tiempo de vaciar de litigios las actuaciones de las administraciones auton¨®micas, les servir¨¢ como elemento determinante para incrementar la recaudaci¨®n de sus impuestos.
Pero de todo el plan, lo m¨¢s llamativo es que una tercera parte de la subida impositiva se esconde bajo la gen¨¦rica referencia al ¡°impacto por las medidas en el ¨¢mbito de la imposici¨®n directa e indirecta¡±, que es tanto como pedir que estemos atentos a que impuestos subir¨¢n cuando lo decida y acuerde el Gobierno con quien corresponda. En este paquete parecen incluirse una subida para los mal llamados ricos, v¨ªa tipos y minoraci¨®n de las aportaciones a planes de pensiones, desalentadoras del talento y del ahorro, o alg¨²n ajuste en materia del impuesto sobre sociedades, que ahora lo que necesitar¨ªa es de estabilidad para no ahuyentar el emprendimiento. Del lado del IVA, adem¨¢s de la normalizaci¨®n del tipo de bebidas azucaradas y edulcoradas, en que se trabaja desde hace a?os, el resto de informaciones publicadas en prensa, como las referidas a actividades sanitarias o educativas privadas, no deber¨ªan incluirse en Presupuestos de forma precipitada, pues su efecto neteado con el incremento de gasto p¨²blico podr¨ªa darnos resultados muy negativos. Es por ello, por lo que las medidas de este bloque requer¨ªan, a mi juicio, una profunda reflexi¨®n y consenso colectivo, pues deben sentar parte del futuro de nuestra fiscalidad.
Alberto Garc¨ªa Valera es socio director de EY en Andaluc¨ªa y exdirector general de Tributos del Ministerio de Hacienda.