Cheques, pr¨¦stamos y monta?as de deuda: el a?o del salvavidas p¨²blico
Gobiernos y bancos centrales han dedicado m¨¢s de 20 billones de euros a atajar la pandemia, una cifra nunca antes vista
Una imagen de la Estatua de la Libertad, el nombre del presidente Donald J. Trump en la esquina inferior izquierda, y sobre ¨¦l, tres palabras: economic impact payment. 70 millones de cheques como ese empezaron a viajar en abril desde el Tesoro norteamericano a manos de particulares. Cada adulto con ingresos anuales inferiores a 75.000 d¨®lares recibi¨® 1.200 d¨®lares, con un extra de 500 por cada hijo. Fue el primer vuelo del helic¨®ptero monetario del que hablaba Milton Friedman en Paradojas del dinero (Grijalbo), pero no el ¨²ltimo. A pocos d¨ªas de acabar el a?o, el Congreso y el Senado de EE UU han aprobado otro est¨ªmulo p¨²blico con cheque incluido, esta vez de la mitad, 600 d¨®lares, y algo m¨¢s por cada hijo, otros 600. El objetivo es claro: dar ox¨ªgeno a las asfixiadas econom¨ªas familiares por la pandemia y reanimar el consumo.
La ayuda directa de la Administraci¨®n estadounidense al ciudadano es el ejemplo m¨¢s evidente de un fen¨®meno global: el del salvavidas p¨²blico contra la pandemia. El escudo tiene otras capas. Desde moratorias en el pago de hipotecas o impuestos, avales, ERTEs, ayudas a empresas y aut¨®nomos o compras de deuda por parte de los bancos centrales.
Las cifras son mareantes, hasta el punto de resultar dif¨ªcilmente asimilables. A fecha de 11 de septiembre, el Fondo Monetario Internacional calculaba que los Gobiernos hab¨ªan desplegado 12 billones de d¨®lares ¡ªdesde entonces ha habido nuevas inyecciones¡ª, y los bancos centrales 7,5 billones ¡ªliderados por la FED, el BCE, el Banco de Jap¨®n y el de Inglaterra¡ª para un esfuerzo reconstructor del tejido productivo que no se ve¨ªa desde la Segunda Guerra Mundial. Un estudio de la consultora McKinsey estima que contando solo el capital desembolsado por los pa¨ªses de Europa occidental, el montante supone 30 veces el Plan Marshall. Entonces era m¨¢s visible por d¨®nde empezar: hab¨ªa toneladas de ruinas. Ahora, las estructuras est¨¢n en pie, pero en muchos casos vac¨ªas y con el candado echado o por echar.
Las sucesivas ampliaciones de los planes de est¨ªmulo para proteger a los trabajadores, salvar empresas o respaldar el sistema sanitario en todo el mundo vuelven una tarea compleja calcular su total. Estados Unidos empez¨® con 2,2 billones de d¨®lares en abril, ese mismo mes lo ampli¨® en otros 500.000 millones, y si un veto de Donald Trump no lo evita, pronto lanzar¨¢ un tercero de 900.000 millones. A ello hay que sumar los cuatro billones de liquidez que, seg¨²n algunas estimaciones, ha inyectado la Reserva Federal.
EE UU ha sido el que m¨¢s ha recurrido a las ayudas directas, pero fuera de la mayor econom¨ªa del planeta la actividad tambi¨¦n ha sido fren¨¦tica. Jap¨®n sum¨® 2,2 billones en sendos paquetes aprobados en abril y mayo, a los que ha a?adido 708.000 millones a comienzos de diciembre. El plan de recuperaci¨®n de la UE, que por primera vez emitir¨¢ deuda com¨²n, contar¨¢ con 750.000 millones, y el BCE comprar¨¢ deuda por 1,85 billones. Varios programas nacionales tambi¨¦n tienen entidad: el alem¨¢n suma 1,3 billones entre pagos directos y sobre todo garant¨ªas, el de la India supera los 300.000 millones, y el franc¨¦s 100.000 millones en subsidios, rebajas de impuestos e inversiones. ¡°Estas ayudas han salvado vidas y medios de subsistencia. Pero son costosas y, combinadas con la fuerte ca¨ªda de la recaudaci¨®n tributaria a ra¨ªz de la recesi¨®n, han empujado a la deuda p¨²blica mundial a un m¨¢ximo sin precedentes que ronda el 100% del PIB¡±, advierte el Fondo Monetario Internacional.
Pese a su enorme cuant¨ªa, una de las sorpresas ha sido la extra?a unanimidad que ha rodeado los desembolsos. Una armon¨ªa que ni mucho menos existi¨® durante la Gran Recesi¨®n, cuando los pa¨ªses del Sur discut¨ªan la austeridad impuesta desde el Norte de Europa, y halcones y palomas chocaban en pol¨ªtica monetaria, con Berl¨ªn culpando directamente al Banco Central Europeo de expropiar a los ahorradores alemanes y alentar el auge de los partidos populistas por su pol¨ªtica de bajos tipos de inter¨¦s.
¡°Hemos aprendido de los errores del pasado y ahora hay consenso en torno a que el riesgo de hacer demasiado poco es mucho peor que el de hacer demasiado. Obviamente, esto tiene un coste en t¨¦rminos de d¨¦ficit y deuda con cuyos efectos habr¨¢ que lidiar, pero la alternativa de no apoyar la econom¨ªa era mucho peor dada la magnitud del colapso y el tipo de shock externo que la pandemia representa¡±, explica ?ngel Talavera, jefe de Econom¨ªa Europea de Oxford Economics.
El FMI calcula que en total los Gobiernos han movilizado recursos equivalentes al 12% del PIB mundial: la mitad en gasto adicional o recortes fiscales temporales, y la otra mitad en apoyos de liquidez, incluidos pr¨¦stamos ¡ªcomo los lanzados por el Instituto de Cr¨¦dito Oficial en Espa?a¡ª, garant¨ªas e inyecciones de capital. Seg¨²n McKinsey, Alemania, Jap¨®n, Francia, Reino Unido y EE UU son, por ese orden, los que han dedicado una mayor porci¨®n del PIB al combate de los efectos econ¨®micos de la pandemia si se tienen en cuenta todos los instrumentos financieros y no solo los pagos directos. El Gobierno germano ha aprovechado la suspensi¨®n de las reglas fiscales europeas y su amplio margen de endeudamiento para cubrir hasta el 70% de los costes fijos de las empresas m¨¢s azotadas por la crisis (el 90% en el caso de las peque?as firmas).
Por citar algunos casos en solo uno de los sectores golpeados, el a¨¦reo, Francia y Holanda utilizaron 10.000 millones de euros de fondos p¨²blicos para salvar del colapso a Air France-KLM, Alemania sali¨® al rescate de Lufthansa con un paquete de ayudas de 9.000 millones y Estados Unidos proporcion¨® una l¨ªnea de pr¨¦stamos a Boeing de 17.000 millones de d¨®lares.
Con la campa?a de vacunaci¨®n ya iniciada en un pu?ado de pa¨ªses, ?no ha llegado la hora de retirar los est¨ªmulos? ¡°El hecho de que las vacunas est¨¦n a la vista no sugiere que sea el momento de reducir el apoyo, lo que ya se hizo demasiado pronto despu¨¦s de la crisis financiera mundial. M¨¢s bien confirma que las pol¨ªticas sanitarias y econ¨®micas deben ir de la mano¡±, afirma la OCDE. ?Y no hay riesgo de que el empacho de deuda sea indigesto? ¡°El amplio apoyo fiscal est¨¢ llevando los niveles de deuda p¨²blica a niveles r¨¦cord, pero el coste de la deuda se encuentra en m¨ªnimos hist¨®ricos¡±, a?ade el organismo..
Talavera cree que es pronto para conocer el impacto real de los est¨ªmulos, pero cree que el tratamiento es efectivo. ¡°Aunque necesitaremos a?os para saber las consecuencias, una pol¨ªtica expansiva ante un shock de este tipo puede limitar el da?o a largo plazo y la extensi¨®n de la crisis, y soy bastante m¨¢s optimista que con la crisis financiera, cuando Espa?a tard¨® casi diez a?os en recuperar el nivel de PIB previo¡±. Ahora, las perspectivas del Banco de Espa?a sit¨²an a mediados de 2023 ese momento, un total de tres a?os de traves¨ªa del desierto.
Las comparaciones con la crisis financiera se han vuelto recurrentes, algo normal si se tiene en cuenta que ha sido el mayor trauma econ¨®mico en lo que va de siglo. Esta vez, tanto el golpe como la cicatrizaci¨®n aspiran a ser m¨¢s potentes y fugaces. El PIB se redujo un 15% en la zona euro durante el primer semestre de 2020, triplicando la ca¨ªda que experiment¨® en los dos peores trimestres de la crisis financiera, pero a rengl¨®n seguido recuper¨® un 12,6%, se?al de que la r¨¢pida respuesta p¨²blica est¨¢ funcionando. El impacto, sin embargo, ha sido desigual, mientras que en Alemania la renta real de los hogares retrocedi¨® en torno a un 1% interanual en los primeros seis meses, en Espa?a e Italia la contracci¨®n fue m¨¢s severa, del 8% y el 7% respectivamente, seg¨²n el Banco de Espa?a.
Para atenuar la embestida del virus, la disciplina fiscal ha dejado de ser una virtud: los d¨¦ficits p¨²blicos se disparar¨¢n al entorno del 12,7%, seg¨²n el FMI, con pa¨ªses como Canad¨¢ pasando del 1,7% al 17% o EE UU llev¨¢ndolo hasta el 14,9%, por encima de los tres billones de d¨®lares. Y creciendo. Los nuevos cheques del Tesoro est¨¢n a punto de entrar a la imprenta. Si Trump lo permite. El presidente saliente considera ¡°rid¨ªculamente baja¡± su cuant¨ªa de 600 d¨®lares y apuesta por regar a cada estadounidense con un fajo de billetes de m¨¢s grosor, concretamente de 2.000 d¨®lares.
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