Un ¡®commendatore¡¯ para la corte francesa del motor

En septiembre pasado, durante el ¨²ltimo Sal¨®n de Fr¨¢ncfort, Seat ofrec¨ªa un regalo a los visitantes a su expositor: una bolsa de tela con un mensaje a escoger entre unos cuantos que era serigrafiado al momento. La mayor¨ªa eran sumamente formales, lo habitual en una industria muy dada al espect¨¢culo pero nada a la estridencia. Excepto uno. ¡°Move your ass¡± [Mueve el culo], dec¨ªa. Para nada sonaba a premonitorio, pero s¨ª hac¨ªa pensar que la compa?¨ªa espa?ola del grupo alem¨¢n ha interiorizado que quiere ser una marca de fiar a la par que fresca y desinhibida. Un poco a imagen y semejanza de su actual presidente, Luca de Meo (Mil¨¢n, 1967).

Porque el hombre al que pretende ahora fichar Renault para ocupar su presidencia es un curtido pero joven ejecutivo de la industria del autom¨®vil, especialista en marketing, con elegancia made in Italy y al¨¦rgico al tradicional traje que viste a esta industria. Tan diferente y a la vez tan similar a sus colegas en sus ambiciones: se plantea dejar una empresa que vende medio mill¨®n de veh¨ªculos al a?o para presidir Renault, un fabricante ocho veces mayor que lucha por el cetro mundial en su alianza con Nissan y Mitsubishi. La multinacional quiere dejar definitivamente atr¨¢s la etapa de Carlos Ghosn, ahora protagonista de un culebr¨®n seguido por medio mundo tras su rocambolesca huida de Jap¨®n para eludir la justicia acusado de fraude fiscal.

De dar definitivamente el paso y aceptar el cargo, Luca de Meo entrar¨ªa directamente en la corte francesa de la automoci¨®n, con un puesto asegurado en la mesa presidencial del sector a escala mundial, donde compartir¨ªa mantel con su hasta ahora jefe en el Grupo Volkswagen, Herbert Diess junto a los Uchiyamada (Toyota), Barra (General Motors) y Tavares (PSA) de turno, la escasa aristocracia que conforman los grandes de verdad.

De Meo, designado hace un a?o presidente en Espa?a por Volskwagen, estaba encantado con su destino en Barcelona y ten¨ªa asumido su nuevo papel como l¨ªder del sector nacional. En diciembre iba a ser nombrado presidente de Anfac, la patronal espa?ola de marcas, y se hab¨ªa enrolado en la ejecutiva del prestigioso C¨ªrculo de Econom¨ªa. Y eso que asume su papel de expatriado con total normalidad y con una frase que ha hecho popular cada vez que quiere opinar sobre un asunto interno: ¡°Yo, que soy el guiri...¡± Pero al final este graduado en Administraci¨®n de Empresas por la Universit¨¤ Commerciale Luigi Bocconi de Mil¨¢n con 20 a?os de experiencia en el sector no se ha podido resistir ¡ªal menos a negociar¡ª al caramelito que le pon¨ªan en las manos: asumir la gesti¨®n de Renault en un momento en el que parece decidido que su alianza con Nissan y Mitsubishi solo puede intensificarse.

Sus tareas no son f¨¢ciles. No llegar¨ªa en el mejor momento para el grupo franc¨¦s, tocado todav¨ªa por el virus Ghosn tras la rocambolesca huida del exejecutivo de Jap¨®n y con la compa?¨ªa lanzando profit warnings porque sus resultados no ser¨¢n tan buenos como los previstos. Pero se le presupone capacidad para reorientar rumbos y, sobre todo, para reposicionar marcas por su pasado en Renault (donde empez¨®), Toyota, Fiat, Audi y Seat. Y una capacidad innata para negociar, cuesti¨®n imprescindible para tratar con el Estado franc¨¦s (accionista con el 15% de Renault) y para intentar acercar posiciones con los accionistas de Nissan.

Las cinco lenguas que habla (italiano, franc¨¦s, alem¨¢n, ingl¨¦s y espa?ol) le ayudar¨¢n, aunque personas que le conocen aseguran que la decisi¨®n tardar¨¢: depende no solo de que la compa?¨ªa ¡ªy el Estado franc¨¦s¡ª d¨¦ el visto bueno, tambi¨¦n de las posibles incompatibilidades que pueda presentar su actual contrato para pasarse a la competencia. ¡°?l mismo admite que va para largo¡±, afirma una persona que lo trata.

De Meo dejar¨ªa a Seat en su mejor momento. La compa?¨ªa espa?ola no solo ha vuelto a los beneficios, sino que gana m¨¢s dinero que nunca, aunque ¨¦l mismo asum¨ªa que tras ese resultado estaba el trabajo de sus dos predecesores: sobre todo J¨¹rgen Stackman, pero tambi¨¦n James Muir. Los frutos de su trabajo son, quiz¨¢, m¨¢s intangibles. El ejecutivo milan¨¦s lo resum¨ªa as¨ª a EL PA?S en septiembre pasado: ¡°Hay un rollo muy positivo en torno a la marca¡±. Quiz¨¢s eso explica el pesimismo existente en las ¨²ltimas semanas en la sede de la compa?¨ªa, conscientes de que pueden perder a un tipo afable que ha aportado simpat¨ªa ¡ªy protagonismo¡ª a una marca que nunca antes hab¨ªa logrado sacar la cabeza del Grupo Volkswagen, m¨¢s acostumbrada a escuchar amenazas del tipo ¡°es la ¨²ltima oportunidad¡± que a contar con encargos estrat¨¦gicos desde Wolfsburgo.

El ¡®milagro espa?ol¡¯

?Y Seat, ahora, est¨¢ en eso. Quiz¨¢ sea el mayor ¨¦xito para un directivo que aterriz¨® en Martorell (Barcelona) tras el dieselgate, cuando el Grupo Volkswagen puso en marcha un baile de directivos para purgar el esc¨¢ndalo del trucaje de los motores. Lleg¨® con el t¨ªtulo de commendatore, el galard¨®n que ofrece la Orden al M¨¦rito de la Rep¨²blica Italiana. Con su car¨¢cter afable y su carisma consigui¨® unos buenos resultados y desde hace unos meses ten¨ªa una obsesi¨®n al margen de Seat: defender lo que denominaba el ¡°milagro espa?ol¡± de la automoci¨®n, sorprendido por el hecho de que hubiera en Espa?a 17 f¨¢bricas de automoci¨®n sin una sola matriz realmente nacional. Propio de su finnezza, se quejaba sin quejarse del hecho de que en las p¨¢ginas econ¨®micas de la prensa saliera la banca a todas horas y, en cambio, la automoci¨®n quedara relegada, s¨ªntoma ¡ªdec¨ªa¡ª de lo que sent¨ªa el pa¨ªs por el sector. E incluso llamaba al Gobierno a participar en la necesaria reconversi¨®n de la industria de la automoci¨®n igual que lo hizo con la banca durante la crisis. Un discurso que el guiri dif¨ªcilmente podr¨¢ repetir en Par¨ªs.