?Y ahora qu¨¦?

El in¨¦dito Gobierno de coalici¨®n que acaba de formarse en Espa?a ha despertado sensibilidades de todo tipo que solo parecen coincidir en preguntarse: ¡°?Y ahora qu¨¦?¡±. La ciencia pol¨ªtica y econ¨®mica ha mostrado que la estabilidad y eficiencia de los ejecutivos con miembros coaligados depende de la capacidad de cohesi¨®n del liderazgo, pero casi siempre cuentan con una ventaja: el control que ejercen unos a otros impiden orientaciones hacia los extremos y obligan a encontrar soluciones m¨¢s centradas. En Espa?a esto no va a ser, en principio, sencillo porque el Consejo de Ministros tendr¨¢ muchas sillas y porque el Parlamento va a ser aparentemente hostil. Aun as¨ª, los mecanismos de control y mayor¨ªas parlamentarias ser¨¢n esenciales y, por encima de ellos, un anillo adicional de vigilancia desde Bruselas, por los compromisos adquiridos como miembros de la UE.

La premisa econ¨®mica de un Gobierno como el actual deber¨ªa alinearse con el objetivo general que m¨¢s se propone recientemente para la estabilidad social y el desarrollo a largo plazo: crecer, pero hacerlo de forma inclusiva, reduciendo desigualdades y promoviendo las oportunidades sin socavar el esfuerzo y m¨¦rito individual. Con el Congreso de los Diputados algo enardecido, los agentes sociales deber¨ªan desempe?ar un papel esencial para fomentar el crecimiento y a la vez desarrollar medidas inclusivas y, a ser posible, acuerdos en pol¨ªtica de rentas y distribuci¨®n. En todo caso, ser¨ªa conveniente primero cerrar primero unos Presupuestos actualizados que permitan actualizar las pol¨ªticas. No necesariamente para m¨¢s gasto sino para una reorientaci¨®n del mismo. En ausencia de apoyos para otras reformas ser¨ªa mejor no tocar las que han funcionado y orientar nuevas en materia social. Hay ¨¢reas como educaci¨®n, vivienda o dependencia donde son muy necesarias.

El autocontrol parece posible porque existe un equipo econ¨®mico fuerte en algunas carteras, perfectamente alienado con Bruselas. As¨ª, por ejemplo, en materia de pensiones ¡ªdonde se cuenta con un especialista¡ª convendr¨ªa que todos los partidos (y no solo los que ahora forman el Ejecutivo) abandonaran el discurso de la actualizaci¨®n de pensiones sin m¨¢s y retomaran el debate de la sostenibilidad. Siempre son un cierto alivio las declaraciones de los responsables de carteras econ¨®micas que est¨¢n acompa?adas de a?adidos como ¡°respetando siempre las reglas comunitarias¡±. As¨ª, en el Consejo de Ministros, algunos probablemente tendr¨¢n que olvidar pretensiones expresadas en el pasado precisamente por ser contrarias a esas restricciones impuestas por la UE. Pero en ese Consejo va a ser esencial que se marquen l¨ªneas generales de actuaci¨®n que eviten la sensaci¨®n de que puedan intentar proliferar 22 proyectos individuales en lugar de una estrategia com¨²n. La v¨ªa de descentralizaci¨®n de carteras por la que se ha optado deber¨ªa servir para que algunas de ellas sirvan de control de otras en materia de gasto y responsabilidad (pol¨ªtica territorial, medioambiente¡­).

Finalmente, no puede olvidarse que vivimos una ¨¦pica en la que los mensajes valen tanto como las acciones, al menos a corto plazo y, por lo tanto, la pol¨ªtica de comunicaci¨®n debe ser firme para evitar disonancias que los mercados, inversores o socios internacionales puedan recibir mal.