Carlos Ghosn: ¡°Jap¨®n me sorprendi¨® al arrestarme y yo los he sorprendido al irme¡±
El empresario acusa a la justicia japonesa de ir contra ¨¦l por ser "extranjero y conocido" en una entrevista con EL PA?S
Puntual, Carlos Ghosn abandona el barroco ascensor en la ¨²ltima planta del hotel boutique Albergo de Beirut, uno de los m¨¢s exquisitos de L¨ªbano. Situado en el barrio cristiano, su restaurante es coto privilegiado de la alta sociedad local. Le acompa?an su mujer, Carole, y un fornido guardaespaldas de espesa barba. ¡°En 45 minutos tengo que salir por una llamada importante a Jap¨®n¡±, se disculpa pragm¨¢tico el expresidente de Renault-Nissan tras un apret¨®n de manos. Entre gesticulaciones ¡ªa cada menci¨®n de Nissan se le tensan las cejas¡ª y alternando el franc¨¦s, el ¨¢rabe y el ingl¨¦s, comienza la entrevista este jueves con EL PA?S, la primera con un medio en espa?ol desde su arresto en Jap¨®n el 19 de noviembre de 2018. A sus 65 a?os, Ghosn (Porto Velho, Brasil) ha pasado de icono de los negocios a fugitivo de la justicia nipona. Se dice v¨ªctima de un complot y ha juntado a un peque?o ej¨¦rcito de letrados para defenderse en L¨ªbano, Francia y Jap¨®n. Jubilado en el pa¨ªs europeo, dice querer ayudar a las ¡°decenas de miles de v¨ªctimas de la justicia japonesa¡±.
Pregunta. ?C¨®mo lleva pasar de ser un cuasidios en los negocios a un bandido en Jap¨®n?
Respuesta. Dirig¨ª Nissan desde 1999 hasta 2016 y m¨¢s tarde fui presidente del consejo de administraci¨®n. En Jap¨®n estuve rodeado de buenas palabras. Yo representaba otra forma de gesti¨®n frente al modelo japon¨¦s, una novedad. Y de golpe, todo cambi¨®. De un d¨ªa para otro, los fiscales y un peque?o equipo de la direcci¨®n de Nissan empiezan a decir todo lo contrario. Me qued¨¦ estupefacto. Al tener una reputaci¨®n tan fuerte, les resultaba dif¨ªcil deshacerse de m¨ª sin destruir mi imagen antes. Por eso empezaron a decir que yo era un dictador, un avaricioso¡ Soy un hombre con decisi¨®n, no un dictador.
P. Sit¨²a el punto de inflexi¨®n en 2017, cuando los resultados de Nissan empeoran. Entonces, seg¨²n su versi¨®n, empieza a cocerse el complot.
¡°Yo no ataco a nadie, contraataco¡±
R. Ese es el a?o en el que empiezo a ejercer m¨¢s presi¨®n sobre la administraci¨®n, exigiendo un plan de acci¨®n tras detectar un declive en los resultados. Era mi deber. Pero se cre¨® cierta fricci¨®n con el equipo de direcci¨®n y, sobre todo, entre Hiroto Saikawa [el directivo que le sucedi¨® al frente de Nissan] y [el espa?ol] Jos¨¦ Mu?oz. El segundo quer¨ªa una estrategia m¨¢s combativa en EE UU que yo compart¨ªa.
P. ?Por qu¨¦ han ido contra usted?
R. Porque era lo f¨¢cil. Soy un extranjero, soy conocido, y me lo echaron todo encima.
P. Despu¨¦s de casi dos d¨¦cadas en Jap¨®n, deber¨ªa conocer bien los entresijos de la empresa y la justicia.
R. No, no, no. La justicia japonesa es un punto negro en el pa¨ªs. Cuando era jefe en Nissan, o¨ª hablar de casos sorprendentes como el de la vicepresidenta de Toyota arrestada porque le hab¨ªa encargado medicamentos a su madre, y estos hab¨ªan entrado en el pa¨ªs sin declarar. Me pareci¨® extra?o. Pero son hechos relativamente recientes. Cuando llegu¨¦ al pa¨ªs se produjo una apertura y exist¨ªa una voluntad de internacionalizaci¨®n. El Jap¨®n actual es mucho m¨¢s cerrado y m¨¢s nacionalista. Ha habido una mutaci¨®n.
P. Atribuye el complot al intento de torpedear una mayor integraci¨®n entre Renault y Nissan.
R. Es evidente. Mire lo que es hoy esa alianza. Durante los 17 a?os en los que la constru¨ª no habr¨¢ o¨ªdo de una sola discusi¨®n interna. Y los resultados son dos empresas que se hunden. Bueno, Nissan ya se ha hundido¡ Dobl¨® su talla entre 1999 y 2017. Hoy no tiene una visi¨®n clara y no s¨¦ por qu¨¦ alguien querr¨ªa comprar Nissan. Desde 2018, Renault y Nissan han perdido un tercio de su capitalizaci¨®n en Bolsa, mientras que el ¨ªndice de automovil¨ªsticas sub¨ªa un 12%. Son montos colosales. Es una hemorragia en masa.
"Constru¨ª la alianza Nissan-Renault. Hoy son dos empresas que se hunden"
P. Dice haber huido de la injusticia de un pa¨ªs donde el 99,4% de los acusados son condenados. ?Cree que en L¨ªbano tiene el 100% de posibilidades de ser absuelto?
R. No es seguro que sea juzgado en L¨ªbano. Pero en L¨ªbano, Francia o Brasil hay leyes para defenderse. Que en Jap¨®n el 99,4% de los fiscales ganan los casos quiere decir que el 99,4% de los abogados pierde. Es dram¨¢tico. La ministra de Justicia ha dicho que el se?or Ghosn tiene que ir a Jap¨®n para probar su inocencia. Todos los letrados del mundo se le han echado encima para recordar que en un sistema democr¨¢tico existe la presunci¨®n de inocencia y que lo que se ha de probar es la culpabilidad.
P. ?Qu¨¦ pens¨® cuando pis¨® Beirut tras su huida?
R. ?Ya se ha acabado la pesadilla! He vivido muchas traiciones, aunque tambi¨¦n he visto gente con mucho coraje, valent¨ªa y valor humano.
"Si mi experiencia puede servir al Gobierno liban¨¦s, la pongo a su servicio"
P. ?Por qu¨¦ eligi¨® el 30 de diciembre para huir?
R. Porque es un momento en el que la gente se relaja, salen de vacaciones, a esquiar¡ Era el buen momento. Me sorprendieron cuando me arrestaron y yo les he sorprendido al irme.
P. Reh¨²sa hablar de c¨®mo se fug¨®, pero se cree que lo hizo con una caja de instrumento musical, dos aviones privados, milicianos libaneses¡
R. Los dos ¨²nicos datos probados son que sal¨ª de mi casa el domingo a medio d¨ªa, aterric¨¦ en Beirut en un vuelo privado de Estambul y entr¨¦ en L¨ªbano con mi pasaporte franc¨¦s y mi carn¨¦ de identidad liban¨¦s. No dir¨¦ nada m¨¢s.
P. ?Pens¨® que podr¨ªa crear un problema diplom¨¢tico entre Jap¨®n y L¨ªbano?
R. No lo creo. Soy ciudadano liban¨¦s y he entrado legalmente en el pa¨ªs. Me he limitado a hablar de Nissan y de los fiscales en un plano personal sin nombrar a ning¨²n responsable pol¨ªtico japon¨¦s. No quiero decir que el Gobierno no est¨¦ involucrado en la treta, pero no he querido hablar de ello para evitar que se deterioren las relaciones entre ambos pa¨ªses.
P. ?Por cu¨¢nto tiempo tiene prohibido salir de L¨ªbano?
R. Me han retirado mi pasaporte y por ahora no puedo viajar. No tengo prisa en irme. Estoy bien, entre amigos y familia en un pa¨ªs que aprecio. No tengo prisa.
P. ?Ha llevado a juicio a Renault para solicitar una jubilaci¨®n de cerca de 800.000 euros anuales?
R. Sin entrar en los detalles del proceso, estoy reclamando mis derechos en Francia, donde hay una justicia independiente. No pido nada ileg¨ªtimo. Creo que Renault me ha tratado de forma incorrecta y se me han denegado mis derechos. No ataco a nadie, solo contraataco. Jap¨®n me ha atacado al mantenerme 14 meses recluido. Sin dejarme hablar con mi mujer ni con algunos de mis hijos. No son formas. Y todo, ?por qu¨¦? ?Porque no he informado de un salario que nunca recib¨ª?
P. ?Mantiene su completa inocencia?
R. Por supuesto. O se es inocente o se es culpable. No hay t¨¦rmino medio.
P. En Beirut vive en una casa que Nissan reclama como propiedad de la empresa.
R. No es la primera falacia que dicen. Esa casa es objeto de un litigio entre Nissan y yo en manos de la justicia libanesa. Se hizo para mi uso y en el marco de una compensaci¨®n.
P. ?Qu¨¦ plan de futuro tiene? ?Se jubila? ?Deja los negocios?
R. Estamos lejos de la jubilaci¨®n. Oficialmente estoy retirado en Francia. Eso no significa que quede inactivo. Voy a defender mis derechos all¨ª y en Jap¨®n. La experiencia japonesa me ha marcado. Hay decenas de miles de personas que sufren ese sistema y no tienen el privilegio de que se conozca su caso, por lo que creo que puedo ser ¨²til y echar una mano.
P. ?Se plantea un papel pol¨ªtico en la crisis libanesa? Un pol¨ªtico le ha propuesto como ministro de Energ¨ªa.
R. Reniego de toda ambici¨®n pol¨ªtica, que nunca he tenido. Y no voy a cambiar de idea a esta edad. Formo parte de esta comunidad y, si mi experiencia puede ser ¨²til al nuevo Gobierno, estoy dispuesto a ponerla al servicio del pa¨ªs. He llevado a cabo cambios dr¨¢sticos en tres ocasiones con Mitsubishi, Nissan y Renault con los consabidos resultados. La situaci¨®n actual es dif¨ªcil en L¨ªbano, pero no es imposible salir de ella.
Al preguntarle a su mujer Carole?sobre si es partidaria de que su marido asuma un papel activo en L¨ªbano, ella responde que s¨ª: ¡°Espero que pueda enderezar la econom¨ªa, porque hace falta. Este pa¨ªs necesita a alguien como Carlos¡±. ¡°Es el ¨²nico punto de discordia entre nosotros¡±, zanja el empresario antes de proceder con su llamada a Jap¨®n.
24 horas con la luz encendida y solo dos duchas a la semana
Carlos Ghosn describe como un ¡°shock psicol¨®gico¡± las primeras horas de los 130 d¨ªas que pas¨® en prisi¨®n. ¡°Perd¨ª 10 kilos en dos semanas. Me pillaron totalmente por sorpresa y no entend¨ªa sus acusaciones. No pude pensar en nada m¨¢s. Ni en lo que com¨ªa ni en lo que vest¨ªa. Hasta el d¨ªa siguiente no me di cuenta de que se trataba de un complot, de un ataque a dos bandas: los fiscales en el plano legal y Saikawa con su banda contra mi reputaci¨®n¡±, responde. ¡°Pas¨® fr¨ªo y hubo que mandarle abrigo. Dorm¨ªa en el suelo y no ten¨ªa ventanas en la celda¡±, tercia Carole, su mujer.
¡°Dorm¨ªa sobre un tatami, pero la luz estaba encendida las 24 horas del d¨ªa y solo me permitieron ducharme dos veces por semana¡±, agrega Carlos Ghosn. ¡°Tambi¨¦n me confiscaron mis medicamentos franceses, para darme los suyos. Si quer¨ªa m¨¢s comida, ten¨ªa que comprarla dentro de la c¨¢rcel. Los interrogatorios duraban ocho horas diarias. No le puedo detallar toda la letan¨ªa¡ Ah¨ª est¨¢ la trampa: nadie espera que el sistema judicial japon¨¦s sea as¨ª y que haya decenas de miles de personas que lo sufren¡±.
?Qu¨¦ pena esperaban sus abogados si se hubiese reconocido culpable en lugar de fugarse? ¡°Nos dijeron que si confesaba ser¨ªan siete a?os. Si no, y era declarado culpable, entre 10 y 15 a?os¡±, se apresura a responder su esposa.
Al preguntarle a Carole por el papel que desempe?¨® en la fuga de su marido, la respuesta de ella llega en forma de sonrisa. Y es el antiguo magnate del motor quien toma la palabra. ¡°La operaci¨®n podr¨ªa haber fracasado. Pero mi primera condici¨®n para llevarla a cabo era que absolutamente nadie, ni siquiera mi familia, pod¨ªa saber nada. El efecto sorpresa era crucial para el ¨¦xito¡±, concluye.
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